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Pablo Moyano y Barrionuevo protestan por los fondos de las obras sociales

Jueves, 01 de noviembre de 2012 19:34

 

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Tras varios años distanciados, el titular de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, y su par de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, cristalizaron hoy su acercamiento al compartir una marcha contra el Gobierno por la deuda con las obras sociales gremiales, que fue calificada por los organizadores como "la antesala del paro" nacional que preparan para este mes.

Si bien Moyano no participó de la movilización, su hijo y conductor del gremio de Camioneros, Pablo Moyano, lideró la columna de trabajadores de ese sindicato y se estrechó en un abrazo con Barrionuevo, quien encabezaba la fila de afiliados a su CGT Azul y Blanca.

La columna de más de 5 mil camioneros descendió desde la Avenida 9 de Julio por la Diagonal Sur hasta Plaza de Mayo, mientras que la de la CGT Azul y Blanca hizo lo propio por la Avenida de Mayo.

Fue en ese punto, entre el Cabildo y la sede del gobierno porteño, donde ambas columnas confluyeron y se produjo la foto de la jornada: el saludo entre Pablo Moyano y Barrionuevo en plena Avenida de Mayo.

De esta forma, todo indica que Moyano y Barrionuevo, quienes coinciden en su oposición al Gobierno, dejarán sus diferencias atrás, que llevaron a este último a fundar en 2007 la CGT Azul y Blanca, en repudio a los métodos de conducción del camionero al frente de la CGT.

Entre tironeos y empujones, las dos columnas doblaron por Rivadavia hacia seguir unos pocos metros más hacia la sede de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), lugar que se había elegido como punto de culminación de la marcha para protestar por la millonaria deuda estatal con las obra sociales y contra la resolución 1200 de ese organismo que recortó prestaciones a los afiliados.

Pese al caos que se generó a raíz de los empujones entre los afiliados de los gremios y los custodios de ambos dirigentes sindicales, la movilización logró con algo de dificultad frenar brevemente en las puertas del edificio de la SSS, ubicado en Roque Sáenz Peña 530, a solo metros de la Plaza de Mayo.

"¡Y ya lo ve, y ya lo ve, es para Cristina que lo mira por TV!", se unieron en un canto los trabajadores de ambas CGT opositoras al kirchnerismo mirando hacia ese edificio.

Ni bien finalizó el canto, Barrionuevo, que lucía una gorra de su sindicato de Gastronómicos, se subió a una de las más de diez ambulancias que siguieron la protesta para retirarse rápidamente del lugar.

Por su parte, Pablo Moyano fue alejado por los custodios que lo rodeaban y se perdió por Diagonal Norte con dirección hacia la 9 de Julio.

Mientras eso sucedía, aún continuaban marchando por Diagonal Norte el grueso de la columna de afiliados de la CGT Azul y Blanca, que aportó una cantidad similar de manifestantes que Camioneros, alrededor de 5 mil personas.

Por la CGT moyanista, además de Camioneros, participaron afiliados del gremio del Caucho y también de Panaderos, cuyo líder, Abel Frutos, aseguró ante los periodistas que esta movilización se trató de "la antesala del paro" nacional que realizará esa central junto a la CTA de Pablo Micheli, probablemente el 20 de este mes.

A esa jornada de huelga nacional, ya confirmó su participación la CGT Azul y Blanca, la Federación Agraria (FAA) y organizaciones sociales como la CCC (Corriente Clasista y Combativa), Barrios de Pie y el MST.

"El paro ya está decidido, pero Moyano todavía no confirma la fecha porque queremos evitar que justo ese día la Presidenta disponga un feriado o un asueto", explicó un allegado al camionero.

Junto a la actualización del impuesto a las Ganancias y la ampliación de las asignaciones familiares, el tema de la deuda del Estado con las obras sociales gremiales es uno del principales reclamos del sector sindical, incluso aquellos más cercanos al Gobierno.

Tanto las CGT de Moyano y Barrionuevo, como la de Caló y las dos CTA, coinciden en que la cifra de fondos no retornados por el Gobierno a las cajas de las obras sociales asciende a entre 15 y 20 mil millones de pesos.

Además las dos CGT opositoras manifestaron su repudio a la resolución 1200 de la Superintendencia que -aseguraron- dejó "afuera del sistema prestacional a los hijos con capacidades diferentes de los trabajadores afiliados a las obras sociales gremiales".

En rigor, la aplicación de esa resolución fue suspendida por la propia SSS hasta el 30 de noviembre, a raíz del rechazo que generó.

 

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