El 22 de diciembre Argentina salía de la competencia a Mejor película extranjera para el Oscar 2024. "Los delincuentes", de Rodrigo Moreno, había quedado en la instancia de preselección de quince filmes. Así se frustró la esperanza de estar por segundo año consecutivo entre las cinco finalistas que llegan a la premiación, lo que sí había ocurrido en 2022 con "Argentina, 1985", que perdió ante la alemana "Sin novedad en el frente". "Los delincuentes" se había estrenado en las salas locales el 26 de octubre y en su premiere internacional, en mayo de 2023 en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes, le habían hecho una auspiciosa recepción.
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El 22 de diciembre Argentina salía de la competencia a Mejor película extranjera para el Oscar 2024. "Los delincuentes", de Rodrigo Moreno, había quedado en la instancia de preselección de quince filmes. Así se frustró la esperanza de estar por segundo año consecutivo entre las cinco finalistas que llegan a la premiación, lo que sí había ocurrido en 2022 con "Argentina, 1985", que perdió ante la alemana "Sin novedad en el frente". "Los delincuentes" se había estrenado en las salas locales el 26 de octubre y en su premiere internacional, en mayo de 2023 en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes, le habían hecho una auspiciosa recepción.
"El fracaso de Los delincuentes" decía hace unos días la placa usada por un canal de llegada nacional para difundir la noticia. "Si hacemos una analogía con el Mundial, somos la selección argentina 2023; pero, lamentablemente, no somos campeones como la de fútbol, quedamos afuera en la segunda ronda. Para nosotros nada más alejado del fracaso: amamos la película, su recorrido y las devoluciones que estamos teniendo del público", reflexionó Daniel Elías, uno de los protagonistas, salteño él y con quien siempre podemos volver de una charla con un nuevo y profundo entendimiento de la labor del actor.
¿Cómo surgió tu fascinación por el cine y qué recordás qué veías de niño y de adolescente?
Creo que mi fascinación por el cine viene de la niñez, ver una película es ver un mundo nuevo, es conocerse, es crecer, es pensar, es divertirse o llorar. De niño y adolescente para mí el cine era "E.T.", "Cuenta conmigo", "Los Goonies", "La historia sin fin", "Tiburón", "Bambi", ver esas películas son de mis mejores anécdotas. De adolescente me gustaba "El Zorro", que veía con mis hermanos y mis padres, Chuck Norris y documentales sobre animales, que veía con mis primos y mi padrino en los 90. Cuando iba al cine me gustaba ver películas argentinas, me gustaba ver lo hecho en el país y sus historias. De niño siempre estaba metido en obras de teatro y actos del colegio, pesebres vivientes, armado de chozas, shows improvisados en reuniones familiares. De chico en mi familia me decían que iba a ser actor, medio como un chiste, pero no lo veía como algo serio, no me lo creía, no lo veía como una posibilidad, era un juego. Recién a los diecinueve años, estudiando otra carrera en Tucumán, lo vi como una posibilidad, me cayó una ficha y me metí a estudiar actuación, y mi familia en ese momento no lo veía como algo serio.
¿La actuación es algo serio?
No sé si la actuación es algo serio, hay que tener responsabilidad, responsabilidad por lo que se comunica a los espectadores, responsabilidad en el trabajo con otros, en los horarios, pero no es serio. Creo por eso tiene que ver con la niñez para mí, ser responsable, sí, pero ser como un niño: libre, ridículo, absurdo, jugar, sorprenderse, descubrir, crear… Una película es un mundo nuevo.
¿Por qué decidiste estudiar biotecnología?
Me fui a Tucumán en el 99, a los dieciocho, a estudiar farmacia. Mi abuelo era bioquímico y farmacéutico, trabajaba haciendo medicamentos en una farmacia grande. A mí me fascinaba ese mundo, yo lo seguía mucho a mi abuelo en esa, y en el trabajo en una finca, que más que nada era para sus hobbies y experimentos. Comencé a estudiar farmacia por él. En la facultad no me gustaba mucho, pero lo venía necesario para hacer lo que quería, con esa idea de que recibirse y tener una profesión es lo que hay que hacer. En la facultad me hice grandes amigos, fundamentales al día de hoy, cuento esto porque con ellos llegué a hacer juntos en talleres de actuación y a ver y pasarnos películas de autor: Almodóvar, Jarmusch, Cassavetes, Bergman, Hitchcock, Martel, Favio, Claire Denis, entre otros. En esos años mi abuelo falleció, me pasé de farmacia a biotecnología, que era algo nuevo, sin mucho interés pero me ordenaba, había un gran grupo humano y mucho interés por el conocimiento.
Me dejé llevar por eso, siguiendo mi responsabilidad y el entusiasmo de un grupo de amigos y compañeros. Iba a talleres de teatro y comencé a estudiar actuación en la Universidad Nacional de Tucumán en paralelo a biotecnología. Me recibí de licenciado en Biotecnología y me formé como actor, pero sin recibirme.
¿Alguna vez habías hecho una lista de deseos de experiencias para tu carrera actoral? Y si fue así, habías puesto el Festival de Cannes y los Oscar?
A mi carrera como actor trato de vivirla así, sin especular, ir de personaje en personaje, de proceso en proceso, de película en película. Nunca trabajé con el objetivo de llegar a Cannes o a los Oscar como me está pasando ahora con "Los delincuentes". En cine y en teatro busco que mi trabajo, o lo que yo pueda dar, funcione, ayude a contar la historia, busco generar complicidad con la gente que trabajo, generar vínculos, buenas condiciones de trabajo, aportar buena onda y lo mejor de mí a eso, confiar y tener confianza en la dirección, el equipo y la película.
¿Cómo viviste el Festival de Cannes?
Los delincuentes estrenó en Cannes, en la sección Un Certain Regard, una selección oficial competitiva y para mí la más importante del cine de autor. Cuándo me enteré de la noticia fue un momento hermoso. Justo estaba en una reunión familiar, fue en Pascuas y lo disfrutamos mucho. Los días siguientes fueron de pensar en lo que fue hacer la película, un proceso largo y trascendental en mi carrera, pensé en mi recorrido, en mis compañeros y maestros, en las películas y obras de teatro anteriores en las que había trabajado. Al Festival de Cannes fuimos varios del equipo: el director, los productores, un director de fotografía, un músico y cuatro actores. La verdad fue hermoso y una alegría compartirlo con los que somos parte, la famila de "Los delincuentes", fueron vacaciones y trabajo, todo junto, hermoso. En Cannes recibimos muy buena crítica internacional y una muy buena recepción del público. La película se vendió a MUBI, donde ahora está para verla por streaming y que es mi plataforma favorita, donde está el cine que me gusta hacer y ver. Es un lujo poder estar ahí. Cannes es una ventana al mundo del cine, entre los espectadores hay mucha gente de la industria, eso nos abrió las puertas a un gran recorrido por otros festivales en San Sebastián, Nueva York, Toronto, Polonia, Bélgica, Alemania, Eslovenia, Reino Unido, Jerusalén, Arabia Saudita, Japón, Perú, Chile, Brasil, Argentina etc. Realmente es un sueño. En ese recorrido "Los delincuentes" obtuvo varios premios y distinciones a la dirección, al guion, al montaje, a la fotografía, en la actuación obtuvimos premios para todo el elenco, estoy feliz. En mi carrera fueron días de agradecimiento y de disfrute, esos momentos de aceptar y vivir el éxito, que sabemos es relativo y transitorio, pero por momentos se revela y se obtiene.
¿Cómo colocás en tu vida el binomio éxito-fracaso? ¿Sentís que en este 2023 se fueron viendo los frutos de toda tu dedicación y trabajo?
Están buenísimos los logros y el éxito, pero en mi vida aprendí más del fracaso, y no lo veo como algo malo o que me victimice. Todo lo contrario, creo que generalmente perdemos, y cuando ganamos es hermoso, pero si siempre fuera ganar y éxito explotaría, me perdería varias cosas que reflexionar o transitar. Me gusta pensar que la niñez es muy importante para la actuación, las primeras anécdotas, el instinto, las emociones, el deseo, el desconcierto, el hallazgo, el descubrimiento. Creo que el estilo personal son las intuiciones, va por ahí, lo que fuimos viviendo y cómo vamos ordenando y reordenando nuestro existir, nuestro relato y nuestro origen.
Dicho esto sobre el éxito, el fracaso y la actuación puedo responderte a como incide el éxito en mi carrera de actor y director, y sobre los frutos de la dedicación y el trabajo.
"La esperanza es lo último que se pierde", frase que viene de la mitología griega, de la historia de Pandora. Yo necesito del jarrón de Pandora y de la esperanza para dirigir y actuar. Todos los días me pregunto sobre la esperanza y sobre las desgracias, es algo personal, encontrar cada día algo que me motive, que me dé curiosidad, que ordene una ficha, que me haga mover fichas, que me conecte con el mundo y el presente. Quizás por ahí también viene la actuación, entre lo nuevo y la rutina, un estímulo nuevo me trae una acción nueva, una nueva emoción, puede ser única o se puede repetir. Sumo acciones y emociones a mi vida actuando y viviendo, crezco como humano y como actor en paralelo.
¿La novedad le gana a la rutina y he allí lo emocionante?
También están buenas las rutinas... Para mí el trabajo en cine tiene mucho que ver con el cambiar de rutinas, cada película genera una rutina nueva y la disfruto; pero más disfruto lo nuevo que aparece, lo que esta fuera de la rutina, por eso me gustan las rutinas: normalizan el cotidiano y se puede estar atento a lo que se revela, lo nuevo, el hallazgo, el detalle. También me gusta cocinar, visitar amigos y las reuniones. Quiero decir que el éxito para mí está en eso, disfrutar y crecer en mi carrera. También en poder seguir haciendo películas y en que una película me lleve a otra. Si no actúo dirijo, y en eso me siento exitoso y agradezco poder hacerlo. Ahora, si el éxito se mide en dinero aún no me llegó. No vivo del cine y ojalá me suceda. Las películas se hacen en equipo, con subsidios del Estado, aportes privados y con el público.
Contame sobre "Puna de Pandora"...
Fue una experiencia hermosa filmar en Salta, con realizadores de acá y amigos. Interpreté a Pepo, un periodista del diario donde sucede la historia. Mi personaje es compañero del periodista principal que realiza un descubrimiento sobre las momias del Llullaillaco. Pepo se suma en una investigación al estilo policial y junto a otros personajes realizan una acción clave, entre ficción y realidad, para que hoy estén los niños incas en Salta y que no hayamos sido saqueados y profanados una vez más.
El tema y el caso histórico me atraparon desde un principio. Está buenísimo poder contar historias nuestras que se proyecten en la televisión salteña y contadas por nosotros. Nos hace pensarnos y trabajar juntos como sociedad, y de ahí llegar al mundo. Como dice la frase: "Describe tu aldea y describirás el mundo".