¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

16°
19 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Con viento de cola y un abismo al costado

Sabado, 31 de diciembre de 2022 00:00

El pasado mes de noviembre nos dejó buenas noticias de la economía; por lo menos mejores, que las que venimos analizando hasta ahora. Son muchas las "buenas nuevas": por el bloqueo de importaciones tuvimos superávit comercial ya que exportamos por US$ 7.089 millones e importamos por US$ 5.750 millones, pero si computamos los 11 primeros meses de este año tuvimos un superávit de US$ 5.800 millones, muy por debajo de los US$ 14.231 que en igual período del año pasado. Y recordemos que es la única fuente de divisas genuinas que tenemos.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

El pasado mes de noviembre nos dejó buenas noticias de la economía; por lo menos mejores, que las que venimos analizando hasta ahora. Son muchas las "buenas nuevas": por el bloqueo de importaciones tuvimos superávit comercial ya que exportamos por US$ 7.089 millones e importamos por US$ 5.750 millones, pero si computamos los 11 primeros meses de este año tuvimos un superávit de US$ 5.800 millones, muy por debajo de los US$ 14.231 que en igual período del año pasado. Y recordemos que es la única fuente de divisas genuinas que tenemos.

También la inflación mensual retrocedió respecto a meses anteriores, claro que como consecuencia de los acuerdos de precios que no subirían más del 4%, también en la Bolsa de Buenos Aires subió su índice S/P Merval y en la Bolsa de Nueva York las acciones de empresas argentinas también subieron.

Por la ola de frío en el hemisferio norte, el petróleo volvió a subir, los metales preciosos no aumentaron, los básicos sí se incrementaron y los granos mostraron subas interesantes en bolsas como la de Rosario y Chicago. Los aumentos sostenidos de las materias primas benefician a la Argentina

Con tres domingos consecutivos de fiestas y, en el medio, las alteraciones que generan los problemas judiciales en el oficialismo, se desarrolla un contexto particular:

* La buena licitación de renovación de títulos lograda por Massa

* El fallo adverso y la hipotética declinación de la candidatura de Cristina de Kirchner (ella dice que la proscriben, pero lo cierto es que desde hace años las encuestas le resultan desalentadoras).

* La toma de posiciones de pagar menos impuestos en bienes personales.

* El campeonato mundial obtenido por la selección y la evidente decisión de los campeones de no regalar fotos al oficialismo el Presidente dijo, sin embargo, que él "ganó tres copas").

* El drástico fallo de la Corte a favor de la Ciudad y la rebelión (verbal) del oficialismo contra la Justicia.

* Y el comienzo de la campaña electoral.

Pero en ese contexto también se inscriben otros datos nada estimulantes:

* El dólar blue se disparó hasta merodear los $360

* Economía tiene necesidades de financiamiento para todo 2023 por US$ 141.740 millones y las fuentes presupuestadas alcanzan los US$ 125.782 millones.

* El FMI y el propio Ministerio de Economía proyectan un déficit financiero fiscal de unos $ 648.000 millones extras que el Tesoro deberá buscar en el mercado local de capitales. Es decir, más deuda con el sector privado.

* En diciembre, la emisión directa e indirecta para asistir al Fisco ya ronda $710.000 millones, una expansión monetaria equivalente al 25% de la base monetaria promedio de noviembre.

Lo que viene, o vendría

La foto que estamos viendo recién se está revelando y la conoceremos en enero; entonces podremos saber realmente cómo estamos, cómo seguiremos, o si el equilibrio inestable fue solamente un pequeño chaparrón que anuncia la tan ansiada llegada de las lluvias para terminar con esta tremenda sequía que sufrimos en Argentina.

Quizá en Reyes podremos observar qué hacen los grandes capitales, qué pasa con las licitaciones de bonos en pesos, la explicitación sobre de dónde salieron los pesos cuando le prestaron días pasados $810.000 millones a Mazza. En enero hay vencimientos por $1,1 billones; allí podremos comprobar si todo se sigue sosteniendo como hasta ahora: veremos qué pasa con la inflación de diciembre, con los precios justos, con el pago y la firmeza de los títulos públicos (Leliq) o si seguiremos padeciendo como lo hicimos con los penales en la final contra Francia.

Lo que sí es cierto es que el ministro Massa y su equipo lograron estabilizar la crisis económica que heredó de Martín Guzmán, Silvina Batakis y de los tres años de una gestión de la que es parte desde el comienzo. El tiempo dirá si la leve mejora en la inflación anticipa una tendencia a la desaceleración se mantendrá sin demasiadas aspiraciones de largo plazo y solo para llegar con un mar calmo a las elecciones de 2023. Por ahora logró que los que decían que no se llegaba expliquen por qué se está llegando. Ahora deberá crear la sensación de que con este envión se llegará a las urnas sin que explote una bomba en el camino, a pesar de los desaguisados de Fernández y Cristina Kirchner. Cada vez se discute menos sobre el tema fiscal, el monetario, o la necesidad de un valor único para el dólar o simplemente dolarizar la economía. Una grieta que se achica y nos hace ilusionarnos con un avance del realismo. No obstante, la velocidad y profundidad de las medidas materializadas hasta ahora aún están muy lejos como para llegar a considerar a nuestro país como "un país normal". El Gobierno no tiene ningún incentivo para profundizar las medidas necesarias en el mediano y largo plazo, es decir: ir a fondo con los ajustes por el alto costo político y social que representan. La oposición, en cambio, presiona para que las medidas necesarias las implemente este gobierno, por dos razones: la crisis de fondo se agrava cuanto más se prolonga y, por supuesto, esperan que quien la genera corra con el costo de solucionarlas, que no es gratis.

Pero está claro que al ministro no le interesa hacerlo. Él trata de generar confianza para llegar a las elecciones y siente que es precandidato, pero si tiene éxito sin pagar costos. Y en todo caso, prefiere que el nuevo gobierno se haga cargo de estabilizar la macroeconomía y ponga en marcha el imprescindible proceso de crecimiento y desarrollo.

El "Plan Sobrevivir", que algunos analistas llaman "Plan Freezer" - porque consistió en congelar los precios para controlar y bajar la inflación en estos meses- , obliga a preguntarnos si alcanza con esto. Es obvio que no, pero en diciembre contabiliza ciertos logros ya que el grado de acatamiento es alto ….. Ahora, para enero, febrero y marzo, las perspectivas son diferentes.

Sabemos que en el verano la gente demandará menos dinero, pero el Tesoro necesitará renovar la deuda en pesos que vence en estos meses; también la oferta de dólares será menor, pero el BCRA necesitará bastantes para abastecer importaciones comprometidas por el Gobierno con los productores en el "Plan Precios Justos".

El plan prometido por Massa es considerado demasiado ambicioso -bajar un poco la inflación, del 6% al 4% mensual- ya que serán necesarios dólares oficiales para abastecer de insumos importados a los que se comprometieron mantener el programa Precios Justos y es justamente lo que va a faltar hasta que comiencen a entrar por la cosecha en abril del 2023. Tiene por delante un camino con muchos obstáculos, pocos dólares y demasiados pesos (por la gran emisión) que están a la deriva y se asocian con el actual movimiento en alza del dólar blue que se maneja en un mercado informal y las cotizaciones de distintos tipos de dólares en blanco como el MEP y del CCL con control de la AFIP.

En medio de la inflación, el tipo de cambio se sigue retrasando, la brecha se agiganta (llegó al 100%) y esto significa que perdemos competitividad, a pesar de que están bloqueadas las importaciones de casi todo: al retrasarse el tipo de cambio debemos aumentar los precios en dólares de nuestras exportaciones, perdiendo mercados y también bajando el superávit comercial.

Hoy estamos algo mejor que cuando arreciaba la tormenta, cinco meses atrás, pero el cielo de la economía no está despejado. Desde el Ministerio de Economía emana la sensación de que están manejando con viento de cola y un precipicio al costado.

PUBLICIDAD