La relación de Julio Grondona y Diego Maradona, durante los 35 años que el fallecido dirigente estuvo al frente de la AFA, fluctuó entre el amor en sus inicios y el odio en el final, algo que se profundizó mucho más luego del Mundial de Sudáfrica 2010.
Como despedida, Maradona apenas escribió en su cuenta oficial de Facebook: "Mis condolencias a la familia Grondona", acompañada de una foto en blanco y negro de cuando él era un joven jugador y Grondona, ya presidente de la AFA.
Cuando Grondona se hizo cargo del sillón de calle Viamonte, en 1979, al poco tiempo Argentina conseguía su primera título Mundial Juvenil en Japón, con la figura de Diego Maradona como principal referente. Ese fue el puntapié para que Grondona comenzara a ser visto como un dirigente importante, no solo a nivel local, sino en el ámbito internacional, principalmente en la FIFA, que en ese tiempo comandaba el brasileño Joao Havelange.
La relación entre el dirigente de Sarandí y el joven surgido en Villa Fiorito (partido de Lanús), se hizo fluida y hasta paterna en esos años, siendo el corolario el Mundial de México de 1986, que Argentina conquistó en tierras aztecas. Eso le permitió a Grondona estar en la consideración de la FIFA y acceder a ser el vicepresidente de la entidad, primero con Havelange y luego durante la conducción de Joseph Blatter. Maradona y Grondona vivieron juntos momentos fuertes y trascendentes en el fútbol argentino, no solo con el mundial de México 86, sino también en Italia 90, donde Argentina perdió la final ante Alemania por 1-0 y el "diez" terminó llorando desconsoladamente.
Luego llegó la sanción a Maradona por parte de la FIFA por dóping y el regreso a la Selección argentina en 1993, tras el 5-0 de Colombia, para conseguir la clasificación al Mundial de Estados Unidos en el repechaje frente a Australia. Luego, otro fatídico caso de dóping en pleno Estados Unidos 94, con la famosa frase "me cortaron las piernas", sepultó las chances de la Argentina en aquella Copa del Mundo.
Las críticas de Maradona a la FIFA fueron cada vez más fuertes con el paso de los años, y eso empezó a marcar las diferencias con Don Julio, al que Diego apuntaba de ser el responsable de varios males del fútbol argentino. "Nos dijo una semana antes que podíamos tomar la sustancia que quisiéramos porque no iba a haber antidoping", recordó hace poco tiempo Maradona sobre el partido repechaje ante Australia en 1993.
La "reconciliación" llegó en el 2010, cuando Grondona colocó a Maradona como DT de la selección, en plena eliminatoria, tras la renuncia de Alfio Basile. En Sudáfrica, Argentina llegó hasta los cuartos de final donde fue goleada por Alemania 4-0 y la eliminación dejó sin trabajo también a Maradona, quien hasta ese momento tenía el respaldo de Carlos Bilardo, director de Selecciones nacionales.
Pero luego de ser reemplazado por Sergio Batista, Maradona calificó de "traidores", tanto a Bilardo como a Grondona, e incrementó sus ataques a ambos. "Le deseo suerte a (Alejandro) Sabella. No a Bilardo y a Grondona. A ellos les deseo toda la mala suerte del mundo", dijo Maradona en pleno Mundial de Brasil 2014.
El punto de máxima tensión entre Grondona y Maradona se dio también en el reciente mundial, cuando el "Diez" fue a ver el segundo partido de la Selección en el estadio Mineirao ante Irán. Maradona se retiró unos minutos antes de la finalización del partido, cuando Argentina empataba sin goles ante el conjunto asiático, pero luego el gol de Lionel Messi sobre el final, le dio el triunfo al conjunto nacional. "Se fue el mufa y lo ganamos", fueron las palabras que exclamó Grondona al salir del Mineirao, a lo que horas más tarde Maradona respondió con un tajante "pobre estúpido".
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La relación de Julio Grondona y Diego Maradona, durante los 35 años que el fallecido dirigente estuvo al frente de la AFA, fluctuó entre el amor en sus inicios y el odio en el final, algo que se profundizó mucho más luego del Mundial de Sudáfrica 2010.
Como despedida, Maradona apenas escribió en su cuenta oficial de Facebook: "Mis condolencias a la familia Grondona", acompañada de una foto en blanco y negro de cuando él era un joven jugador y Grondona, ya presidente de la AFA.
Cuando Grondona se hizo cargo del sillón de calle Viamonte, en 1979, al poco tiempo Argentina conseguía su primera título Mundial Juvenil en Japón, con la figura de Diego Maradona como principal referente. Ese fue el puntapié para que Grondona comenzara a ser visto como un dirigente importante, no solo a nivel local, sino en el ámbito internacional, principalmente en la FIFA, que en ese tiempo comandaba el brasileño Joao Havelange.
La relación entre el dirigente de Sarandí y el joven surgido en Villa Fiorito (partido de Lanús), se hizo fluida y hasta paterna en esos años, siendo el corolario el Mundial de México de 1986, que Argentina conquistó en tierras aztecas. Eso le permitió a Grondona estar en la consideración de la FIFA y acceder a ser el vicepresidente de la entidad, primero con Havelange y luego durante la conducción de Joseph Blatter. Maradona y Grondona vivieron juntos momentos fuertes y trascendentes en el fútbol argentino, no solo con el mundial de México 86, sino también en Italia 90, donde Argentina perdió la final ante Alemania por 1-0 y el "diez" terminó llorando desconsoladamente.
Luego llegó la sanción a Maradona por parte de la FIFA por dóping y el regreso a la Selección argentina en 1993, tras el 5-0 de Colombia, para conseguir la clasificación al Mundial de Estados Unidos en el repechaje frente a Australia. Luego, otro fatídico caso de dóping en pleno Estados Unidos 94, con la famosa frase "me cortaron las piernas", sepultó las chances de la Argentina en aquella Copa del Mundo.
Las críticas de Maradona a la FIFA fueron cada vez más fuertes con el paso de los años, y eso empezó a marcar las diferencias con Don Julio, al que Diego apuntaba de ser el responsable de varios males del fútbol argentino. "Nos dijo una semana antes que podíamos tomar la sustancia que quisiéramos porque no iba a haber antidoping", recordó hace poco tiempo Maradona sobre el partido repechaje ante Australia en 1993.
La "reconciliación" llegó en el 2010, cuando Grondona colocó a Maradona como DT de la selección, en plena eliminatoria, tras la renuncia de Alfio Basile. En Sudáfrica, Argentina llegó hasta los cuartos de final donde fue goleada por Alemania 4-0 y la eliminación dejó sin trabajo también a Maradona, quien hasta ese momento tenía el respaldo de Carlos Bilardo, director de Selecciones nacionales.
Pero luego de ser reemplazado por Sergio Batista, Maradona calificó de "traidores", tanto a Bilardo como a Grondona, e incrementó sus ataques a ambos. "Le deseo suerte a (Alejandro) Sabella. No a Bilardo y a Grondona. A ellos les deseo toda la mala suerte del mundo", dijo Maradona en pleno Mundial de Brasil 2014.
El punto de máxima tensión entre Grondona y Maradona se dio también en el reciente mundial, cuando el "Diez" fue a ver el segundo partido de la Selección en el estadio Mineirao ante Irán. Maradona se retiró unos minutos antes de la finalización del partido, cuando Argentina empataba sin goles ante el conjunto asiático, pero luego el gol de Lionel Messi sobre el final, le dio el triunfo al conjunto nacional. "Se fue el mufa y lo ganamos", fueron las palabras que exclamó Grondona al salir del Mineirao, a lo que horas más tarde Maradona respondió con un tajante "pobre estúpido".