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La Textil Tartagal, esfuerzo de mujeres

Lunes, 28 de marzo de 2016 01:00
Una de las emprendedoras en su máquina, confeccionando guardapolvos.
En agosto de 2011 comenzaba en Tartagal la instalación de la primera textil provista de máquinas industriales y materiales e insumos para la confección de ropa de trabajo, delantales y guardapolvos escolares, entre otras prendas.
Pasados casi 5 años, las emprendedoras ya pusieron a la venta una producción que podría definirse como totalmente propia y casi independiente, ofreciendo guardapolvos para niños de entre 6 y 14 años a un precio y una calidad que pueden competir con cualquier otro producto de las marcas nacionales más conocidas.
En sus inicios, la Fábrica Textil se financió íntegramente con recursos estatales, ya que no solo las máquinas y los insumos sino también los sueldos fueron abonados por la Municipalidad de Tartagal y la Secretaría de Empleo provincial.
En principio, unas 100 costureras se postularon para ingresar a la empresa, pero finalmente quedaron 35 emprendedoras, la mayoría modistas que recibieron capacitación durante dos meses de la propia Secretaría.
La fábrica como tal funciona hoy en forma independiente, ya que con las ventas realizadas pudieron adquirir las telas e insumos, mientras una pequeña remuneración es entregada a las emprendedoras por el municipio. Los pronósticos de estas trabajadoras indican que en menos de un año lograrán total independencia económica y financiera, aunque seguirán funcionando en un edificio rentado por la comuna local, al menos durante 2016.
Miles de uniformes
Desde sus inicios, el proyecto fue impulsado por la intendencia y apuntó a que las emprendedoras se autofinancien. "Solo Tartagal tiene cada año una demanda de 18.000 unidades entre delantales y uniformes para los colegios y escuelas; esto sin tomar en cuenta los uniformes de trabajo de diferentes entidades tanto públicas como privadas. La Secretaría de Empleo proporcionó los recursos iniciales con 16 máquinas, insumos y todo lo que se necesitaba para lanzarse en este trabajo", aclaró el intendente Sergio Leavy.
"La idea original que teníamos de la Textil Tartagal va en el camino pensado, aunque requiere probablemente más tiempo del que habíamos estimado. Comenzó dependiendo íntegramente del municipio y de la Provincia que le compró las máquinas, telas, hilos, sueldos y alquiler del local. Pero pasados 4 años estamos dejando que camine por sí sola y creo que el acompañamiento ha sido un gran acierto. Muchos emprendimientos en los que el Estado puso recursos fracasaron porque no tuvieron el asesoramiento y el apoyo que, en este caso, ha sido de más de tres años. En la actualidad, si bien siguen funcionando en un edificio que alquila el municipio, la idea es que en un año a más tardar puedan costear el alquiler. Por el momento solo reciben alguna ayuda en los meses en que no tiene una venta importante, pero de a poco se irán sustentando en un 100% de su actividad", vaticinó.
Financiamiento propio
Textil Tartagal es el segundo emprendimiento de este tipo. Para evitar confusiones por los nombres, el primero fue la llamada Fábrica Textil y el intendente Leavy explica que se autofinanció. "Si bien los elementos para empezar fueron provistos por el Estado, siempre tuvieron otro nivel en cuanto a gerenciamiento y nunca dependieron del municipio para comprar telas o pagar los sueldos. Ahora contratan con empresas petroleras de la zona y manejan volúmenes mayores que Textil Tartagal, pero con la experiencia que tienen las mujeres de esta segunda cooperativa es muy difícil que fracase. Nosotros iniciamos este proyecto con 100 piqueteras y ahora son 30 mujeres que trabajan a conciencia. Quizás se pueda opinar que el resultado no es el esperado, pero no es fácil que un grupo pase a consolidarse como una cooperativa, sino que lleva tiempo y mucho esfuerzo", consideró.
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En agosto de 2011 comenzaba en Tartagal la instalación de la primera textil provista de máquinas industriales y materiales e insumos para la confección de ropa de trabajo, delantales y guardapolvos escolares, entre otras prendas.
Pasados casi 5 años, las emprendedoras ya pusieron a la venta una producción que podría definirse como totalmente propia y casi independiente, ofreciendo guardapolvos para niños de entre 6 y 14 años a un precio y una calidad que pueden competir con cualquier otro producto de las marcas nacionales más conocidas.
En sus inicios, la Fábrica Textil se financió íntegramente con recursos estatales, ya que no solo las máquinas y los insumos sino también los sueldos fueron abonados por la Municipalidad de Tartagal y la Secretaría de Empleo provincial.
En principio, unas 100 costureras se postularon para ingresar a la empresa, pero finalmente quedaron 35 emprendedoras, la mayoría modistas que recibieron capacitación durante dos meses de la propia Secretaría.
La fábrica como tal funciona hoy en forma independiente, ya que con las ventas realizadas pudieron adquirir las telas e insumos, mientras una pequeña remuneración es entregada a las emprendedoras por el municipio. Los pronósticos de estas trabajadoras indican que en menos de un año lograrán total independencia económica y financiera, aunque seguirán funcionando en un edificio rentado por la comuna local, al menos durante 2016.
Miles de uniformes
Desde sus inicios, el proyecto fue impulsado por la intendencia y apuntó a que las emprendedoras se autofinancien. "Solo Tartagal tiene cada año una demanda de 18.000 unidades entre delantales y uniformes para los colegios y escuelas; esto sin tomar en cuenta los uniformes de trabajo de diferentes entidades tanto públicas como privadas. La Secretaría de Empleo proporcionó los recursos iniciales con 16 máquinas, insumos y todo lo que se necesitaba para lanzarse en este trabajo", aclaró el intendente Sergio Leavy.
"La idea original que teníamos de la Textil Tartagal va en el camino pensado, aunque requiere probablemente más tiempo del que habíamos estimado. Comenzó dependiendo íntegramente del municipio y de la Provincia que le compró las máquinas, telas, hilos, sueldos y alquiler del local. Pero pasados 4 años estamos dejando que camine por sí sola y creo que el acompañamiento ha sido un gran acierto. Muchos emprendimientos en los que el Estado puso recursos fracasaron porque no tuvieron el asesoramiento y el apoyo que, en este caso, ha sido de más de tres años. En la actualidad, si bien siguen funcionando en un edificio que alquila el municipio, la idea es que en un año a más tardar puedan costear el alquiler. Por el momento solo reciben alguna ayuda en los meses en que no tiene una venta importante, pero de a poco se irán sustentando en un 100% de su actividad", vaticinó.
Financiamiento propio
Textil Tartagal es el segundo emprendimiento de este tipo. Para evitar confusiones por los nombres, el primero fue la llamada Fábrica Textil y el intendente Leavy explica que se autofinanció. "Si bien los elementos para empezar fueron provistos por el Estado, siempre tuvieron otro nivel en cuanto a gerenciamiento y nunca dependieron del municipio para comprar telas o pagar los sueldos. Ahora contratan con empresas petroleras de la zona y manejan volúmenes mayores que Textil Tartagal, pero con la experiencia que tienen las mujeres de esta segunda cooperativa es muy difícil que fracase. Nosotros iniciamos este proyecto con 100 piqueteras y ahora son 30 mujeres que trabajan a conciencia. Quizás se pueda opinar que el resultado no es el esperado, pero no es fácil que un grupo pase a consolidarse como una cooperativa, sino que lleva tiempo y mucho esfuerzo", consideró.
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