El padre Laurentin no era partidario de las apariciones: “No soy yo quien las buscó, son ellas que vinieron a buscarme”, dice. Escribió más de 30 volúmenes sobre “la teología de Lourdes”. Este éxito lo llevó a realizar estudios similares sobre la Medalla Milagrosa, Fátima y otros. A partir de 1983 se convierte en especialista de las apariciones actuales. Publicó 130 obras, sobre todo la Vida de Santa Bernadette vidente de Lourdes (año 1858, Francia), con más de un millón de ejemplares en Francia y en el extranjero, y su libro Multiplicación de las apariciones (año 2000) se vendió en más de 30.000 ejemplares. Su última obra, Diccionario de las “Apariciones” de la Virgen María, fue publicada en 2007.
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El padre Laurentin no era partidario de las apariciones: “No soy yo quien las buscó, son ellas que vinieron a buscarme”, dice. Escribió más de 30 volúmenes sobre “la teología de Lourdes”. Este éxito lo llevó a realizar estudios similares sobre la Medalla Milagrosa, Fátima y otros. A partir de 1983 se convierte en especialista de las apariciones actuales. Publicó 130 obras, sobre todo la Vida de Santa Bernadette vidente de Lourdes (año 1858, Francia), con más de un millón de ejemplares en Francia y en el extranjero, y su libro Multiplicación de las apariciones (año 2000) se vendió en más de 30.000 ejemplares. Su última obra, Diccionario de las “Apariciones” de la Virgen María, fue publicada en 2007.
Actualmente, a sus 94 años y a pesar de los impedimentos que tiene en la vista, lleva una intensa vida de trabajo y oración totalmente donado a la Iglesia. Prosigue su tarea de investigación y sus viajes, llevando a cualquier lugar del mundo su experiencia y su sabiduría.
Al ser consultado sobre si se puede llamar aparición cuando la Virgen llora sangre, respondió: “No son apariciones. Hemos estudiado estos casos con otro investigador que hizo el diccionario de apariciones marianas conmigo, pero hay tantos casos que habría que hacer otro diccionario. Yo estoy viejo para eso. Tal vez esta sea la última vez que venga a Salta, porque estoy cansado de viajar”.
Sobre María Livia, en una conferencia que brindó en Buenos Aires, en diciembre de 2008, dijo: “Pienso que tiene una vida mística muy profunda hace lo que Dios le pide. Es un simple instrumento, muy transparente, muy natural, ningún éxtasis, todo en ella es muy modesto y esto ha generado un gran entusiasmo. Lo que se siente en el cerro es único”.