Las mochilas ya están listas. La cartuchera nueva, con lápices, fibras, crayones y lapiceras por doquier, más la carpeta con tapa acolchada con el dibujito de moda, el block de hojas cuadriculadas, rayadas y lisas dispuestas a ser usadas, además del guardapolvo inmaculado colgado en la percha ansioso por ser estrenado.
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Las mochilas ya están listas. La cartuchera nueva, con lápices, fibras, crayones y lapiceras por doquier, más la carpeta con tapa acolchada con el dibujito de moda, el block de hojas cuadriculadas, rayadas y lisas dispuestas a ser usadas, además del guardapolvo inmaculado colgado en la percha ansioso por ser estrenado.
Preparados, listos...ya!
Como todos los años, están los desesperados por comenzar el período lectivo y están los otros, los que quieren seguir de vacaciones in eternum. Sin embargo está claro, que a partir de esta semana la vida familiar tiene nuevo orden y nuevas pautas. Las madres tenemos que volver a acomodar los horarios de almuerzo y cena; desncanso, horario para el estudio y las materias extraescolares, llevar y traer...uf ya nos agotamos antes que nuestros hijos, pero up¡ que esto recién está por comenzar.
Beatriz Díaz, profesora en Ciencias de la Educación y asesora pedagógica de la Universidad Nacional de Salta, reflexiona: “Sin duda las familias tienen que reorganizar sus tiempos y sus espacios para poder planificar pautas de acompañamiento escolar. Cuando la familia está al lado del chico en el proceso, siempre le va mejor. No importa la edad que tenga. Hay padres que piensan que porque el hijo está en el secundario no necesita ser acompañado y no es así. Siempre necesitan sentir que alguien se preocupa por ellos”.
La tarea que comienza no es poca, pero vale la pena. La única herramienta que podemos dejarles a nuestros hijos es el estudio que les permitirá hacer frente a la vida.