¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

20 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Una multitud se congregó en torno a los fogones en honor a San Pedro y San Pablo

Cerrillos mantiene viva la tradición. Los rituales se realizaron en Villa Balcón.
Jueves, 29 de junio de 2023 07:32

Una multitud se congregó anoche en torno a los tradicionales fogones de Villa Balcón, en Cerrillos, encendidos para honrar a San Pedro y San Pablo. 

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Una multitud se congregó anoche en torno a los tradicionales fogones de Villa Balcón, en Cerrillos, encendidos para honrar a San Pedro y San Pablo. 

El cielo se iluminó con las luces y las chispas de las llamas que se elevaban desde la avenida Manuel J. Castilla

Se trata de un ritual tradicional en honor a los apóstoles, que a lo largo de los años mantienen vivo varias familias cerrillanas, entre ellas los Villa y los Arias, entre otras. 

Como es tradicional, no faltó el chocolate caliente, el pan dulce y el café en torno a la hoguera para combatir el frío; ni el “manchancho”, costumbre que consiste en repartir golosinas y tamales; y que hacen al deleite y la diversión de los chicos.

Un cerrillano contó: “La gente disfruta mucho tirando pocotos y ancopocotos, un híbrido de alto poder explosivo inventado antaño a pedido de los vecinos, que suele ser más estruendoso y hediondos, ya que la fórmula elaborada por los expertos ’inteños’ incorporó una mezcla de hediondilla con hojas de ruda macho”. 

La gente fabricó muñecos de trapo Judas, que luego quemaron en las llamas. La simbología representa dejar atrás lo viejo y negativo, para abrir paso a lo nuevo. 


Una antigua costumbre

En los años 50, en la localidad residían unos 1.500 habitantes que conservaban la tradición de los fogones, heredada de los españoles. Hubo familias especializadas en estos menesteres. Por ejemplo, en el Bº Ameghino los fogones más famosos los organizaban la familia de Eusebio Morales. Eran fiestas en las que no faltaba el Judas, un muñeco de ropa vieja relleno de paja, pocotos y petardos, que era quemado. 

En el Bº La Punta, de la plaza hasta el extremo norte del pueblo, los fogoneros eran los Ruiz, Russo, Guzmán, Pla, Hoyos, Yusca y el Loro López, entre otros. En el Bº Centro, en tanto, eran los Ríos, el Loco Mingo Martín, Mataco Delgado y Cachimba Castiella. Estos hacían su fogata en el baldío frente al Correo viejo. 

Los fogoneros del sur, giraban alrededor de don Nicolás Hoyos; y finalmente estaban los fogones de Pueblo Nuevo, que organizados por los Magno, Salinas, Corimayo, Flores y Valdiviezo

En los 70 estas fiestas comenzaron a desaparecer hasta que en Vº Los Tarcos y en Vº Balcón resurgieron con fuerza y entusiasmo en los 80, de mano de los “Pulentas” Flores y de los Villa. Y volvieron para quedarse.


Significados del ritual 

Antaño, en algunas culturas eran en agradecimiento y al mismo tiempo para atraer la bendición del sol sobre hombres, animales y campos. Por eso, se encendían grandes hogueras, tradición que perduró hasta nuestros días. También se asoció esta festividad a obtener pareja o bien a conservar la que ya se tiene. En otras palabras, se la relaciona con la fertilidad y la fecundidad, amorosa y de todo tipo. En algunos lugares se realiza la quema de un muñeco, que representa lo viejo y negativo.

 

¿Por qué en nuestra cultura se hace alusión a San Juan Bautista? San Lucas narra en su Evangelio que María, tras la Anunciación, fue a visitar a su prima Isabel cuando ésta se hallaba en el sexto mes de embarazo. Por lo tanto, fue fácil fijar la solemnidad del Bautista en el octavo mes de las candelas de junio, seis meses antes del nacimiento de Cristo (24 de diciembre).

En el Evangelio se cuenta que su padre, Zacarías, había perdido la voz por dudar que su mujer, Isabel, estuviera en cinta. Sin embargo, en el momento de nacer San Juan, la recuperó, como se lo había predicho un ángel. Entonces, rebosante de alegría encendió hogueras para anunciar a parientes y amigos la noticia. Siglos después, la noche del 23 al 24 de junio se convirtió en una noche santa y sagrada, sin abandonar por eso su connotación mágica.

En cuanto a las fogatas de San Pedro y San Pablo se preparan para la noche del 28 de junio , en conmemoración “del martirio del primer papa, San Pedro, y del Apóstol de los Gentiles, San Pablo. Al amanecer del 29 de junio del año 67, ambos fueron sacados de la prisión para ser ejecutados por orden de Nerón. Pedro fue llevado a la Colina Vaticana y crucificado cabeza abajo según su deseo, por considerar demasiado digno morir como su maestro. Pablo fue conducido a Ostia, lugar próximo al río Tiber, y allí fue decapitado”.

 

Cada pueblo tiene una forma de sentir la fiesta, celebrando ritos neopaganos y cristianos de acuerdo a su tradición y cultura.

PUBLICIDAD