El año 2022 termina envuelto en problemas que la política vuelca sobre la sociedad, como si los dirigentes estuvieran dispuestos a arruinar las fiestas de Navidad, Año Nuevo y el Mundial.
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El año 2022 termina envuelto en problemas que la política vuelca sobre la sociedad, como si los dirigentes estuvieran dispuestos a arruinar las fiestas de Navidad, Año Nuevo y el Mundial.
El conflicto generado por el fallo de la Corte Suprema, favorable a la Ciudad de Buenos Aires- como era previsible y ajustado no solo a la norma jurídica sino a la lógica – y que obliga al Gobierno nacional a pagarle la coparticipación que le sustrajo en 2020 para beneficiar a la provincia de Buenos Aires, es la máscara del enorme desconcierto que reina en el Poder Ejecutivo a partir de la cada vez más visible fractura interna del oficialismo.
Casi de golpe se produjeron los despidos de Victoria Donda del INADI y del ex gobernador de Mendoza, Rodolfo Gabrielli, que hasta ayer encabezaba la Casa de la Moneda, así como las renuncias del director de la Oficina Anticorrupción, Félix Crous, fervoroso cristinista al igual que la también renunciante directora del Banco Central, Betina Stein, y del antropólogo Alejandro Grimson, un asesor de máxima confianza de Alberto Fernández. Un síntoma claro de crisis, no de gabinete, sino de rumbo.
Al mismo tiempo, mientras la ex presidenta reacciona contra los fallos condenatorios atacando al máximo tribunal, sus seguidores se alinean para formular cuestionamientos institucionales que socavan la independencia de poderes y la credibilidad del país.
Hay una idea rectora en esta estrategia, y es la teoría del "lawfare", del "partido judicial" que pretenden poner evidencia con grabaciones obtenidas en forma ilegal de las que se pretende deducir complicidades y sobornos.
Las declaraciones de Oscar Parrilli, Anabel Fernández Sagasti y Eduardo Valdez evocan, por los métodos y los objetivos, a los esfuerzos del kirchnerismo en 2017, cuando intentaban presentar la muerte de Santiago Maldonado como "una restauración del terrorismo de Estado por decisión de Mauricio Macri".
La inestabilidad política siempre termina en el naufragio de la economía. La "rebelión" a medias de Fernández contra la Corte Suprema, acompañado por algunos gobernadores tuvo la virtud de hacer temblar Sergio Massa y su equipo. Sin seguridad jurídica, el lento camino de decadencia que el país viene recorriendo desde hace dos décadas se va convirtiendo en un despeñadero.
Las amenazas de Alberto Fernández mostrándose como un revolucionario dispuesto a desobedecer el fallo del máximo tribunal no solo ponen en duda su continuidad como docente en la Facultad de Derecho de la UBA sino que derivaron en una nueva disparada del dólar.
La "satanización" del macrismo ya resulta desgastante luego de tres años. El empeño por vincular - en base a un testimonio sin pruebas ni credibilidad - al diputado Gerardo Milman con el absurdo intento de atentado contra la vicepresidente frivoliza la gravedad del hecho, ya que la propia Cristina Kirchner debió haber exigido antes explicaciones claras de su custodia y de la Policía Federal, por la perceptible negligencia de aquella noche.
Ahora, la mira está puesta en Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta.
La denuncia de supuestos contactos entre el ministro de Seguridad porteño, Marcelo D'Alessandro, y funcionarios de la Corte buscan evidenciar que el tribunal trata de asegurar el triunfo de Larreta. Lawfare en estado puro
El gobernador aspira a ser reelecto en 2023 como gobernador bonaerense, y necesita mucho dinero para el conurbano. En esa área, no las tienen todas consigo por las internas políticas y, sobre todo, por el poder de los intendentes. Larreta quiere ser presidente, y genera desde 2020 un temor, quizá exagerado, en el oficialismo.