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20 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Homenaje al héroe gaucho salteño, en formato de microserie

Lunes, 14 de marzo de 2016 01:30
<div>Cástulo Guerra regresa a Salta cada tanto para sumarse a proyectos de realizadores locales.</div><div>
Hace poco más de un mes se inauguró en Trancas (Tucumán) un monumento a Miguel Martín de Güemes, en el marco del año del Bicentenario de Independencia Argentina. La obra rinde homenaje a la lucha de los gauchos comandados por el prócer salteño durante la Guerra de la Independencia, y destaca especialmente la figura del caudillo por su heroica participación en la resistencia organizada en el Norte.
En Salta, la secuencia de -inminentes- homenajes ya tiene un impulsor de lujo: José Issa. El realizador salteño acaba de finalizar Güemes: la gran revolución, una serie de 20 microcapítulos basada en el libro Güemes, el Señor Gaucho, del tucumano Manuel Alba, y grabada en la semipenumbra de una habitación por el cautivante Cástulo Guerra.
"Es un romance único. La epopeya de un Martín Güemes aún muchacho, transformado en ese líder natural que acepta la responsabilidad que le ha dado su gente y que llega a dar la vida por la causa libertaria", detalló José Issa en diálogo con El Tribuno.
Sobre la obra de Alba, el director salteño destacó: "Por un amigo llego a mis manos esta historia novelada. Un librito muy chico que adentro escondía un tesoro. Alba no era historiador, ni de hecho una alta figura del quehacer literario. Era un periodista y no había nacido en Salta: pienso que quizás eso le jugó a favor para tomar la distancia afectiva justa y necesaria para pintar el cuadro completo, sin caer en los clásicos clichés, ni en caricaturas vagas". Issa destacó que se trata de una obra muy bien documentada que muestra un "Güemes muy humano, con sus dudas y temores, con sus ideales políticos, sus caprichos y un coraje tremendo, puesto permanentemente a prueba".
José Issa se caracteriza por ser un director especialmente atento a su entorno y a autores que Salta ha dado a luz y cuyas obras que él decidió inmortalizar en imágenes. Así, por ejemplo, con su cámara ha repasado la vida de Miguel Ragone y de Gustavo Cuchi Leguizamón, y ha reescrito alguna obra de José Juan Coco Botelli. Pero además incursionó en la radio, con el programa "Noche de las condenadas", un ciclo sobre poesía universal que llevó adelante junto al recordado poeta Miguel Angel Pérez, Perecito.
Tras esta incansable tarea como director y productor, Issa saca ahora a la luz Güemes, la gran revolución, una serie donde la magia del cine y de la radiofonía se dan la mano.
"El formato de los 20 capítulos breves se fue dando a medida que avanzábamos. Queríamos dejar a Salta y al país, un material sensible. Habíamos filmado con Cástulo quince cuentos argentinos. Entre ellos estaba un solo capitulo de la novela de Manuel Alba. Ya en la mesa de edición, ese capítulo cobró especial relieve. Se lo hice saber a Cástulo, que ya había regresado a Los Ángeles. Nos entusiasmamos con la idea de hacer la novela entera. Trabajamos a la distancia en el texto y en verano él lo trajo ya hecho a su medida. Filmamos a tres cámaras, más las tomas de inserción. El montaje fue súper intenso, como de bisturí, porque el sonido también suma un ensamble muy complejo". El resultado: 20 capítulos de 7 minutos cada uno pensados para rendirle homenaje al héroe gaucho durante los días hábiles de todo un mes.
Cástulo Guerra es quien le pone la voz y el cuerpo al relato de Alba. No es la primera vez que el actor salteño radicado en Los Ángeles se suma a proyectos de José Issa. "En esta serie se conjugaron tres elemento muy importantes: un personaje histórico como Güemes, una pluma como la de Alba y una interpretación como la de Cástulo. Yo pude ver esa especie de tormenta perfecta y me metí de lleno a materializarla, canalizando ese potencial", subrayó.
"Durante la filmación Cástulo protagoniza un contrapunto de personajes muy disímiles. De pronto salta de un criollo porteño a un edil salteño, de una delicada mujer aristócrata a un gaucho en plena batalla. Él logró hacer los cambios de clima necesarios, los acentos, el drama, evitando los aspavientos, encontrando la respiración necesaria", detalló el director, todavía asombrado.
Sobre el destino de este valioso trabajo, el director anticipó que la idea es difundirlo en escuelas, museos e instituciones culturales. Por ser un material muy versátil, se adapta además a la televisión, a la radio y a Internet.
jose isa.jpg

Desvelo y salvación

A José Issa hay dos frases que siempre le rondan la cabeza. La primera es del Cuchi Leguizamón: "El cementerio está lleno de opas que lo único que han hecho es durar". La segunda es de su papá: "Fíjate que todo es cíclico". Son su proa a la hora de trabajar reuniendo arte e historia. "Intento alcanzar esa mística que significa llegar al hueso del espectador, dislocarlo de un lugar cómodo de contemplación y ponerlo en vilo. De eso se trata", confesó.
"Cuando la obra está terminada, queda esperar que hable por sí misma y dé su veredicto", agregó. En ese entramado también aparece el rol del director como testigo de su época. "La historia siempre me interesó. Los argentinos tenemos una tendencia a la amnesia. Y el arte tiene que presentar su contrapeso. La idea no es salvarse uno solo porque, como decía Jaime Dávalos, la única manera de salvarnos es salvarnos todos juntos".

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Hace poco más de un mes se inauguró en Trancas (Tucumán) un monumento a Miguel Martín de Güemes, en el marco del año del Bicentenario de Independencia Argentina. La obra rinde homenaje a la lucha de los gauchos comandados por el prócer salteño durante la Guerra de la Independencia, y destaca especialmente la figura del caudillo por su heroica participación en la resistencia organizada en el Norte.
En Salta, la secuencia de -inminentes- homenajes ya tiene un impulsor de lujo: José Issa. El realizador salteño acaba de finalizar Güemes: la gran revolución, una serie de 20 microcapítulos basada en el libro Güemes, el Señor Gaucho, del tucumano Manuel Alba, y grabada en la semipenumbra de una habitación por el cautivante Cástulo Guerra.
"Es un romance único. La epopeya de un Martín Güemes aún muchacho, transformado en ese líder natural que acepta la responsabilidad que le ha dado su gente y que llega a dar la vida por la causa libertaria", detalló José Issa en diálogo con El Tribuno.
Sobre la obra de Alba, el director salteño destacó: "Por un amigo llego a mis manos esta historia novelada. Un librito muy chico que adentro escondía un tesoro. Alba no era historiador, ni de hecho una alta figura del quehacer literario. Era un periodista y no había nacido en Salta: pienso que quizás eso le jugó a favor para tomar la distancia afectiva justa y necesaria para pintar el cuadro completo, sin caer en los clásicos clichés, ni en caricaturas vagas". Issa destacó que se trata de una obra muy bien documentada que muestra un "Güemes muy humano, con sus dudas y temores, con sus ideales políticos, sus caprichos y un coraje tremendo, puesto permanentemente a prueba".
José Issa se caracteriza por ser un director especialmente atento a su entorno y a autores que Salta ha dado a luz y cuyas obras que él decidió inmortalizar en imágenes. Así, por ejemplo, con su cámara ha repasado la vida de Miguel Ragone y de Gustavo Cuchi Leguizamón, y ha reescrito alguna obra de José Juan Coco Botelli. Pero además incursionó en la radio, con el programa "Noche de las condenadas", un ciclo sobre poesía universal que llevó adelante junto al recordado poeta Miguel Angel Pérez, Perecito.
Tras esta incansable tarea como director y productor, Issa saca ahora a la luz Güemes, la gran revolución, una serie donde la magia del cine y de la radiofonía se dan la mano.
"El formato de los 20 capítulos breves se fue dando a medida que avanzábamos. Queríamos dejar a Salta y al país, un material sensible. Habíamos filmado con Cástulo quince cuentos argentinos. Entre ellos estaba un solo capitulo de la novela de Manuel Alba. Ya en la mesa de edición, ese capítulo cobró especial relieve. Se lo hice saber a Cástulo, que ya había regresado a Los Ángeles. Nos entusiasmamos con la idea de hacer la novela entera. Trabajamos a la distancia en el texto y en verano él lo trajo ya hecho a su medida. Filmamos a tres cámaras, más las tomas de inserción. El montaje fue súper intenso, como de bisturí, porque el sonido también suma un ensamble muy complejo". El resultado: 20 capítulos de 7 minutos cada uno pensados para rendirle homenaje al héroe gaucho durante los días hábiles de todo un mes.
Cástulo Guerra es quien le pone la voz y el cuerpo al relato de Alba. No es la primera vez que el actor salteño radicado en Los Ángeles se suma a proyectos de José Issa. "En esta serie se conjugaron tres elemento muy importantes: un personaje histórico como Güemes, una pluma como la de Alba y una interpretación como la de Cástulo. Yo pude ver esa especie de tormenta perfecta y me metí de lleno a materializarla, canalizando ese potencial", subrayó.
"Durante la filmación Cástulo protagoniza un contrapunto de personajes muy disímiles. De pronto salta de un criollo porteño a un edil salteño, de una delicada mujer aristócrata a un gaucho en plena batalla. Él logró hacer los cambios de clima necesarios, los acentos, el drama, evitando los aspavientos, encontrando la respiración necesaria", detalló el director, todavía asombrado.
Sobre el destino de este valioso trabajo, el director anticipó que la idea es difundirlo en escuelas, museos e instituciones culturales. Por ser un material muy versátil, se adapta además a la televisión, a la radio y a Internet.
jose isa.jpg

Desvelo y salvación

A José Issa hay dos frases que siempre le rondan la cabeza. La primera es del Cuchi Leguizamón: "El cementerio está lleno de opas que lo único que han hecho es durar". La segunda es de su papá: "Fíjate que todo es cíclico". Son su proa a la hora de trabajar reuniendo arte e historia. "Intento alcanzar esa mística que significa llegar al hueso del espectador, dislocarlo de un lugar cómodo de contemplación y ponerlo en vilo. De eso se trata", confesó.
"Cuando la obra está terminada, queda esperar que hable por sí misma y dé su veredicto", agregó. En ese entramado también aparece el rol del director como testigo de su época. "La historia siempre me interesó. Los argentinos tenemos una tendencia a la amnesia. Y el arte tiene que presentar su contrapeso. La idea no es salvarse uno solo porque, como decía Jaime Dávalos, la única manera de salvarnos es salvarnos todos juntos".

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