¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

18 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

La Virrey Toledo: Entre la historia y el uso político del pasado

Lunes, 31 de diciembre de 2012 11:10

Historia, memoria y relato se han constituido en tres palabras integradas a la cotidianeidad de nuestras existencias. La expropiación del predio de la Sociedad Rural, a nivel nacional, y el cambio de nombre de la avenida Virrey Toledo, a nivel municipal, son de los tantos hechos políticos que dan cuenta de una catarata de relatos, de memorias e historias. Corresponde que nos preguntemos por qué.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Historia, memoria y relato se han constituido en tres palabras integradas a la cotidianeidad de nuestras existencias. La expropiación del predio de la Sociedad Rural, a nivel nacional, y el cambio de nombre de la avenida Virrey Toledo, a nivel municipal, son de los tantos hechos políticos que dan cuenta de una catarata de relatos, de memorias e historias. Corresponde que nos preguntemos por qué.

El mundo del siglo XXI poco se parece al del siglo XX, aunque se reconoce en él. Quienes iniciaban la centuria pasada lo hacían confiados en que la ciencia solucionaría todo, que el desarrollo de los pueblos estaba atado a la industrialización de los países, que el progreso de las sociedades podía concretarse por vía del comunismo o del capitalismo.

Quienes participamos del comienzo de estos tiempos asistimos al derrumbe del mundo bipolar y a la erosión de la idea de que la industrialización es el único camino al desarrollo, que existen múltiples, pero deben ser sostenibles. Somos conscientes del calentamiento global del planeta, de la extinción de miles de especies, de la escasez de agua, de la provisionalidad del petróleo. Asumimos que la ciencia no es objetiva, que está cargada de ideologías, que más que ayudarnos a simplificar, ordenar y predecir el mundo, como lo había hecho desde sus orígenes en el siglo XIX, ahora sólo puede dar cuenta de su complejidad, del riesgo global en el que se desenvuelven nuestros días y de la incertidumbre del futuro planetario y de cada uno de nosotros.

La complejidad de un diálogo

Desde esta maraña se establecen nuevos diálogos con el pasado que pretenden entender la complejidad del presente y generar mayores certidumbres hacia el futuro. De allí la multiplicidad de relatos, memorias e historias expresados en tramas con tantos dibujos y destinos proyectados como ideologías hay en sus tejedores. Éstas brotan de los campos político, académico, cultural y de sus múltiples contradicciones y sujeciones.

Ahora bien, la cuestión es con qué responsabilidad asumimos estas deconstrucciones y construcciones, qué diálogos hemos realizado para concretar y proponer proyectos compartidos que descubran capacidades, integren aspiraciones, maniobren la incertidumbre y colaboren con un desarrollo sostenible.

Levantar murallas que invisibilicen el pasado impide que el presente se reconozca en él y en su existencia.

La verdadera urgencia

 

Que Salta deje de ser una sociedad que transpira el racismo, las jerarquías, las desigualdades, los valores de los tiempos coloniales, no se cambia con nuevos nombres de calles, traslado de estatuas, ni expropiaciones de predios, sino con la decisión de poner el poder que da el pueblo al servicio de un proyecto real de inclusión, justicia, democracia e igualdad.

Esperemos que 2013 y los años que le siguen encuentren menos arquitectos de murallas discursivas y más constructores que sepan operar con el utillaje, las demandas y las necesidades de una sociedad compleja, inserta en un mundo global e interconectado.

 

 

Temas de la nota

PUBLICIDAD