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19 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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La protesta de Gendarmería derrumbó al hermano de Garré

Jueves, 11 de octubre de 2012 07:09

Raúl Garré, apuntado como ideólogo del decreto que originó las protestas de los suboficiales de la Prefectura y la Gendarmería, renunció ayer a su cargo de jefe de Gabinete de Asesores del Ministerio de Seguridad que conduce su hermana, Nilda Garré. Horas después de la noticia, gendarmes y prefectos decidieron levantar la protesta, aunque seguía el descontento entre los uniformados y no se descartaba que vuelvan las protestas más adelante.

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Raúl Garré, apuntado como ideólogo del decreto que originó las protestas de los suboficiales de la Prefectura y la Gendarmería, renunció ayer a su cargo de jefe de Gabinete de Asesores del Ministerio de Seguridad que conduce su hermana, Nilda Garré. Horas después de la noticia, gendarmes y prefectos decidieron levantar la protesta, aunque seguía el descontento entre los uniformados y no se descartaba que vuelvan las protestas más adelante.

Raúl Garré era apuntado por un sector del Gobierno como el autor del decreto 1307 que recortó los salarios de los agentes de Prefectura y Gendarmería, quienes encabezan sendas protestas desde el martes de la semana pasada en los edificios “Guardacostas” y “Centinela” de la Capital Federal.

“Acéptase la renuncia presentada por el doctor Raúl Alberto Garré al cargo de jefe de Gabinete de Asesores del Ministerio de Seguridad”, consignó los nombres de los firmantes de la norma.

El cargo que ocupó Garré, con rango y jerarquía de secretario, había sido creado el 22 de diciembre de 2010, fecha desde la que lo comenzó a ejercer. El decreto con su nombramiento, el 2068/10, había sido publicado en el Boletín Oficial el 27 de enero de 2011.

Tras conocerse la noticia de la salida de Garré, suboficiales de Gendarmería la minimizaron: “Era sólo uno de los que venían trabajando mal: la Presidenta está mal asesorada. ¿Es un sueldo digno 2.697 pesos?", se preguntó en diálogo con la prensa el suboficial Raúl Maza, uno de los voceros de la protesta.

La jueza abre el paraguas

La jueza federal de Río Gallegos, Ana Cecilia Alvarez, dijo ayer esperar que su cargo no esté en riesgo a partir de la embestida del Gobierno contra su Juzgado, al que la Casa Rosada consideró uno de los responsables del “descalabro” en los haberes del personal de Prefectura y Gendarmería.

“Espero que no”, respondió la jueza subrogante -nombrada por la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia- cuando radio Mitre le preguntó si temía por su cargo, pero estimó “preocupante” las “intromisiones que hay entre los distintos poderes del Estado”.

Alvarez, quien el miécoles tildó de “absoluta mentira” las imputaciones contra su Juzgado por parte del jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, volvió a replicar ayer el mensaje de la Casa Rosada cuando habló del “descalabro o desquicio” en los sueldos de prefectos y gendarmes.

“A mí me pareció plagado de cosas tan inexactas que lo único que hacían (los funcionarios) era confundir o generar una excusa para encontrar un culpable, pero el Poder Judicial no lo es”, advirtió la magistrada.

Alvarez aclaró que “en ningún momento las sentencias relacionadas con los haberes de esas dos fuerzas se ponían a analizar si lo que se cobraba en la mano era mucho o poco”.

 Retornan a las tareas habituales

Las protestas en la Prefectura Naval y la Gendarmería Nacional fueron levantadas ayer a la mañana en las sedes centrales de ambas fuerzas tras una orden a los suboficiales para retomar sus puestos por tiempo indeterminado, hasta que lo disponga la superioridad, lo que en la jerga castrense se conoce como “planes de llamada”.

La medida se concretó luego de difundirse la renuncia de Raúl Garré, hermano de la titular de la cartera, Nilda Garré, que fue formalizada mediante la publicación del decreto 1891 en el Boletín Oficial.

Ayer mismo fue despejado el edificio “Guardacostas”, del barrio porteño de Puerto Madero, mientras que en el “Centinela”, sede de la Gendarmería en Puerto Madero, apenas quedaba una decena de agentes liderados por Raúl Maza.

“Hay una batalla perdida, pero eso no significa que hayamos perdido la guerra”, dijo el gendarme, quien de todos modos aseveró que seguían con el reclamo.

Según informó el propio Maza, la ausencia de uniformados el martes en estos lugares se debe a que “los prefectos tuvieron ese día planes de llamada”, lo que los obliga a permanecer en sus puestos por tiempo indeterminado hasta que lo disponga la superioridad.

El gendarme, quien es uno de los voceros de los uniformados que reclaman mejoras salariales, añadió: “Tienen a la gente encerrada en los distintos puestos”.

“Ni siquiera las familias pueden verlos. Los que estamos peleando por esto somos todos suboficiales. Nosotros no tenemos agua, nos sacaron los baños químicos, no tenemos luz. Recibimos amenazas constantemente”, advirtió Maza.

Fuentes de seguridad y militar explicaron que esta medida de las “llamadas o acuartelamiento” del personal se debe a que no se quiere a los gendarmes y prefectos protestando como en los últimos días en la calle.

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