El cantautor jujeño Bruno Arias, cada vez que puede, se da una vuelta por Salta, su compromiso de amigo es primordial en su vida, y lo cumple al pie de la letra. Solo le bastaron unos días para cargar las pilas y seguir su ruta musical.
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El cantautor jujeño Bruno Arias, cada vez que puede, se da una vuelta por Salta, su compromiso de amigo es primordial en su vida, y lo cumple al pie de la letra. Solo le bastaron unos días para cargar las pilas y seguir su ruta musical.
Bruno integra una camada de los jóvenes cantautores de la música de raíz del país y en su carrera solista lleva a cuestas cuatro discos: Changuito volador, Aterrizaje, Kolla en la ciudad y el flamante El derecho de vivir en paz.
Quién puede discutir la calidad, popularidad y compromiso del notable artista jujeño Bruno Arias...un decidor de la realidad, que representa la mixtura entre antiguos ritmos andinos con su ejecución a través de instrumentos eléctricos. Hoy, Arias se encuentra en un momento de alto crecimiento de su carrera y es un escolta fundamental de la nueva trova de la música popular folclórica.
Su corazón solidario jamás descansa "Una mano amiga" es el lema que siempre predica este folclorista.
"Siento la necesidad de expresar mi mensaje"
"La verdad que en los últimos tiempos mantuve escaso contacto con mi gente del norte y es el momento propicio para buscar el acercamiento. Siento la necesidad de expresar mi mensaje con los hermanos salteños", aseguró el jujeño Arias.
Bruno es uno de esos cantores que transmite en cada uno de sus versos, con ideales claros y constante luchador por las causas justas. Sus canciones no pasan desapercibidas, siempre se orientan hacia un objetivo alentador.
"Hace un tiempo sumé una nueva placa a mi carrera. Enfoca mi carrera y las etapas que he vivido artística y personalmente. Vislumbra la esencia que vengo construyendo en estos años y lo que quiero mostrar como artista con un sello, sonido y estilo propio. Su contenido invita a sentir canciones con un fuerte contenido social de diferentes autores expresados en huaynos, chacareras y sayas", dijo.
Su canto llegó a China y Corea
El cantautor jujeño recibió hace unos años el Premio Carlos Gardel, por mejor álbum folclórico. Su canto llegó hasta China y Corea, en los años 2010 y 2012, respectivamente. Fue Consagración del Festival de Cosquín 2013.
Nunca bajo los brazos, tampoco deja que el tiempo lo supere, por eso su carrera no deja de crecer "Es difícil, creo que también tiene que ver una maduración en el camino del artista. Uno va en constante aprendizaje y va creciendo constantemente. En mi caso, no me conformo con quedarme en lo que estaba. Siempre trato de mejorar en todo sentido, desde lo artístico a lo musical. Si puedo estudiar, estudio, si puedo aprender...todo el tiempo nutrirme de música del mundo, escuchar otras cosas. Siempre estoy atento a que pase eso, sentir que todo el tiempo uno va a prendiendo y creciendo. Con la cuestión del repertorio también me gusta componer y necesito sentir que lo que hago es para aportar", acotó el cantor.
Bruno Arias es oriundo de la localidad jujeña de El Carmen, pero en su adolescencia se radicó en Buenos Aires, donde comenzó a edificar su carrera artística. Su carrera fue encontrando nuevas formas a lo largo de los años, sin olvidarse de su gente, sus paisajes, sus costumbres. Es uno de los artistas con mayor crecimiento y compromiso de los últimos tiempos del cancionero popular.
Su repertorio aborda tanto lo festivo como lo reflexivo, pero eso jamás fue inconveniente para posicionarse dentro del cancionero jujeño.
"Tuve la suerte de conocer a la mayoría de los representantes de Jujuy, con el privilegio que algunos me pasen las canciones de mano a mano. Eso tiene otro peso y a la hora de tocar, los temas tienen otra vida. En otros casos, cuando los interpreto siento un compromiso fuerte de todos los músicos que soñaron con que su música se difunda a nivel nacional. En el caso del Víctor Hugo Barrojo, del Kolla Mercado, Pachi Alderete o de Máximo Gregorio Puma. Fuera de todos los artistas que ya son reconocidos, como Tomás Lipán, Fortunato Ramos o el recordado Ricardo Vilca, hay muchos artistas. Es difícil sostener eso. Jujuy tiene muchas influencias de Salta, Bolivia, Chile. Entonces encontrar una forma jujeña para diferenciarte es difícil. O caés en lo festivo que tiene un sonido más boliviano o en algo más carpero como en el Chaco salteño. Es difícil mediar con eso. Ojalá que mi música sirva para que las nuevas generaciones puedan aprender cosas y continuar el legado de esos grandes referentes, como yo cuando comencé escuchando los discos de Vilca o el Kolla Mercado. No puedo decir como me veo en ese sentido, eso lo tiene que decir la gente. Ellos tienen que decir si se sienten representados por mi música o no. Esa legitimación tiene que ser de la gente. Es difícil representar a mi provincia, por toda su diversidad cultural. Trato de continuar con ese camino, pero dándole una impronta propia.