¿Qué es un buitre? Según Wikipedia, es un ave que suele “alimentarse únicamente de animales muertos”. Hay buitres de muchos tipos y viven en casi todo el planeta. La mayoría son gregarios y la imagen clásica es la que los muestra con su cabeza calva, el cuello hundido entre las alas, bamboleándose a los picotazos, esperando clavar su pico en la carne de algún animal muerto o agonizante.
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¿Qué es un buitre? Según Wikipedia, es un ave que suele “alimentarse únicamente de animales muertos”. Hay buitres de muchos tipos y viven en casi todo el planeta. La mayoría son gregarios y la imagen clásica es la que los muestra con su cabeza calva, el cuello hundido entre las alas, bamboleándose a los picotazos, esperando clavar su pico en la carne de algún animal muerto o agonizante.
De simpático, nada. Buitre es sinónimo de carroñero.
Los buitres y la Argentina
Estas características tan desagradables -aunque biológicamente exitosas para la especie-, convirtieron al buitre en un símbolo del oportunismo en el mundo de las finanzas. Como “buitres” se denomina a los inversionistas internacionales que buscan títulos de países en quiebra, virtualmente incobrables, los pagan al cinco o diez por ciento de su valor nominal y luego tratan de cobrarlos por el total de ese valor.
Un ejemplo de “buitre” es Paul Singer, el financista que logró hace tres semanas el embargo de la fragata Libertad en Ghana y, el viernes, un fallo durísimo de la Justicia norteamericana contra la Argentina.
Singer es un estadounidense de 68 años, divorciado y director del fondo NML - Elliott Capital Management, un capital superior a 15.000 millones de dólares. Y este fondo, a su vez, es propietario de la empresa que ha conseguido confiscar la fragata.
El personaje lleva décadas especializándose en este negocio de la carroña financiera y juega en las grandes ligas: opera en Wall Street, es asesor del candidato republicano Mitt Romney y, para dejar en claro que la disciplina ideológica no es lo suyo, aporta fortunas a las campañas de los conservadores norteamericanos y a las que organiza la comunidad gay a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Entre los bonos que adquirió Singer se encuentran los que nuestro país emitió en 2001. A diferencia de muchos otros acreedores, NML no accedió a la renegociación que Néstor Kirchner y Roberto Lavagna propusieron en 2005.
Todo un experto
Con semejante experiencia en “carroñería”, Singer ha puesto en jaque a la Cancillería argentina, que aún no encontró la fórmula para darle credibilidad a la “política de desendeudamiento”. Hasta ahora, las acciones de Singer fueron más simples, con movilizaciones, panfleteos y puestas en escena llevadas a cabo por activistas rentados contra Cristina de Kirchner, cada vez que visitó Nueva York.
Poderoso caballero, Don Dinero. Tan poderoso que Singer no solo logra sacar de quicio al inexperto Héctor Timerman, sino que consigue provocar un hecho de impacto con el embargo de la nave insignia de nuestra Armada y ahora, Justicia norteamericana mediante, coloca al país al borde del segundo default. Y, encima, corren versiones sobre el eventual embargo de la fragata Espora.
A Singer no le tiembla la mano. Entre 2007 y 2010, el Tango 01 debió suspender los vuelos a EEUU y a Alemania para evitar el embargo. Luego del episodio de la fragata Libertad, los aviones oficiales fueron ahora enviados a un hangar para “mantenimiento” y el país realizó un contrato por $10 millones para contratar un servicio privado. Todo el fervor de Timerman en sus sobreactuaciones antiimperialistas de nada sirve frente a la “piratería buitre”.
Al borde del default
Aunque la Argentina no está en quiebra, volvió a quedar al borde del default. Los fondos NML-Elliott, Dart y Aurelius lograron un fallo que ordena al país pagos en las mismas condiciones que los acreedores que aceptaron los canjes de la deuda. Estos fondos piden 1.333 millones de dólares en bonos y el tribunal considera que no pagarles será una discriminación.
Además, sostiene que puede hacerlo porque cuenta con más de 40.000 millones de dólares en reservas del Banco Central.
Serán “fondos buitre”, pero el tribunal ordena pagar, en primer lugar y los pone en pie de igualdad con los acreedores que aceptaron las ofertas. Demasiado para el proyecto de desendeudamiento.
Ahora, el juez Thomas Griesa debe determinar si hay que pagar lo que piden los “buitres” o una suma similar a la que cobran los bonistas que aceptaron las ofertas, es decir, con quita.
¿Y por qué el país debe acatar el fallo de un tribunal extranjero?: Porque los bonos argentinos por 10.000 millones de dólares emitidos a partir de 2003 para salir del default se oficializaron bajo la legislación de Nueva York.
La fecha es clave: 15-D: ese día nuestro país debe abonar 3.600 millones de dólares del cupón del PBI con las reservas del Banco Central.
Más allá de la retórica, nacionalista o antiimperialista, de nuestra parte, o de la ortodoxia de la economía liberal, de la otra, la coyuntura pone a prueba la política de “vivir con lo nuestro” y también la ilusión de actuar al margen del mundo desarrollado.
Argentina no acordó con el Club de París, no acata los fallos desfavorables de los tribunales de arbitrajes y no termina de solucionar su litigio con los acreedores restantes. Hoy está a punto de caer en default.
En estas circunstancias, no solamente están cerradas las puertas del financiamiento internacional: la inversión externa elude a nuestro país, porque prefiere a Perú, a Chile o a Colombia y los 38 mil millones de dólares que necesita YPF empiezan a parecer una quimera.
Singer es un buitre, pero no tiene apuro y ciertos errores le regalan argumentos.