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Era un oso melero el ser que movilizó a los vecinos de El Carril

Viernes, 09 de noviembre de 2012 09:16
El oso melero habita en la selva centro-norte de la provincia, entre las majestuosas yungas salteña y boliviana.

El mito del ucumar que deambulaba en la periferia del barrio San Jorge y que sorprendía a los vecinos a medianoche quedó al descubierto cuando en una nueva aparición de esta “extraña criatura”, la policía rural de El Carril lo capturó en medio del monte.

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El oso melero habita en la selva centro-norte de la provincia, entre las majestuosas yungas salteña y boliviana.

El mito del ucumar que deambulaba en la periferia del barrio San Jorge y que sorprendía a los vecinos a medianoche quedó al descubierto cuando en una nueva aparición de esta “extraña criatura”, la policía rural de El Carril lo capturó en medio del monte.

Se trata de un oso melero de unos catorce meses de vida. Miembro de una especie cuyo porte adulto es de 40 centímetros de alto por un 1,70 metro de largo, su suave pelaje pardo con ligeras rayas blancas en sus extremidades y pecho, evidencian que se trata de una cría de esta especie.

En realidad, y como publicó El Tribuno tras varios testimonios de los vecinos, se sospechaba que podría tratarse de un mono tití, desarraigado de su hábitat natural en el norte para ser traído en cautiverio hasta esta parte de la provincia.

En la madrugada de ayer, una comisión de efectivos de la División Policía Rural y Ambiental ubicó al animal cuando caminaba asustado en la cancha de fútbol de Santa Rita, contigua al barrio San Jorge.

Precisamente un llamado al 9-1-1 de los pobladores alertó a la división especial. Junto a los uniformados de la comisaría 19 de El Carril, unos quince efectivos con dos móviles y cuatro motocicletas rodearon el lugar y lo atraparon.

No fue complicado porque el osito estaba tan estresado que apenas se le acercaron las luces de las linternas de los efectivos, se echó mansamente al piso, como entregado a su destino. Por falta de una jaula especial para un animalito de esta especie en peligro de extinción, se acudió al médico veterinario Daniel Cala, quien prestó un canil para resguardar a la cría.

“Se supone que este osito melero, por su edad, debería estar con su madre. Está en optimas condiciones, aunque estresado y deshidratado por su captura. No tiene más de 14 meses de vida. Debió haber estado en cautiverio, porque esta especie no es autóctona de la zona. La cría fue separada hace poco tiempo”, explicó Cala a El Tribuno.

Y en ese sentido y por los relatos de los vecinos sobre el tamaño, el profesional consideró que “quizás esté deambulando la madre, de mayor tamaño. Pero no hay rastros de ella. Sería lo ideal hallarla para unirla a su cría. El melerito está sufriendo. Se nota que busca a su madre”.

El animal fue trasladado a la Reserva Natural de Finca Las Costas donde permanecerá hasta que sea restituido a su hábitat.

 

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