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20 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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La pobreza absoluta no es invencible

Jueves, 24 de septiembre de 2015 16:43

La pobreza absoluta no es invencible

"Siempre habrá pobres entre vosotros", les decía Jesús a sus discípulos y en público cuando le reprocharon que permitiera que un pobre le lavara sus pies con caros perfumes. La sentencia fue dirigida a un aspecto de la pobreza que es inevitable, la pobreza "relativa", que se refiere a una obviedad: dado un promedio de ingresos, por definición habrá algunos que están por encima y otros por debajo del mismo. En algunas circunstancias hay asimetrías -más gente por debajo del promedio que por encima- pero no es menos claro que si, por ejemplo, se recibiera una corriente de ingresos adicionales que beneficiaran a los que están por debajo del promedio, el resultado sería que el mismo aumentaría, pero igualmente existirían algunos por encima y otros por debajo, y en todos los casos, a los que están por debajo se les seguiría llamando "pobres".
La forma de pobreza analizada se denomina "relativa", porque surge de comparar los ingresos por debajo con los que están por encima del promedio, y como éste es diferente entre economías, un "pobre" de Noruega probablemente sea más "rico" que uno considerado tal en una economía subdesarrollada. Existe otro tipo de pobreza más preocupante, que consiste en que los ingresos de algunas personas no alcanzan para adquirir el lote de bienes y servicios que proporcionen un piso de equidad. Por ejemplo, si se necesitaran US$1.000 mensuales para que una familia de cuatro personas pague sus impuestos, adquiera sus alimentos, haga frente a los gastos en educación, transporte y demás servicios públicos, el alquiler, los gastos en salud, vestimenta, esparcimiento, etc., pero el promedio de ingresos de una familia de cuatro personas es de US$500 mensuales, claramente, quienes ganan US$ 800 mensuales no serían "ricos", ¿verdad?.
Este segundo tipo de pobreza se denomina "absoluta" y caracteriza a las economías que crecen a tasas por debajo de las demás, o creciendo igual, están con un ingreso por habitante inferior, así nunca alcanzarán al promedio. El ejemplo, no muy elaborado, podría aplicarse a la situación de Salta y la Argentina, y si la comparación se hiciera entre Salta y la Ciudad de Buenos Aires, la brecha sería todavía más abrupta.
La pregunta que corresponde hacer no es tanto el porqué de esa situación, sino el cómo hacer para salir de la pobreza absoluta. La brecha de desigualdad tiene que ver con el diferente ritmo de crecimiento de las economías, lo que puede fácilmente advertirse con ejemplos de la vida cotidiana, como el de las carreras, donde el puntero que tiene un poco más de velocidad acumula diferencias de tiempo a su favor -crece la brecha de desigualdad- a medida que se recorren giros en la competición. El propio crecimiento del "puntero" establece la pauta del piso de equidad: inicialmente, el lote de bienes y servicios considerado aceptable puede comprarse con 1.000; sin embargo, cuando las economías líderes añaden a ese piso teléfonos celulares, LEDS, autos de mayor complejidad, etc. la "dignidad" cuesta ahora más cara y la brecha aumenta también por esta razón. ¿Cómo se revierte esta brecha de desigualdad y se supera la pobreza absoluta?
Claramente, ésta refiere a la carencia de bienes y servicios; no puede soslayarse la necesidad de producir más para superar esta situación. Es necesario que el aumento en la producción tenga como protagonistas a quienes carecen de empleo genuino, y así asociar esa producción con una mayor demanda de trabajo dirigida a quienes carecen de él, advirtiendo que no es correcta la idea del "derrame", porque no se trata de que otros produzcan los bienes y servicios que los pobres necesitan, ya que esto a lo sumo representa una transferencia de ingresos -planes- que no resuelve el problema. La producción y la distribución no son independientes entre sí, por lo que la forma correcta de dar respuesta a este problema es generar producción y empleo dando trabajo en forma directa a quienes no lo tienen.
¿Cómo se les da empleo a los pobres extremos que al mismo tiempo son desempleados? Es evidente que una parte de los bienes y servicios de los que carece la población con pobreza extrema está representada por la carencia de viviendas, desagües pluviales, ausencia de pavimento -que es responsable en buena medida de las enfermedades respiratorias- insuficiencia de atención médica preventiva, etc. Es evidente también que la producción de esos bienes y servicios no representa una especial complejidad y puede ser resuelta a través de la obra pública contratando a los desempleados, con lo cual se da respuesta simultánea a dos problemas: la oferta de estos bienes y servicios a quienes los necesitan, y el empleo a los desocupados. Claramente, la pobreza extrema no se resuelve mágicamente y tampoco su problemática se agota en las propuestas formuladas, siendo imprescindible, además de enfocarse en otras cuestiones, dar respuesta a las limitaciones terminales que exhibe el sistema educativo público.
Una población con limitaciones educativas severas, puede dar comienzo a una vigorosa etapa de crecimiento, como la experiencia de la Argentina posterior a la organización nacional y la España posfranquista que lo pusieron palmariamente de manifiesto.

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La pobreza absoluta no es invencible

"Siempre habrá pobres entre vosotros", les decía Jesús a sus discípulos y en público cuando le reprocharon que permitiera que un pobre le lavara sus pies con caros perfumes. La sentencia fue dirigida a un aspecto de la pobreza que es inevitable, la pobreza "relativa", que se refiere a una obviedad: dado un promedio de ingresos, por definición habrá algunos que están por encima y otros por debajo del mismo. En algunas circunstancias hay asimetrías -más gente por debajo del promedio que por encima- pero no es menos claro que si, por ejemplo, se recibiera una corriente de ingresos adicionales que beneficiaran a los que están por debajo del promedio, el resultado sería que el mismo aumentaría, pero igualmente existirían algunos por encima y otros por debajo, y en todos los casos, a los que están por debajo se les seguiría llamando "pobres".
La forma de pobreza analizada se denomina "relativa", porque surge de comparar los ingresos por debajo con los que están por encima del promedio, y como éste es diferente entre economías, un "pobre" de Noruega probablemente sea más "rico" que uno considerado tal en una economía subdesarrollada. Existe otro tipo de pobreza más preocupante, que consiste en que los ingresos de algunas personas no alcanzan para adquirir el lote de bienes y servicios que proporcionen un piso de equidad. Por ejemplo, si se necesitaran US$1.000 mensuales para que una familia de cuatro personas pague sus impuestos, adquiera sus alimentos, haga frente a los gastos en educación, transporte y demás servicios públicos, el alquiler, los gastos en salud, vestimenta, esparcimiento, etc., pero el promedio de ingresos de una familia de cuatro personas es de US$500 mensuales, claramente, quienes ganan US$ 800 mensuales no serían "ricos", ¿verdad?.
Este segundo tipo de pobreza se denomina "absoluta" y caracteriza a las economías que crecen a tasas por debajo de las demás, o creciendo igual, están con un ingreso por habitante inferior, así nunca alcanzarán al promedio. El ejemplo, no muy elaborado, podría aplicarse a la situación de Salta y la Argentina, y si la comparación se hiciera entre Salta y la Ciudad de Buenos Aires, la brecha sería todavía más abrupta.
La pregunta que corresponde hacer no es tanto el porqué de esa situación, sino el cómo hacer para salir de la pobreza absoluta. La brecha de desigualdad tiene que ver con el diferente ritmo de crecimiento de las economías, lo que puede fácilmente advertirse con ejemplos de la vida cotidiana, como el de las carreras, donde el puntero que tiene un poco más de velocidad acumula diferencias de tiempo a su favor -crece la brecha de desigualdad- a medida que se recorren giros en la competición. El propio crecimiento del "puntero" establece la pauta del piso de equidad: inicialmente, el lote de bienes y servicios considerado aceptable puede comprarse con 1.000; sin embargo, cuando las economías líderes añaden a ese piso teléfonos celulares, LEDS, autos de mayor complejidad, etc. la "dignidad" cuesta ahora más cara y la brecha aumenta también por esta razón. ¿Cómo se revierte esta brecha de desigualdad y se supera la pobreza absoluta?
Claramente, ésta refiere a la carencia de bienes y servicios; no puede soslayarse la necesidad de producir más para superar esta situación. Es necesario que el aumento en la producción tenga como protagonistas a quienes carecen de empleo genuino, y así asociar esa producción con una mayor demanda de trabajo dirigida a quienes carecen de él, advirtiendo que no es correcta la idea del "derrame", porque no se trata de que otros produzcan los bienes y servicios que los pobres necesitan, ya que esto a lo sumo representa una transferencia de ingresos -planes- que no resuelve el problema. La producción y la distribución no son independientes entre sí, por lo que la forma correcta de dar respuesta a este problema es generar producción y empleo dando trabajo en forma directa a quienes no lo tienen.
¿Cómo se les da empleo a los pobres extremos que al mismo tiempo son desempleados? Es evidente que una parte de los bienes y servicios de los que carece la población con pobreza extrema está representada por la carencia de viviendas, desagües pluviales, ausencia de pavimento -que es responsable en buena medida de las enfermedades respiratorias- insuficiencia de atención médica preventiva, etc. Es evidente también que la producción de esos bienes y servicios no representa una especial complejidad y puede ser resuelta a través de la obra pública contratando a los desempleados, con lo cual se da respuesta simultánea a dos problemas: la oferta de estos bienes y servicios a quienes los necesitan, y el empleo a los desocupados. Claramente, la pobreza extrema no se resuelve mágicamente y tampoco su problemática se agota en las propuestas formuladas, siendo imprescindible, además de enfocarse en otras cuestiones, dar respuesta a las limitaciones terminales que exhibe el sistema educativo público.
Una población con limitaciones educativas severas, puede dar comienzo a una vigorosa etapa de crecimiento, como la experiencia de la Argentina posterior a la organización nacional y la España posfranquista que lo pusieron palmariamente de manifiesto.

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