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18 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Una decisión que puede traer molestia, pero que no sorprende

Lunes, 29 de octubre de 2012 21:06

La omisión de Ernesto Sábato en el prólogo del “Nunca Más” no fue un error de tipeo como los de Daniel Reposo en su frustrada carrera hacia la procuración. Esa decisión representó un nuevo avance del kirchnerismo por acomodar a su parecer el relato de lo sucedido en materia de derechos humanos desde el 76 a la fecha. El objetivo es el de siempre: instalar que en 2003 empezó una era histórica que cerró del todo un proceso trágico para el país, pasando por alto los hechos anteriores como el juicio a las juntas. Sábato abonaba a la “Teoría de los dos demonios” en el prólogo del libro, pero desde 2006 Néstor Kirchner decidió anteponerle otro desacreditando esa opinión. La “Teoría de los dos demonios” es casi imposible de sostener, porque está probado de que no había igualdad en el poder de fuerza que tenían militares y guerrilleros. Sin embargo, y más allá de su prólogo, el informe de la Conadep fue clave en muchos de los juicios iniciados y en la denuncia generalizada de lo ocurrido en esa nefasta década argentina. El informe, le guste a quien le guste, no era anónimo, en una gran parte le pertenecía a Sábato. Es indudable que durante el kirchnerismo se derogaron las leyes del perdón y que se reabrieron cientos de juicios que estaban parados. También que las organizaciones sociales pocas veces se sintieron tan incluidas en el poder como ahora. Lo que no puede dejar de remarcarse es que el oficialismo tiene varas distintas para ver la historia de acuerdo a su conveniencia política. Solo así, por ejemplo, podrían explicarse las designaciones de Héctor Timerman y Alicia Kirchner en un Gabinete de la democracia.

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La omisión de Ernesto Sábato en el prólogo del “Nunca Más” no fue un error de tipeo como los de Daniel Reposo en su frustrada carrera hacia la procuración. Esa decisión representó un nuevo avance del kirchnerismo por acomodar a su parecer el relato de lo sucedido en materia de derechos humanos desde el 76 a la fecha. El objetivo es el de siempre: instalar que en 2003 empezó una era histórica que cerró del todo un proceso trágico para el país, pasando por alto los hechos anteriores como el juicio a las juntas. Sábato abonaba a la “Teoría de los dos demonios” en el prólogo del libro, pero desde 2006 Néstor Kirchner decidió anteponerle otro desacreditando esa opinión. La “Teoría de los dos demonios” es casi imposible de sostener, porque está probado de que no había igualdad en el poder de fuerza que tenían militares y guerrilleros. Sin embargo, y más allá de su prólogo, el informe de la Conadep fue clave en muchos de los juicios iniciados y en la denuncia generalizada de lo ocurrido en esa nefasta década argentina. El informe, le guste a quien le guste, no era anónimo, en una gran parte le pertenecía a Sábato. Es indudable que durante el kirchnerismo se derogaron las leyes del perdón y que se reabrieron cientos de juicios que estaban parados. También que las organizaciones sociales pocas veces se sintieron tan incluidas en el poder como ahora. Lo que no puede dejar de remarcarse es que el oficialismo tiene varas distintas para ver la historia de acuerdo a su conveniencia política. Solo así, por ejemplo, podrían explicarse las designaciones de Héctor Timerman y Alicia Kirchner en un Gabinete de la democracia.

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