Pajcha no es un museo intocable, suntuoso, callado y oscuro. Pajcha es la innovación del concepto, la modernización de la palabra. Pajcha es acción. El Museo de Arte Etnico Americano es, en realidad, un puente entre el pasado aborigen y este presente. Un puente que todos pueden cruzar para conocer la raíz cultural, unirla con el tronco, valorar su fruto y conservarlo para siempre.
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Pajcha no es un museo intocable, suntuoso, callado y oscuro. Pajcha es la innovación del concepto, la modernización de la palabra. Pajcha es acción. El Museo de Arte Etnico Americano es, en realidad, un puente entre el pasado aborigen y este presente. Un puente que todos pueden cruzar para conocer la raíz cultural, unirla con el tronco, valorar su fruto y conservarlo para siempre.
Por eso es que a través de su proyecto “Del Museo a la Escuela”, Pajcha propone “conocer para amar y salvaguardar”. Todos los chicos y los grandes están invitados a este festín cultural, a escuchar y a palpar, como un verdadero privilegio, el arte americano. “La idea es que no se trate de una mera exposición, de un discurso vertical, sino de lograr una verdadera experiencia interactiva con los chicos de las escuelas, que ellos participen activamente, que observen, toquen, sientan el arte étnico americano”, expresó desde el Museo, Marta Susana Dalla Tea.
Agregó: “Hacer un buen trabajo sensorial no es solo ver y escuchar, sino también tocar y apreciar los objetos a través del tacto y el contacto”.
Y como están preparados para todas las demandas, aseguró: “Hay docentes a quienes les interesa lo tecnológico de la cultura aborigen y el museo Pajcha ofrece poder observar los procedimientos y los resultados de esos procedimientos, las formas de trabajo y los materiales que emplearon las culturas andinas. Queremos trabajar con alumnos de todas las edades y también con docentes y alumnos de los terciarios de toda la provincia. La gente se va contenta después de recorrer el museo. Se llevan algo nuevo en el corazón”.
Pajcha es un baluarte de enseñanza y preservación, que en la búsqueda de compartir la identidad cultural, se reinventa e insiste con su noble papel social de enseñar, de abrir horizontes y perspectivas nuevas. Están convencidos de que si los chicos aprenden jugando, nunca se olvidan. Por eso esperan a sus visitantes con la valija pedagógica repleta de texturas, sonidos y sabiduría ancestral.
Su directora, Liliana Madrid de Zito Fontán, dijo: “En nuestro museo la atención se despierta, la sonrisa brota y todos los chicos, sin distinciones, aprenden jugando. Son nuevas experiencias, nuevas habilidades. Difundir nuestro trabajo es generar redes y nuevas oportunidades”.
Este museo que contiene colecciones de producciones artísticas y artesanales de diferentes sociedades de los continentes centro y sudamericano, desde la época precolombina a la actualidad, espera en calle 20 de Febrero 831; tel. (0387) 422-9417; de lunes a sábado: de 10 a 13 y de 16 a 20. Para más información: www.museopajchasalta.com.ar