Los duendes serenateros se asociación para sentenciar una exitosa velada durante la tercera cita del festival folclórico en Cafayate, que tuvo como principal “cómplice” a Oscar “Chaqueño” Palavecino, quien, como es su costumbre, se amaneció en el predio César Perdiguero, junto a más de 12 mil personas.
La aparición del “hombre imán” se reflejó a las 5.30 de la madrugada y sin esperar le puso calor y color a una noche especial. Poco a poco fueron apareciendo las canciones e intercaló composiciones de grandes poetas como el Yuyo Montes.
Cada uno de los festivales en los que se escucha el canto de Palavecino tiene demasiado de su propia personalidad cotidiana. Posee un notable romance con su pueblo en las canciones a través de los paisajes a los que hace referencia, tiene historias de hombres y vivencias locales.
La actuación se prolongó hasta pasadas las 8 de la mañana, con las más de 12.000 sin moverse del predio y con un objetivo final que rezaba: “¡Alegrate, Cafayate! El país reconoce tu nuevo éxito”.
La noche fue propicia para el recuerdo, la nostalgia y las emociones, ya que sobre el escenario se vislumbró la figura del Quinteto Tiempo, artistas de dilatada trayectoria que han pisado los escenarios más importantes del mundo. Y lo más destacable es que aún se mantienen los cinco integrantes fundadores.
El dúo Coplanacu
“Hace varios años que no veníamos a esta hermosa tierra salteña. Es una bendición regresar a Cafayate, donde el folclore se vive a pleno”, fueron las primeras palabras del Dúo Coplanacu, que tuvo una acertada labor en la tercera velada de la trigésimo séptima edición de la Serenata a Cafayate. Las zambas melodiosas y las clásicas chacareras se apoderaron de esta consagrada dupla santiagueña, que ya lleva más de 20 años desplegando su canto en los festivales.
“Nadie es profeta en su tierra”, reza el conocido refrán, pero no es el caso de Mariana Cayón. La reconocida aerofonista cafayateña también se robó los aplausos en la nueva luna cafayateña. La artista presentó varios de sus flamantes temas, sin olvidarse de los consagrados.
Cuando uno desprende la palabra copla, rotula rápidamente el nombre de Mariana Carrizo. La bagualera regresó con su canto y sus ocurrencias para el disfrute de la concurrencia, que no la dejaba abandonar el escenario. El chalchalero Facundo Saravia también formó parte de la cartelera artística de la tercera luna cafayateña. Melania Pérez se ganó la admiración de los presentes, depositando grandes éxitos del cancionero salteño.
La música del Litoral tuvo como protagonistas a Los Alonsitos, que pusieron el chamamé como estandarte. El dúo salteño Tucanychaya sorteó con éxito su primer examen en la Serenata.
Luis Leguizamón le realizó un tributo a su padre: el gran Gustavo “Cuchi” Leguizamón.
Tucumán estuvo representada por La Yunta, Las Cuatro Cuerdas y Ceibal.
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Los duendes serenateros se asociación para sentenciar una exitosa velada durante la tercera cita del festival folclórico en Cafayate, que tuvo como principal “cómplice” a Oscar “Chaqueño” Palavecino, quien, como es su costumbre, se amaneció en el predio César Perdiguero, junto a más de 12 mil personas.
La aparición del “hombre imán” se reflejó a las 5.30 de la madrugada y sin esperar le puso calor y color a una noche especial. Poco a poco fueron apareciendo las canciones e intercaló composiciones de grandes poetas como el Yuyo Montes.
Cada uno de los festivales en los que se escucha el canto de Palavecino tiene demasiado de su propia personalidad cotidiana. Posee un notable romance con su pueblo en las canciones a través de los paisajes a los que hace referencia, tiene historias de hombres y vivencias locales.
La actuación se prolongó hasta pasadas las 8 de la mañana, con las más de 12.000 sin moverse del predio y con un objetivo final que rezaba: “¡Alegrate, Cafayate! El país reconoce tu nuevo éxito”.
La noche fue propicia para el recuerdo, la nostalgia y las emociones, ya que sobre el escenario se vislumbró la figura del Quinteto Tiempo, artistas de dilatada trayectoria que han pisado los escenarios más importantes del mundo. Y lo más destacable es que aún se mantienen los cinco integrantes fundadores.
El dúo Coplanacu
“Hace varios años que no veníamos a esta hermosa tierra salteña. Es una bendición regresar a Cafayate, donde el folclore se vive a pleno”, fueron las primeras palabras del Dúo Coplanacu, que tuvo una acertada labor en la tercera velada de la trigésimo séptima edición de la Serenata a Cafayate. Las zambas melodiosas y las clásicas chacareras se apoderaron de esta consagrada dupla santiagueña, que ya lleva más de 20 años desplegando su canto en los festivales.
“Nadie es profeta en su tierra”, reza el conocido refrán, pero no es el caso de Mariana Cayón. La reconocida aerofonista cafayateña también se robó los aplausos en la nueva luna cafayateña. La artista presentó varios de sus flamantes temas, sin olvidarse de los consagrados.
Cuando uno desprende la palabra copla, rotula rápidamente el nombre de Mariana Carrizo. La bagualera regresó con su canto y sus ocurrencias para el disfrute de la concurrencia, que no la dejaba abandonar el escenario. El chalchalero Facundo Saravia también formó parte de la cartelera artística de la tercera luna cafayateña. Melania Pérez se ganó la admiración de los presentes, depositando grandes éxitos del cancionero salteño.
La música del Litoral tuvo como protagonistas a Los Alonsitos, que pusieron el chamamé como estandarte. El dúo salteño Tucanychaya sorteó con éxito su primer examen en la Serenata.
Luis Leguizamón le realizó un tributo a su padre: el gran Gustavo “Cuchi” Leguizamón.
Tucumán estuvo representada por La Yunta, Las Cuatro Cuerdas y Ceibal.