“No pienso que la supresión de la vida del niño solucione la violación a la que fue sometida la madre”. Con estas palabras, el sacerdote salteño Raúl Méndez se refirió al fallo de la Corte Suprema que permite abortar a las mujeres que fueron violadas.
El religioso señaló a El Tribuno que con esta postura se “transforma todo en una tragedia en donde hay dos víctimas”.
Méndez se mostró así en línea con el pronunciamiento de la Conferencia Episcopal Argentina, que temprano señaló que “no existe ningún motivo ni razón que justifique la eliminación de una vida inocente”.
La polémica que se levantó tras el fallo de la Corte Suprema dejará mucha tela para cortar. El sacerdote también señaló que “la solución no pasa por el aborto, sino por atender a las dos principales víctimas: la madre que fue violada y el niño que se está gestando”.
Y continuó: “Hay que buscar la manera de atender a esa madre y hay que ver la forma de encarar el problema”. El padre puso en el Estado su cuota de responsabilidad en el tema: “Desde el Estado tienen que ayudar a la madre y no tiene que ser la respuesta la supresión del bebé”.
Finalmente señaló que cuando les llegan a las parroquias mujeres con estos problemas, se trata de darles apoyo espiritual, psicológico y contención.
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“No pienso que la supresión de la vida del niño solucione la violación a la que fue sometida la madre”. Con estas palabras, el sacerdote salteño Raúl Méndez se refirió al fallo de la Corte Suprema que permite abortar a las mujeres que fueron violadas.
El religioso señaló a El Tribuno que con esta postura se “transforma todo en una tragedia en donde hay dos víctimas”.
Méndez se mostró así en línea con el pronunciamiento de la Conferencia Episcopal Argentina, que temprano señaló que “no existe ningún motivo ni razón que justifique la eliminación de una vida inocente”.
La polémica que se levantó tras el fallo de la Corte Suprema dejará mucha tela para cortar. El sacerdote también señaló que “la solución no pasa por el aborto, sino por atender a las dos principales víctimas: la madre que fue violada y el niño que se está gestando”.
Y continuó: “Hay que buscar la manera de atender a esa madre y hay que ver la forma de encarar el problema”. El padre puso en el Estado su cuota de responsabilidad en el tema: “Desde el Estado tienen que ayudar a la madre y no tiene que ser la respuesta la supresión del bebé”.
Finalmente señaló que cuando les llegan a las parroquias mujeres con estos problemas, se trata de darles apoyo espiritual, psicológico y contención.