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13 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Bibliotecas populares: el fondo de ayuda deberá esperar hasta 2013

Jueves, 29 de noviembre de 2012 23:28
Las bibliotecas son espacios en los que se promueven talleres de todo tipo y clases de apoyo para los niveles primario y secundario.

Falta solo un paso para llegar a la meta anhelada de las bibliotecas populares de la provincia: tener una ley provincial que las respalde.

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Las bibliotecas son espacios en los que se promueven talleres de todo tipo y clases de apoyo para los niveles primario y secundario.

Falta solo un paso para llegar a la meta anhelada de las bibliotecas populares de la provincia: tener una ley provincial que las respalde.

El 25 de octubre pasado la Cámara de Senadores dio media sanción al proyecto de ley que crea el Fondo Provincial de Bibliotecas Populares. El martes no se trató el proyecto y solo dos integrantes de la Comisión de Cultura y Deporte de la Cámara de Diputados se reunieron con doce dirigentes de bibliotecas populares de capital. “El resultado de esa reunión lo tildaría con un seis, fue regular. Dicen que no se va a tratar el proyecto por falta de tiempo, pero nos dijeron que sí le van a dar dictamen de comisión”, comentó a El Tribuno José María Chaile, presidente de la biblioteca popular Macacha Gemes, de Villa San Antonio. La presidenta de la comisión de Cultura y Deporte, Milagros Patrón Costas, explicó: “La comisión le dio dictamen favorable sin modificaciones al proyecto el martes pasado”, y agregó que aún faltan los dictámenes de las comisiones de Hacienda y Presupuesto, y Legislación General.

Uno de los mayores temores de los bibliotecarios es que el proyecto sea modificado, a pesar de que “los integrantes de la comisión nos dijeron que al proyecto no lo van a cambiar. Sinceramente creo que hay mucho desconocimiento sobre el funcionamiento de las bibliotecas de parte de los legisladores”, aseveró Chaile.

Patrón Costas mencionó, por su parte, que por la época del año y “porque estamos abocados al presupuesto, no sé si habrá espacio para discutir este proyecto de ley”. Aclaró que eso no es por falta de voluntad de los diputados, sino por la propia naturaleza que tienen las últimas sesiones del año.

Preocupa el cierre

Hace cinco años la cantidad de bibliotecas ascendía a 80, en 2011 el número total de instituciones activas era 50, según un informe publicado en este medio. Hoy hay diez bibliotecas activas en capital, según la Federación, y otras diez más tuvieron acceso al Fondo Ciudadano que entregó la Provincia para que regularicen su situación.

El presidente de la Biblioteca Popular Macacha Gemes dijo que el cierre de las bibliotecas es un tema más que preocupante para los dirigentes y que ocurre en capital como en el interior. Una de las causas de la disminución de la cantidad de bibliotecas es la falta de recursos económicos y de personal especializado que atienda a los usuarios de estas asociaciones civiles.

Clara Arias, presidenta de la Federación de Bibliotecas Populares de Salta, comentó que desde el 2007 están peleando por alcanzar una ley provincial que fomente y sostenga la actividad de las instituciones barriales.

“Lamentablemente volvimos a quedar para el año que viene y si se aprueba en 2013, recién se aplicaría en 2014 la normativa”, comento Arias.

Para la presidenta de la Federación, “la ley casi colma nuestras expectativas, a pesar de que el tema del recurso humano no se trató”. Arias agregó que este proyecto, si se aprueba tal como está, “nos da la posibilidad de recibir subsidios y así poder destinar parte de ese dinero para pagar aportes jubilatorios y obra social a las personas que están atendiendo al público”.

A pesar de las carencias,
nuevas bibliotecas

Mirta Cisneros es la presidenta de la biblioteca popular Rosa Parks. Ella viene trabajando desde el año pasado en la formación de esta biblioteca y el 4 de febrero de este año fue el bautismo oficial de la institución, en honor al natalicio de Rosa Parks.

“Mi intención es educar a los más pequeños sobre todo en sus derechos y en los derechos humanos”, indicó Mirta, quien por ahora abre la biblioteca con la ayuda de voluntarios, jóvenes del barrio, solo por las tardes.

“Por ahora tenemos tres voluntarios, pero a veces son cinco. A la mañana yo no puedo abrir y los chicos tampoco pueden venir”, contó la presidente de la institución.

La biblioteca de barrio Solidaridad María Magdalena, a cargo de Mónica Barberá, funciona hace cuatro años en el barrio, pero obtuvo la personería jurídica hace uno.

“Nosotros como bibliotecas tenemos serias dificultades para absorber los gastos de la institución y a las personas dedicadas a la atención al público; ese es un problema de todas las bibliotecas”, destacó Barberá.

Ofrecer un servicio

Gabriel Pérez es vecino de barrio Atocha I y quiere crear allí una biblioteca popular. Gabriel contó a El Tribuno su motivación sobre esta tarea, que no tiene fines de lucro: “Me interesa ofrecer este servicio a mi comunidad, muchos chicos lo necesitan. Además, es una manera de ayudar a aquellos que quieren estudiar y no tienen el espacio para hacerlo”.

Gabriel explicó que por ahora está reuniendo los datos de la comunidad para darle una orientación a la biblioteca y además sumando voluntades.

La intención de Gabriel es presentar el proyecto en la Municipalidad de San Lorenzo y ver si desde allí le facilitan un lugar para la futura biblioteca. 

Los problemas con el personal

Sin acceso a financiamiento fijo provincial se retrasa el avance y las mejoras en la infraestructura, el equipamiento, la compra de libros, actualización de los trámites administrativa de las asociaciones y, sobre todo, la permanencia de los bibliotecarios, que son voluntarios.

“El problema con el recurso humano es que no hay. No sabemos hasta cuándo va estar el voluntario porque apenas consigue un trabajo en el que le paguen un sueldo, se va de la biblioteca”, relató el presidente de la biblioteca Macacha Güemes, José María Chaile.

La formación de este personal significa una inversión en tiempo y en dinero que las bibliotecas no están en condiciones de afrontarlo solas. Si bien algunas reciben ayudas económicas anuales desde la Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas Populares (Conabip), que es la institución que nuclea a todas las instituciones del país, no es suficiente.

“En nuestro caso tenemos un gasto operativo de $4.500 mensuales y esta biblioteca -Macacha Güemes- es de categoría B. Este año nos dieron 12 mil pesos en el año y no podemos hacer mucho con eso”, explicó Chaile.
En el proyecto de ley, que todavía no se trató en el recinto de la Cámara de Diputados, no se abordó el tratamiento del personal que trabaja en las bibliotecas populares.

Sin embargo, se hace referencia al acceso a subsidios para el mantenimiento edilicio, mobiliario, equipamiento informativo, subsidios especiales para el desarrollo de proyectos y actividades de animación sociocultural y recreación. Además, se menciona el otorgamiento de becas de estudios para el personal directivo, bibliotecarios y administrativos.

Los dirigentes esperan que no haya modificaciones.

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