Con fallos en la mano, el extesorero de la Unión de Trabajadores Municipales (UTM), Mario Marcelo Tolaba, salió a limpiar su buen nombre, trece años después de haber sido apartado de ese gremio, bajo acusaciones de administración fraudulenta que se probaron infundadas.
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Con fallos en la mano, el extesorero de la Unión de Trabajadores Municipales (UTM), Mario Marcelo Tolaba, salió a limpiar su buen nombre, trece años después de haber sido apartado de ese gremio, bajo acusaciones de administración fraudulenta que se probaron infundadas.
La denuncia en su contra fue presentada a comienzos de 2000 por el secretario general de la UTM, Pedro Serrudo, quien acaba de ser condenado en una causa por calumnia que le inició Tolaba, en 2004, luego de que la Justicia confirmara su sobreseimiento. “Durante años tuve que cargar con el estigma de ladrón; mi esposa y mis hijas, fueron la esposa y las hijas de un ladrón; nunca más pude aspirar a cargos gremiales, políticos ni laborales; hasta hoy mi imagen sigue siendo la de un ladrón y no la de un hombre honesto”, puntualizó el exdirigente de 66 años que ahora deberá ser indemnizado.
El juez correccional Fernando Marinaro rechazó un planteo de prescripción interpuesto por la defensa de Serrudo, lo declaró responsable de calumnia y le fijó una multa de $5.000, más $20.000 por daños emergentes y otros $22.300 por daños morales a Tolaba.
Aunque la sentencia aún no está en firme, ya que restarán dirimirse las instancias de apelación, Tolaba aclaró que su mayor interés personal está puesto “en recuperar el buen nombre que Serrudo me quitó hace trece años, cuando inventó acusaciones para sacarme del gremio, porque no compartía ni aceptaba sus manejos. Esto quedó claramente probado por la Justicia, primero con el fallo del juez Pablo Farah (en 2001) y luego con la confirmación de mi sobreseimiento por parte de la Sala II de la Cámara de Acusación (en 2004). Los jueces reprocharon la conducta del secretario general de la UTM, quien no merece dirigir un gremio ni estar en la función pública”, manifestó el extesorero de la UTM.
Tolaba fue suspendido de su función el 18 de febrero de 1999, en medio de pegatinas en las que se lo acusaba de “gato”, ante supuestas faltas de rendiciones que la Justicia descartó con recibos, peritajes contables y la propia declaración de Serrudo.