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20 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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No esperemos milagros

Lunes, 12 de febrero de 2024 00:00

Todo indica que, en las próximas semanas, el gobierno de Javier Milei y Luis Caputo procederá a una nueva devaluación y el dólar oficial volverá a emparejarse con el blue. Este abandono del gradualismo obedecería a la urgencia de divisas. Es decir, el dólar más alto estimulará las exportaciones de origen agropecuario. La revolución libertaria también es transigente ante el imperativo de la realidad que más le interesa. Aunque, seguramente, esta nueva disparada arrastrará a los precios de los consumidores, porque la inflación es un potro duro de domar, por más maniobras que se hagan desde el microcentro.

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Todo indica que, en las próximas semanas, el gobierno de Javier Milei y Luis Caputo procederá a una nueva devaluación y el dólar oficial volverá a emparejarse con el blue. Este abandono del gradualismo obedecería a la urgencia de divisas. Es decir, el dólar más alto estimulará las exportaciones de origen agropecuario. La revolución libertaria también es transigente ante el imperativo de la realidad que más le interesa. Aunque, seguramente, esta nueva disparada arrastrará a los precios de los consumidores, porque la inflación es un potro duro de domar, por más maniobras que se hagan desde el microcentro.

El problema es que la alentadora cosecha que se espera para este año encuentra un mercado internacional donde los valores de la soja, maíz y trigo están en baja, por la menor demanda de China y por las excelentes cosechas en América del Sur.

El campo es el sostén de la economía argentina, pero no es ni puede ser la gallina de los huevos de oro.

Los productores son muy cautos. A pesar de que pasó la sequía, la ola de calor genera incertidumbre y las señales fluctuantes del gobierno con respecto a exportaciones y retenciones estimulan el proverbial pesimismo del agricultor.

En tanto, los operadores de Chicago siguen reforzando "apuestas bajistas" en soja y maíz. El Fondo Monetario Internacional proyecta un crecimiento mundial del 3,1% en 2024 y del 3,2% en 2025. A su vez, prevé que el crecimiento de América Latina y el Caribe sería de apenas 1,9% en 2024.

La sombra que se proyecta sobre el mercado de oleaginosas es generada por los pronósticos más que pesimistas sobre problemas fiscales y financieros en China causados por la "burbuja" inmobiliaria que asoma en ese país y que recuerda al colapso de 2008 ocurrido en EEUU y que incidió en la economía mundial.

Asia, pero sobre todo China, representan más del 65% de las importaciones mundiales de poroto de soja y más del 35% de maíz.

El fundador de Hayman Capital Management, Kyle Bass fue uno de los especialistas que anticipó la crisis financiera de 2008. Ahora, en una entrevista con la cadena estadounidense NBC, afirmó que la burbuja china "es como la crisis financiera de 2008, con esteroides". "China tiene 3,5 veces más apalancamiento bancario que EEUU antes de la crisis y sólo han estado en esto de la banca durante un par de décadas -alertó- La arquitectura básica de la economía china está rota".

Una estimación de la página especializada Valor Soja anticipa que si el agro argentino logra recuperarse y exportar 27 millones de toneladas de harina de soja en la actual campaña, con los valores actuales eso representa ingresos de divisas por unos 11.000 millones de dólares. En el inicio de campaña 2023/24, esa cifra rondaba los 14.500 millones.

Según la Bolsa de Comercio de Rosario, el progresivo incremento de la molienda de soja en EEUU se explica por el enorme crecimiento del consumo interno de aceite de soja destinado a elaborar biodiésel tradicional e hidrotratado. El gran país del norte aplica una fuerte política de subsidios en el marco de la transición energética y así impulsa a su industria aceitera. En este contexto, caen los precios de harina y pellets.

Pero la mayor fuente de preocupación es la demanda China. El Ministerio de Agricultura de ese país decidió reducir el volumen de harina de soja que se utiliza en alimentación animal. Es decir, bajarlo del 14,5% del forraje total en 2022, al 13% en 2023.

En este escenario, el viento de cola va a soplar, pero mucho más débil de lo esperado. Volveríamos a la intensidad de 2015.

* Fuentes: Bichos de Campo, Infocampo y Bolsa de Comercio de Rosario

 

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