Una impresionante crecida del arroyo, con la "bajada de un volcán", luego de una persistente tormenta, fue el resultado de una nuevo fenómeno climático que se abatió sobre un sector del territorio provincial. Esta vez el escenario fue el pequeño pueblo de Angastaco, en los Valles Calchaquíes, ubicado a 250 kilómetros al suroeste de Salta capital, sobre la ruta nacional 40.
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Una impresionante crecida del arroyo, con la "bajada de un volcán", luego de una persistente tormenta, fue el resultado de una nuevo fenómeno climático que se abatió sobre un sector del territorio provincial. Esta vez el escenario fue el pequeño pueblo de Angastaco, en los Valles Calchaquíes, ubicado a 250 kilómetros al suroeste de Salta capital, sobre la ruta nacional 40.
El "volcán", como denominan los lugareños a la masa de agua y barro que baja espesa desde los cerros luego de las tormentas, se dio en el horario de la siesta, lo que permitió a los pobladores salvar sus vidas.
La crecida inesperada de los arroyos de la Quebrada La Angostura en Angastaco tomó por sorpresa a los residentes de la zona, quienes vieron cómo el alud invadía sus viviendas por doquier, pero pudieron salvar algunos bienes, mientras otras familias eran evacuadas por el peligro reinante.
Desde la Policía de la Provincia confirmaron que el temporal se produjo en las primeras horas de la tarde, cuando de imprevisto crecieron las aguas de los arroyos de la Quebrada, llevando el alud a las viviendas.
Los efectivos de la zona estuvieron encargados de socorrer a las familas y 7 personas debieron ser evacuadas de sus viviendas, por el peligro que representaba el quedarse en estos espacios cubiertos de barro y ante el riesgo de una nuevo alud.
Ya en las primeras horas de la tarde, y en medio de una copiosa tormenta, los pobladores vieron asombrados, cómo el agua y el barro que bajó desde la Quebrada con una fuerza impresionante, ingresaba a sus viviendas desde el viejo cauce seco, ubicado en las proximidades del pueblo.
Un rumor inconfundible y el olor a barro presagiaban los peor para los pobladores. Minutos después y ya cuando la lluvia se calmaba, pudieron verse los daños.