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"Made in China", y de ocasión

Martes, 02 de octubre de 2018 00:00

Después del gran crecimiento a partir de la década del 70 del siglo pasado de los llamados cuatro dragones asiáticos (Hong Kong, Singapur, Taiwán y Corea del Sur) y acompañado por el rápido desarrollo de China después de la reforma y apertura, esta región de Asia se ha convertido actualmente en la zona de mayor vitalidad económica y con el mejor crecimiento potencial en nuestro planeta tierra.

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Después del gran crecimiento a partir de la década del 70 del siglo pasado de los llamados cuatro dragones asiáticos (Hong Kong, Singapur, Taiwán y Corea del Sur) y acompañado por el rápido desarrollo de China después de la reforma y apertura, esta región de Asia se ha convertido actualmente en la zona de mayor vitalidad económica y con el mejor crecimiento potencial en nuestro planeta tierra.

Este crecimiento exponencial en el corto plazo podemos explicarlo primero con la recuperación de la economía mundial y segundo con las políticas de desarrollo económico de la región, iniciada entre otras con el modelo llamado de "gansos voladores" (Ganko Keitai) que se inicia en Japón en la década del 70 y el esquema que generó la fuerza motriz de Asia liderado por China, de "integración regional", que consiste en tener una estructura muy diversificada en lo político, económico y cultural. Estos modelos han sucumbido a las dos crisis financieras mundiales ocurridas después de la Guerra Fría, y que fueron afianzadas con el crecimiento estable de economías desarrolladas como las de Estados Unidos, Japón y Europa, y ratificadas por el creciente y rápido desarrollo de mercados emergentes como los de India y China.

Hoy, a pesar de conocer la mejora económica de la región en el corto plazo, la pregunta es si Asia puede obtener un desarrollo sostenible en el tiempo, ya que los riesgos son muchos, entre otros: el retroceso del libre comercio internacional, la agudización de los conflictos comerciales a nivel mundial y otros a nivel regional como el futuro económico de Japón, China, India, agrupados en la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Ansea), cuyos objetivos contempla esta si tuación.

El problema del crecimiento de sus economías para Asia no es menor, ya que estos países tienen diferentes etapas de desarrollo y sistemas políticos distintos, además de las economías avanzadas están las de ingresos medios y bajos, las de los países y regiones menos desarrollados con desafíos como la distribución desigual y la brecha entre ricos y pobres; este sí será un conflicto difícil de superar en el mediano y largo plazo, pero si lo vemos como una fortaleza observamos que se podrán aprovechar estas asimetrías y llevar a cabo una cooperación e integración que se complementen.

La economía que viene

El problema del crecimiento de la economía de Asia, especialmente de China e India, es que el crecimiento económico fue acompañado de una brecha de ingresos cada vez mayor, que traerá serios problemas socioeconómicos debido a que las diferencias se fueron agudizando a través del tiempo y será muy difícil suturarlas en el corto plazo.

A partir de 2010 China se convirtió en la mayor economía de Asia, al superar el PBI de Japón. Los dos colosos son las fuerzas motorizadoras más importantes que impulsaron el crecimiento de la economía regional. China empezó a liderar la integración económica regional e internacional apoyada en objetivos claros, tendientes a promover un desarrollo regional más abierto, igualitario, inclusivo y cooperativo.

Actualmente, en su estrategia a nivel internacional, orientada a la gobernabilidad global, el gran dragón se concentrará en un concepto central: “apertura”, esto significa que el país procurará abrirse de una manera más transparente, con mayor respeto a la ley en sectores como el financiero, manufacturero, de servicios, en la protección de la propiedad intelectual y con una significativa apertura de las importaciones, con el objetivo de dejar de ser la “fábrica del mundo” para ser “un mercado mundial”.
También buscará promover la cooperación regional basada en el “crecimiento inclusivo”, que contempla mejorar objetivos sociales más amplios, como las necesidades básicas del pueblo, la promoción del empleo, la distribución de los ingresos, la erradicación de la pobreza, el desarrollo equilibrado y la protección del medio ambiente, conceptos superadores al tradicional “crecimiento económico”.

Apertura en versión china

El 10 de abril pasado el presidente Xi Jinping pronunció un discurso en la inauguración de la Conferencia anual del Foro de Boao para Asia 2018 (el Davos asiático), refiriéndose a la política de reforma y apertura considerada como la segunda revolución China, y aseguró que no solo va a influir significativamente en el mundo sino también en su país. Y la calificó como “una decisión justa, objetiva y dialéctica”.
Entre las medidas para ampliar la apertura podemos citar cuatro, consideradas las más importantes:
. Mercado: China ampliará significativamente el acceso a su mercado; el país lanzará este año una serie de normas significativas referidas especialmente al sector servicios, especialmente al financiero, flexibilizando los límites en la participación extranjera en las industrias de la banca, los valores y los seguros.
. Inversiones: China mejorará el ambiente de inversión desde afuera, acompañando con reglas económicas y comerciales internacionales, aumentará la transparencia, fortalecerá los derechos de propiedad, defendiendo el imperio de ley, estimulado la competencia y se opondrá al monopolio.
. Competitividad: China fortalecerá los derechos de propiedad intelectual ofreciendo un mayor impulso al aumento de la competitividad en la economía dentro de sus fronteras. Recordemos que un requisito de las empresas extranjeras es preservar este derecho. Este año China reorganizará la Oficina Estatal de Propiedad Intelectual para fortalecer la aplicación de esta.
. Importaciones: China aumentará las importaciones, considerando a la demanda interna como el motor fundamental para el desarrollo económico de un país y también el requisito necesario para atender la demanda cada vez mayor del pueblo que busca una vida mejor. Recordemos que todos los años en China más de 40 millones de personas ingresan a la clase media y tienen que aumentar sus demandas de salud, alimentos, educación, etcétera.
Argentina tiene que aprovechar esta apertura, que posibilitará exportar y competir con la primera economía de Asia y la segunda del mundo en un mercado abierto; el desafío está lanzado, tenemos recursos humanos y naturales para asumirlo; la oportunidad siempre es ocasión para superar las crisis; es perentorio y depende de nosotros.

 
 

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