Conforme pasan las horas y pese al total hermetismo que rodea las investigaciones, El Tribuno pudo conocer más detalles del crimen que le costó la vida a Horacio Tomás López (35), Juan Carlos Callejas (34) y Andrés Plata, de quien aún no se tiene mayores datos.
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Conforme pasan las horas y pese al total hermetismo que rodea las investigaciones, El Tribuno pudo conocer más detalles del crimen que le costó la vida a Horacio Tomás López (35), Juan Carlos Callejas (34) y Andrés Plata, de quien aún no se tiene mayores datos.
Callejas vivía en Aguaray, en tanto las otras dos víctimas residían en la localidad fronteriza de Salvador Mazza.
Los cuerpos acribillados con los cráneos literalmente destrozados por efecto de certeros disparos, se encuentran en la morgue del hospital de Tartagal donde fueron traslados luego de las pericias que realizara personal de criminalística de la policía provincial.
En Acambuco permanece el director de Investigaciones, Lucio Tolaba y personal de inteligencia de la capital provincial, pero hasta el momento no hay detenidos. Según pudo saber este matutino, López y Platero vivían en el barrio Ferroviario de Salvador Mazza, mientras que Callejas tiene un hermano detenido en la cárcel por narcotráfico.
Más detalles
El triple crimen habría tenido lugar en horas de la mañana de ayer, dato comprobado por los investigadores al constatar que el paso del vehículo sin patente con tres hombres a bordo quedó registrado tanto en la barrera que la petrolera Pan American Energy tiene en el paraje Piquirenda como en otro paso controlado al acceder al paraje Campo Largo.
La emboscada
Los tres argentinos fueron emboscados por un banda de unos cuatro sujetos (se sospecha que son todos bolivianos y que ya huyeron a ese país), quienes escondidos detrás de una roca aguardaron la llegada del rodado.
Cuando el vehículo frenó para atravesar un arroyo recibió alrededor de 40 disparos. En el lugar quedaron las vainas de escopetas recortadas y por el tipo de impactos se comprobó que se utilizaron fusiles automáticos livianos (FAL) y pistolas 9 milímetros. Con estas últimas armas los tres fueron literalmente ejecutados, ya que todos presentan disparos en la cabeza. Por la violencia del ataque el techo del Fiat quedó literalmente desprendido del resto del rodado.
Un maestro se salvó de milagro
Un docente que presta servicios en una de las escuelas del Valle de Acambuco se salvó de milagro cuando hizo dedo al Fiat Uno conducido por Callejas que ingresaba a la ruta que lleva a Acambuco. El mismo docente, al comprobar que los sujetos iban bebiendo, desistió de subir al rodado por lo que permaneció en la barrera de Pan American.