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Tarde de música y collage con la obra de la inmortal María Elena Walsh

La artista y docente Milagro Ibarra trabajará con "La calle del gato que pesca". Los niños podrán asistir gratis al evento los jueves en el Alto NOA Shopping. 
Miércoles, 10 de enero de 2024 19:25

Este jueves 11, de 18 a 21, en el Alto NOA Shopping la artista y docente Milagro Ibarra dará el taller de narración y collage "El gato que pes", en tres turnos de una hora cada uno. La actividad se repetirá los jueves 18 y 25 en el mismo horario y lugar, y está destinada a niños mayores de cuatro años.

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Este jueves 11, de 18 a 21, en el Alto NOA Shopping la artista y docente Milagro Ibarra dará el taller de narración y collage "El gato que pes", en tres turnos de una hora cada uno. La actividad se repetirá los jueves 18 y 25 en el mismo horario y lugar, y está destinada a niños mayores de cuatro años.

Narración, música y literatura girarán en torno de "La calle del gato que pesca". Como varias canciones de la autora, esta también viene asociada con una leyenda.

Refieren en sobreparis.com que La calle del gato que pesca se encuentra en el barrio Latino, distrito 5, cerca de la iglesia de San Severino. "Su extraño nombre, del que no se sabe el origen, está envuelto en leyendas de gatos negros desde el siglo XV. Se cree que un sacerdote llamado Dom Perlet, amante de la alquimia, tenía un gato negro muy inteligente: era capaz de pescar peces del Sena con un golpe de sus patas. Convencidos de que se trataba de un hecho diabólico, tres estudiantes mataron al gato y lo arrojaron al río. Estaban seguros de que el gato y el alquimista eran una sola cosa… Al morir el gato el alquimista desapareció, pero reapareció poco después. En cuanto al gato, volvió a pescar tranquilamente al borde del agua", consignan.

Allí también se registra que La calle del gato que pesca realmente existe y es perpendicular a la rue de la Huchette, que lleva al muelle del Sena. Además, el escritor húngaro Jolán Földes vivió en esa arteria en 1930 y escribió una novela homónima, aunque con su título en húngaro. Y, por supuesto, la calle inspiró a María Elena Walsh para desarrollar un poema en torno de ella. "¿Lo ves o no lo ves / al gato que pes / allí, allí / sentado en su ventani…".

Una obra singular

La escritora austríaca Christine Nöstlinger señaló una vez: "La literatura infantil no es una pastilla pedagógica envuelta en papel de letras, sino literatura, es decir, un mundo transformado en lenguaje". He aquí una de las razones por las que María Elena Walsh fue una juglar cuya impronta trascendió las fronteras argentinas. Por esto y por su amor a las infancias la elige Ibarra.

"La riqueza que tiene su obra para niños es que ella nunca pensaba en escribir desde la infantilización o desde el lenguaje, nunca subestimó a la infancia. Entonces eso la hace también más grande, porque pone la cercanía de la metáfora, de lo imaginario, pero también de esto, de imaginarse un mundo al revés, que 'nada el pájaro y vuela el pez'. Algo realmente único", expresó Milagro.

Y agregó que esta autora, rebelde hasta la médula y cuestionadora de todo autoritarismo y prejuicios manejaba como ninguna la enormidad del desvarío, el contrasentido y el "sinsentido".

"Componía desde el disparate, desde el disparate con las palabras. Las palabras que vos las ves de una manera y ella las construye desde otra forma. Y ese lenguaje lo lleva a un lenguaje no solamente poético, compositivo, sino también musical", definió Milagro.

También hizo hincapié en ese transitar desprejuiciado por distintos géneros musicales. "Desde una zamba, pasa por carnavalitos, o canciones con estilo japonés. También ha hecho sus composiciones y las llevó a formatos orquestales, o sea, nunca ha subestimado la infancia y siempre le ha dado mucho sonido a esa composición, que es lo contrario de lo que se ve ahora con el reggaeton, las cumbias y estas que van y vuelven en dos tonos y quedan ahí, ¿no?", reflexionó.

María Elena patrimonio

En un punto de la charla Milagro trae a colación que el 17 de julio de 2023 abrió sus puertas la Casa Museo María Elena Walsh, en Morón, provincia de Buenos Aires. "Una casa natal de por sí encierra un mundo entero, pero María Elena Walsh habitó en un universo infinito y de eso nos habla esta Casa Museo", enunció entonces la museógrafa Maribel García.

"Me parece que María Elena ha trascendido los tiempos y es un placer presentar las obras de ella, porque ¡tienen una inmensidad! Cada vez que la leo descubro una fuente inagotable: siempre encuentro más riqueza en su poética, en su composición y creo que la unión entre la música y la literatura la hace única, irrepetible, inmensa", destacó Milagro. Y ejemplicó con algunos versos que aún la asombran, cada vez que los paladea y siente un renovado brillo en ellos. "¿A quién se le puede ocurrir escribir que 'los pobres coladores tienen mucha sed, porque el agua se les escapa cada dos por tres'? ¿O la historia de este gato que pesca sombreros, que además es muy divertida y la juega con las rimas, con las vocales, con esa acentuación que le da y creo que no va a pasar nunca de moda?", afirmó Milagro.

En 2001 Milagro Ibarra se recibió de profesora de Nivel Inicial y al interesarse en la didáctica de la literatura en 2004 empezó a diseñar propuestas para los estudiantes de magisterio. Pronto iniciaría un recorrido personalísimo, Las Mily y Unas. Infancia con lecturas y música, que la mostraría sobre el escenario y acompañada de músicos, cantando con los ojos cerrados y voz profunda, envuelta en colores de pies a cabeza, por momentos niña, por tiempos mujer, siempre lúdica.

Desde allí desgranó proyectos exitosos de capacitación, recreación y reflexión para niños, padres y maestros. "Me gusta acercar las obras de María Elena al dar mis aportes como educadora en la formación. Van las seños que me siguen, absorben el trabajo con las canciones y por lo general después ellas se las ponen a los alumnos en sus salas", contó.

El taller

Sobre la actividad de hoy anticipó que ella había hecho una adaptación de la canción "La calle del gato que pesca" para leerla y cantarla. Tras escucharla, los participantes van a armar un títere de gato (con la ventanita) con la técnica collage. "Al collage lo elegí porque tiene esa ductilidad de que los niños puedan ir componiendo con distintos materiales", comentó. Al títere que creen, agregó, los niños se lo llevarán a la casa para jugar y recordar la canción.

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