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20 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Lo siento señora, pero su traspié es indisimulable...

Viernes, 29 de abril de 2022 02:25

Inteligencia y restricciones. Una de las discusiones "de fondo" de nuestra Argentina (otra que la inflación, la pobreza, el estancamiento, el narcotráfico, la inseguridad....) es si "la señora" es muy inteligente, si es una verdadera estadista, si es la mejor política de la Argentina, etc. Probablemente una reflexión previa pase por escrutar un poco el concepto de inteligencia junto a otros atributos de la condición humana.

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Inteligencia y restricciones. Una de las discusiones "de fondo" de nuestra Argentina (otra que la inflación, la pobreza, el estancamiento, el narcotráfico, la inseguridad....) es si "la señora" es muy inteligente, si es una verdadera estadista, si es la mejor política de la Argentina, etc. Probablemente una reflexión previa pase por escrutar un poco el concepto de inteligencia junto a otros atributos de la condición humana.

En general, y muy a pesar de lo que algunos economistas y psicólogos sostienen, las personas sí son racionales y procuran lo máximo en su conducta. El punto es que, del mismo modo que en la búsqueda de "lo mejor" al momento de adquirir los bienes y servicios que necesitamos o que nos complacen, estamos limitados por nuestro presupuesto, también lo estamos por nuestras preferencias, creencias y demás "códigos", que condicionan nuestras decisiones.

Así, la elección de comprar pescado "justo" en las proximidades de Semana Santa en que aumenta la demanda de este producto cuando tenemos todo el año para satisfacer esta preferencia, lo mismo que ocurre con el lechón de fin de año que elegimos "sólo" para esta fecha, desde cierta perspectiva podría ser considerado como una conducta "irracional" (¿por qué comprar algo justo cuando su precio es más elevado?).

 

Sin embargo, además de los precios relativos (la carne de cerdo respecto de la de pescado, pollo y vacuno), las personas también tienen en cuenta sus códigos éticos, creencias, costumbres, etc., con lo que las elecciones son el resultado entonces de un conjunto de circunstancias y no de una sola cuestión.

Evidentemente, no sería del todo correcto considerar que quien se abstiene de todo tipo de carne, excepto la de pescado, en proximidades de Semana Santa, es "irracional".

Análogamente, quien no adhiere a emplear métodos violentos o reñidos con la ley, no es menos racional que quien delinque o adopta conductas enfrentadas con la ética y las leyes de una sociedad.

De hecho, algunas estadísticas demuestran que los delincuentes suelen, por lo general, tener un cociente intelectual más bajo que las personas corrientes.

¿Estadista, o "estás frita"?...

Volviendo ahora a nuestra "señora", que no es otra que la vice presidente de la Nación, Cristina Fernández (destacando que se ha escrito "vice presidente" en homenaje al lenguaje inclusivo; de otro modo, imaginamos, debería ser "vica presidenta"), probablemente no sería del todo correcto considerar que sus ideas y decisiones transgresoras reflejen necesariamente una inteligencia superior, o una conducta de "estadista", sin perjuicio de quien esto escribe considera a la vice presidente una mujer sin duda muy inteligente.

En efecto, y conforme lo señalado precedentemente, tal vez habría que inscribir la conducta de la señora Cristina Fernández, no tanto dentro de una extraordinaria superioridad intelectual, sino más bien en el marco de un enfoque desprovisto de "prejuicios", los cuales, dentro de sus simpatías marxistas (o marxistoides) se expresarían como "prejuicios pequeño -burgueses", que no son compartidos justamente por los "revolucionarios" marxistas, o marxistas descafeinados, como podría caracterizarse a los populistas, o algunos de ellos al menos.

Dicho de otra forma, tal vez no se trata tanto de "jugadas brillantes" de la señora Cristina Fernández, sino de iniciativas que no forman parte de quienes se manejan con "prejuicios pequeño - burgueses".

Así, los "pequeños burgueses", por lo general no toman recursos que no le pertenecen, respetando así las leyes, como ocurrió con los fondos que Alberto Fernández, el presidente, le quitó al jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, siguiendo instrucciones de la señora Cristina Fernández.

Análogamente, la "idea brillante" de romper el bloque de senadores del Frente de Todos, probablemente no habría surgido nunca de parte de quienes se aferran a estos "prejuicios" de los que se está hablando.

Por supuesto, también está de por medio el considerar que la señora vice presidente no se siente muy cómoda al enfrentar varios juicios en su contra, junto a otros que, pese a haber sido sobreseída de los mismos, han sido no obstante apelados. De este modo, no sería del todo inverosímil suponer que la "jugada brillante de estadista" consistente en la partición de su bloque en el Senado, se inscriba en la búsqueda de un integrante adicional que se sume a quienes podrían apoyarla en la designación de jueces que simpaticen con su causa, si esto fuera posible.

"Hacete amigo del juez..."

El problema de los "revolucionarios" se presenta porque, muy a su pesar, la conducta por fuera de la "moral pequeño - burguesa" se enfrenta con las leyes de un país que, para bien o para mal, se ha conformado dentro de un marco institucional que coincide casi en su totalidad con los "prejuicios" de sus habitantes. Así, al ser la mayoría de los componentes de la Argentina (las provincias) de espíritu federal, y adherir a la libertad en sentido amplio y completo, nuestra Constitución refleja precisamente eso, y por lo tanto, las conductas que se oponen a las que prescribe la Constitución y las leyes, son penadas justamente por estas últimas, con lo que los "revolucionarios" se exponen por lo tanto a la cárcel si transgreden las normas establecidas.

Frente a esto, la "salida" es formar "cuadros" revolucionarios, vale decir, jueces y fiscales que rechacen la Constitución, no de manera explícita por supuesto, pero sí a través de sus fallos. Dicho de otra forma, si unos jueces podrían imponer la cárcel a los "revolucionarios" transgresores, otros jueces "revolucionarios" podrían interpretar la ley de manera benévola y librarlos de su destino.

Se tiene entonces una explicación menos impactante para la conducta de la señora vice presidente, la cual no estaría (o no solamente) inspirada en una genialidad de la que los ciudadanos normales podríamos carecer, sino en la sabiduría del Viejo Vizcacha, que es más tenida en cuenta por algunos argentinos que los consejos de Martín Fierro a sus hijos:

"El primer cuida'o del hombre

es defender su pellejo

Llévate de mi consejo,

fíjate bien en lo que hablo:

Que el diablo sabe por diablo

pero más sabe por viejo..."

Y especialmente:

"Hacete amigo del juez,

no le des de qué quejarte,

y cuando quiera enojarse

vos te le has de encoger

pues siempre es bueno tener

palenque ande ir a rascarse..."

 

 

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