Los vendedores de las ferias americanas dijeron que no se irán de los espacios públicos que ocupan en la zona sudeste. Fue un abierto desafío a la obligación de reubicarse en predios privados, fijada por la ley provincial 7700 que la Municipalidad y el Gobierno provincial aplicarán desde este fin de semana.
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Los vendedores de las ferias americanas dijeron que no se irán de los espacios públicos que ocupan en la zona sudeste. Fue un abierto desafío a la obligación de reubicarse en predios privados, fijada por la ley provincial 7700 que la Municipalidad y el Gobierno provincial aplicarán desde este fin de semana.
Ayer, los feriantes se movilizaron hasta el Concejo Deliberante, donde solicitaron a los ediles que intervengan para evitar que este sábado y domingo sus puestos sean removidos de los espacios públicos que ocupan.
El edificio de avenida República del Líbano fue el escenario de la manifestación que hicieron desde la mañana y se extendió gran parte de la tarde.
Con pancartas y carteles, los vendedores volvieron a protestar contra la regulación de las ferias, a pesar de que funcionarios municipales y provinciales declararon que los plazos establecidos por la ley provincial 7700 vencieron el lunes pasado y que no habrá prórrogas ni cambios en la legislación.
“Nosotros no somos grandes vendedores de ropa americana, somos simples vendedores que salimos a la feria para ganarnos unos pesos”, dijo una mujer que trabaja en la feria de barrio Calchaqui.
Junto con representantes de barrios de la zona sudeste, oeste, norte y del interior de la provincia destacaron la intención de instalar sus carpas este fin de semana y no mover las ferias de sus barrios porque “son generadoras de puestos de trabajo”.
Un pedido poco claro
En una reunión que se hizo antes de la sesión ordinaria de todos los miércoles, los vendedores y representantes de las ferias americanas repitieron un pedido con el que prueban suerte para ganar tiempo y para quedarse en los barrios sin que nada cambie.
Sucede que, por un lado, reclaman una prórroga para adecuarse a la ley 7700 y, con ello, que les permitan abrir sus puestos este fin de semana en sus barrios. Y por otro, que se derogue esa norma porque consideran que no los contempla como trabajadores de escasos recursos.
En la explanada del Concejo Deliberante estuvieron los vecinos autoconvocados de los barrios Calchaqui, Palermo, Santa Cecilia, San Benito, Cuchi Leguizamón, otros vendedores de la zona norte de la capital y localidades del interior de la provincia como General Gemes, Metán, Campo Quijano y Rosario de la Frontera.
Según la Policía, en la manifestación participaron cerca de 300 vendedores.
Los referentes de las ferias de la zona sudeste fueron recibidos por un grupo de concejales antes de la sesión. Allí acordaron que el tema se tratará hoy, desde las 9, en la Comisión de Servicios Públicos, Actividad Comercial y Privatizaciones.
En el encuentro estuvieron los ediles Gabriela Cerrano, Arturo Borelli, Griselda Lambrisca y Aroldo Tonini.
Cuestión de competencias
El camino elegido por los feriantes no es fácil. Los concejales, que tienen competencia municipal, no podrán realizar modificaciones en la ley provincial.
Por ello, los miembros del cuerpo legislativo municipal aclararon en el recinto, durante la sesión, que actuarán “como mediadores entre los vecinos y la Cámara de Diputados”.
Los concejales consultados por El Tribuno indicaron que aunque puedan mediar o trabajar sobre las necesidades que les planteen los feriantes, al tratarse de una ley provincial son la Cámara de Diputados y el Senado las únicas autoridades que pueden modificar la 7700.