De mal en peor. La situación de la exministra de Economía Felisa Miceli, se complica cada vez más. Anteayer, el testimonio del policía que halló la bolsa con dinero en su despacho en junio de 2007 desbarató su coartada. A esto se suma que un día antes el fiscal le amplió la causa y la acusó de recibir dádivas. Y ahora fue reprendida por el Tribunal que la juzga, ya que uno de sus miembros le llamó la atención cuando la exministra se quejó por la reiteración de preguntas a una exsecretaria suya que declaró como testigo.
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De mal en peor. La situación de la exministra de Economía Felisa Miceli, se complica cada vez más. Anteayer, el testimonio del policía que halló la bolsa con dinero en su despacho en junio de 2007 desbarató su coartada. A esto se suma que un día antes el fiscal le amplió la causa y la acusó de recibir dádivas. Y ahora fue reprendida por el Tribunal que la juzga, ya que uno de sus miembros le llamó la atención cuando la exministra se quejó por la reiteración de preguntas a una exsecretaria suya que declaró como testigo.
Todo se suscitó cuando declaraba María Buchea quien realizaba tareas administrativas en el área de secretaría privada, y el Tribunal Oral Federal N§ 2 le realizaba preguntas sobre la forma en que encontró los $100 mil en el paquete termosellado. La secretaria intentaba explicar cómo estaba el dinero dentro del paquete, cuando el Tribunal le marcó contradicciones y ante la reiteración de preguntas, Miceli se quejó. “Señora, le pido que hable a través de su defensa”, la paró el presidente del Tribunal, Jorge Gorini.
Buchea fue la primera en llegar al despacho aquella mañana de junio de 2007 cuando ya dos policías habían encontrado el dinero, y luego arribó la secretaria privada de Miceli, María Barco, quien también declaró ayer como testigo. Barco, fue quien le devolvió el dinero a la exministra.