El Gobierno del presidente de Ecuador, Daniel Noboa, quiere convencer a sus aliados de que el cisma causado por el asalto a la Embajada de México para detener a Jorge Glas, exvicepresidente de Rafael Correa, fue un acto de compromiso en la lucha contra la corrupción y en respuesta a lo que considera una infracción de México a los estatutos internacionales que regulan el derecho de asilo.
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El Gobierno del presidente de Ecuador, Daniel Noboa, quiere convencer a sus aliados de que el cisma causado por el asalto a la Embajada de México para detener a Jorge Glas, exvicepresidente de Rafael Correa, fue un acto de compromiso en la lucha contra la corrupción y en respuesta a lo que considera una infracción de México a los estatutos internacionales que regulan el derecho de asilo.
Busca así defender la insólita irrupción a la sede diplomática de México, que ha recibido un amplio repudio y condena de la comunidad internacional.
Para el Ejecutivo ecuatoriano, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador transgredió el artículo tercero de la Convención de Caracas sobre Asilo Diplomático de 1954 y el artículo 1 de la Convención de Montevideo sobre Asilo Político de 1993. En estas se señala que "no es lícito conceder asilo a personas condenadas o procesadas por delitos comunes y por tribunales ordinarios competentes", se recordó.
Antes de que Glas solicitara asilo a México, ya estaba imputado por un presunto delito de peculado. Además, debía volver a prisión para terminar de cumplir una pena de ocho años de cárcel por dos sentencias por cohecho y asociación ilícita. Glas siempre ha rechazado las imputaciones.
El exvicepresidente Jorge Glas, quien fue detenido el viernes en una violenta irrupción policial en la Embajada de México en Quito, habría intentado suicidarse con una sobredosis de medicamentos. El político habría sido trasladado al Hospital Militar, en Guayaquil.