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19 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Vecinos piden la colocación de lomos de burro en calles y avenidas

Jueves, 18 de octubre de 2012 00:25

Como es habitual, el progreso trae grandes beneficios pero también problemas que hay que empezar a resolver. Cerrillos en los últimos años fue beneficiado con la pavimentación de sus principales arterias. Las obras, ahora, se extiende a casi todos los barrios. Sin embargo, la típica viveza criolla llevó a que sus calles y avenidas internas, ahora cómodas y perfectamente transitables, sean tomadas como verdaderas pistas de prueba por los automovilistas desaprensivos. Las camionetas, autos y motocicletas que circulan a altas velocidades ponen diariamente en serio riesgo la vida de los transeúntes.
Hace pocas semanas, más de 1.500 chicos de las escuelas y colegios de la localidad protagonizaron una campaña de educación vial para pedir por favor a los mayores que tomen conciencia sobre los riesgos que implica para la comunidad la inobservancia de las normas de tránsito. Pero los “pilotos”, poderosos e impunes frente al volante hacen caso omiso a toda regla de convivencia y de seguridad que se quiera establecer en esta localidad del Valle de Lerma.
Por tal motivo, son muchas las voces que se alzan pidiendo la colocación de los reductores de velocidad conocidos como lomos de burro. Según los vecinos, parece ser la única barrera que respetan quienes circulan por las calles internas del pueblo. Apuntaron a que La Merced es un buen ejemplo de la aplicación de esta medida, ya que sus principales arterias en las que antes ocurrieron numerosos accidentes, muchos de ellos con consecuencias fatales, se colocaron este tipo de reductores que obliga a una circulación a velocidad moderada a toda hora del día y de la noche.

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Como es habitual, el progreso trae grandes beneficios pero también problemas que hay que empezar a resolver. Cerrillos en los últimos años fue beneficiado con la pavimentación de sus principales arterias. Las obras, ahora, se extiende a casi todos los barrios. Sin embargo, la típica viveza criolla llevó a que sus calles y avenidas internas, ahora cómodas y perfectamente transitables, sean tomadas como verdaderas pistas de prueba por los automovilistas desaprensivos. Las camionetas, autos y motocicletas que circulan a altas velocidades ponen diariamente en serio riesgo la vida de los transeúntes.
Hace pocas semanas, más de 1.500 chicos de las escuelas y colegios de la localidad protagonizaron una campaña de educación vial para pedir por favor a los mayores que tomen conciencia sobre los riesgos que implica para la comunidad la inobservancia de las normas de tránsito. Pero los “pilotos”, poderosos e impunes frente al volante hacen caso omiso a toda regla de convivencia y de seguridad que se quiera establecer en esta localidad del Valle de Lerma.
Por tal motivo, son muchas las voces que se alzan pidiendo la colocación de los reductores de velocidad conocidos como lomos de burro. Según los vecinos, parece ser la única barrera que respetan quienes circulan por las calles internas del pueblo. Apuntaron a que La Merced es un buen ejemplo de la aplicación de esta medida, ya que sus principales arterias en las que antes ocurrieron numerosos accidentes, muchos de ellos con consecuencias fatales, se colocaron este tipo de reductores que obliga a una circulación a velocidad moderada a toda hora del día y de la noche.

En Metán


También la ciudad de San José de Metán logró disminuir considerablemente la cantidad de accidentes con este mismo sistema, al que le agregó los llamados “tortugones” o pequeñas esferas de cemento que se colocan entre el cordón cuneta y el lomo de burro, para evitar que los motociclistas esquiven el reductor sin disminuir la velocidad.
Las calles cerrillanas más transitadas y peligrosas son la Sarmiento, Hugo Saravia Cánepa, Ameguino, Necochea e Islas Malvinas, entre otras, en las que se hace imprescindible la instalación de reductores de velocidad. 
 

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