El actor norteamericano Sean Penn aclaró que su crítica a Gran Bretaña por un "colonialismo arcaico" en la cuestión de las Islas Malvinas no apuntó a reclamar una expulsión de los kelpers de ese territorio, pero volvió a
cuestionar la política de Londres en el conflicto por las islas.
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El actor norteamericano Sean Penn aclaró que su crítica a Gran Bretaña por un "colonialismo arcaico" en la cuestión de las Islas Malvinas no apuntó a reclamar una expulsión de los kelpers de ese territorio, pero volvió a
cuestionar la política de Londres en el conflicto por las islas.
En una nota publicada por el sitio web del diario británico The Guardian, Penn sostuvo que no realizó "un llamado a la repatriación de sujetos británicos", en referencia a los isleños.
Pero cuestionó con dureza el envío del Príncipe William a las islas, cuando se trata de un "área de operaciones donde muchas madres británicas y argentinas perdieron sus hijos e hijas".
"Junto con el envío del príncipe, cuya tarea es desarrollar tareas de rescate y búsqueda en helicóptero desde una colonia con una población de tres mil habitantes, se enviaron de manera inmediata buques de guerra (desde Londres)", señaló Penn.
Para el actor, quien realizó declaraciones contra la política británica, en una reciente visita que realizó a la Casa Rosada, "es difícil imaginar que no hay correlación entre el posible descubrimiento de reservas de petróleo y este mensaje de intimidación preventiva por parte de Gran Bretaña a la Argentina".
Penn se quejó de que sectores de la prensa británica a los que calificó de "irresponsables", modificaron sus declaraciones para afirmar que él había atacado "a los actuales residentes" de las islas.
"Ni dije ni insinué que los isleños deben ser deportados o reubicados", se quejó el actor.
Además, señaló que Gran Bretaña tenía la decisión de discutir la soberanía de las Malvinas antes de la guerra de 1982, cuando "el pueblo argentino fue traicionado por sus propios líderes".
De igual modo, Penn criticó con dureza los vínculos entre Londres y el ex dictador chileno Augusto Pinochet, quien, según sostuvo, "insertaba ratas vivas en los genitales de mujeres y torturaba con descargas eléctricas los testículos de hombres en Chile, simplemente por haber querido elegir una vida, una identidad y un liderazgo por sí mismos".