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El exnovio sigue en el Belgrano pero debe ir a otro curso

Sabado, 17 de marzo de 2012 10:38

El joven acusado de golpear y amenazar a su exnovia y compañera deberá cambiarse de curso. El juez de Familia Nº 2 Víctor Soria dispuso que continúe en el Colegio Belgrano, pero en otra sección de quinto año. En el pronunciamiento, también llamó la atención a los padres de ambos: les ordenó comenzar un tratamiento psicológico en menos de 10 días.
Si el joven ejerce violencia física o psicológica sobre su expareja, será expulsado, advirtió el magistrado. La resolución se dio a conocer ayer a la tarde.
La menor había denunciado, en febrero, que fue atacada a patadas por el chico en una fiesta en San Lorenzo. Su padre agregó que en noviembre realizó una exposición policial por otro hecho. Un correo electrónico con amenazas de muerte, enviado supuestamente desde la cuenta del joven, se sumó a la delicada trama.
Antes de conocer el pronunciamiento, los representantes legales del Belgrano, Mariano Rojas y Juan Canaves, indicaron que acatarán lo que disponga la Justicia.
En la institución educativa cada sección tiene una modalidad: ciencias sociales, economía y ciencias naturales. En la conferencia de prensa, Rojas y Canaves habían afirmado que si la orden es un cambio de división, “de inmediato nos podremos en contacto con Educación para que instrumente los mecanismos”. Es que la mayoría de las materias son específicas de cada orientación.
Pese al calibre de las denuncias, los jóvenes compartían el curso, ya que en la audiencia del cinco de marzo con el magistrado manifestaron que ese era su deseo. También acordaron un pacto de no agresión.
Ese día, Soria había decidido que el menor mantenga una distancia de 300 metros, salvo en clases. La postura indignó al papá de la joven.
Los padres del adolescente negaron, en una entrevista con El Tribuno, que haya existido el ataque denunciado. Aseguraron que cuentan con testigos que contradicen el relato de la joven. Ayer, más personas declararon en la Ciudad Judicial sobre el supuesto conflicto.
La causa en Familia aún sigue en curso. El juez controlará que padres y chicos sigan el tratamiento psicológico, mientras que en el Juzgado de Menores Nº 2 hay un expediente penal paralelo. En el colegio Belgrano negaron que hayan recibido alguna instrucción sobre la permanencia de los chicos. “La jueza (Silvia) Bustos Rallé solo pidió un informe sobre los antecedentes disciplinarios”, respondieron los asesores del secundario.
 

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El joven acusado de golpear y amenazar a su exnovia y compañera deberá cambiarse de curso. El juez de Familia Nº 2 Víctor Soria dispuso que continúe en el Colegio Belgrano, pero en otra sección de quinto año. En el pronunciamiento, también llamó la atención a los padres de ambos: les ordenó comenzar un tratamiento psicológico en menos de 10 días.
Si el joven ejerce violencia física o psicológica sobre su expareja, será expulsado, advirtió el magistrado. La resolución se dio a conocer ayer a la tarde.
La menor había denunciado, en febrero, que fue atacada a patadas por el chico en una fiesta en San Lorenzo. Su padre agregó que en noviembre realizó una exposición policial por otro hecho. Un correo electrónico con amenazas de muerte, enviado supuestamente desde la cuenta del joven, se sumó a la delicada trama.
Antes de conocer el pronunciamiento, los representantes legales del Belgrano, Mariano Rojas y Juan Canaves, indicaron que acatarán lo que disponga la Justicia.
En la institución educativa cada sección tiene una modalidad: ciencias sociales, economía y ciencias naturales. En la conferencia de prensa, Rojas y Canaves habían afirmado que si la orden es un cambio de división, “de inmediato nos podremos en contacto con Educación para que instrumente los mecanismos”. Es que la mayoría de las materias son específicas de cada orientación.
Pese al calibre de las denuncias, los jóvenes compartían el curso, ya que en la audiencia del cinco de marzo con el magistrado manifestaron que ese era su deseo. También acordaron un pacto de no agresión.
Ese día, Soria había decidido que el menor mantenga una distancia de 300 metros, salvo en clases. La postura indignó al papá de la joven.
Los padres del adolescente negaron, en una entrevista con El Tribuno, que haya existido el ataque denunciado. Aseguraron que cuentan con testigos que contradicen el relato de la joven. Ayer, más personas declararon en la Ciudad Judicial sobre el supuesto conflicto.
La causa en Familia aún sigue en curso. El juez controlará que padres y chicos sigan el tratamiento psicológico, mientras que en el Juzgado de Menores Nº 2 hay un expediente penal paralelo. En el colegio Belgrano negaron que hayan recibido alguna instrucción sobre la permanencia de los chicos. “La jueza (Silvia) Bustos Rallé solo pidió un informe sobre los antecedentes disciplinarios”, respondieron los asesores del secundario.
 

El reto a los papás
Soria prohibió a los padres de las dos partes “exponer, difundir o divulgar datos e imágenes que permitan identificar directa o indirectamente a los menores”. Ni siquiera en redes sociales. Si incumplen, incurrirán en desobediencia judicial.
Al exigir que los padres vayan a terapia psicológica urgente, el magistrado remarcó que deben apuntar a poner límites a los hijos y a sí mismos en situaciones conflictivas.
El colegio estará obligado a enviar un informe bimestral acerca del desenvolvimiento de los exnovios, teniendo en cuenta aspectos emocionales y educativos. Tras firmar el acta, Soria fue ayer hasta el Belgrano para notificar las órdenes.

Chicos que aún configuran su personalidad

El expediente aún no tiene punto final. Además de verificar que se lleven adelante las pericias psicológicas, los jueces de Familia y Menores saben que durante el año estarán atentos -o deberán resolver-experiencias que son normales para otros estudiantes que terminan el secundario.
Es una tradición que los chicos de un colegio, pese a que existan diferentes secciones, organicen rifas y bailes con motivo de recaudar fondos. Para los jóvenes del Belgrano, en la mira ya están el viaje de egresados, el acto de colación y la cena de despedida. Con los 300 metros de distancia que el joven debe mantener con ella, los magistrados deberán expedirse ante estas situaciones y pedidos de algunas de las partes.
La Justicia salteña tuvo que resolver un caso entre dos jóvenes que aún están configurando su personalidad. Con 16 años, los dos chicos quedaron envueltos en medio de una disputa que se hizo eco en todos los medios de comunicación. Hubo un escenario crítico para este caso que conmocionó a la sociedad. La provincia carga el mayor índice de femicidos del país. La violencia familiar y de género son sensibles y preocupan a los salteños.
 

No podemos declarar culpables”

El martes pasado, el colegio emitió un comunicado para explicar los motivos de mantener en el curso a los dos estudiantes. Luego optaron por el silencio pese a que el padre exigía el traspaso del joven. El hombre había manifestado que “la institución será responsable si a mi hija le pasa algo”.
Los representantes legales del Belgrano rompieron el silencio ayer y remarcaron que en todo momento cumplieron con la instrucción del juez de Familia Víctor Soria
“Se está produciendo una traslación de la órbita natural que es la Justicia hacia el colegio. Si alguno de los padres no está de acuerdo con el juez, tiene la vía de apelación. Pero no transformen al Belgrano en el pato de una boda de una situación que no generó ni quiso. Somos una institución educativa, no somos la justicia. No podemos declarar culpables ni inocentes ni cargarle un estigma a un menor de edad sin que la Justicia lo decida”, expresó Juan Canaves, asesor letrado.
“No tenemos pruebas de que hayan ocurrido los hechos que se denuncian”, coincidieron, y negaron que en el colegio se hayan registrado ataques.
Los letrados aseguraron que como medidas ubicaron al curso al lado de la dirección y pidieron a los profesores que eviten trabajos en grupos.
“Los compañeros de los chicos están muy afectados, muy tristes”, remarcaron.
El colegio fue notificado de la denuncia el 14 de febrero. Dijeron que avisaron al padre del chico que no podía acercarse a 300 metros, pero el cinco de marzo el juez Soria resolvió que sigan juntos.
 

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