San Lorenzo, un auténtico grande del fútbol argentino amenazado por el descenso, recibirá el domingo a Vélez Sarsfield a puertas cerradas por la séptima fecha del torneo Clausura, como castigo por los disturbios generados por un grupo de sus hinchas en el polémico partido con Colón de Santa Fe en el Nuevo Gasómetro, cuando el ciclón terminó siendo perjudicado por el polémico gol de Ariel Garcé que convalidó el árbitro Diego Aval.
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San Lorenzo, un auténtico grande del fútbol argentino amenazado por el descenso, recibirá el domingo a Vélez Sarsfield a puertas cerradas por la séptima fecha del torneo Clausura, como castigo por los disturbios generados por un grupo de sus hinchas en el polémico partido con Colón de Santa Fe en el Nuevo Gasómetro, cuando el ciclón terminó siendo perjudicado por el polémico gol de Ariel Garcé que convalidó el árbitro Diego Aval.
La Unidad de Coordinación de Seguridad y Prevención de la Violencia en Espectáculos Futbolísticos determinó el martes que el partido se juegue sin público local. Tampoco está permitida la asistencia de hinchas de Vélez, algo que se conocía hace tiempo, por disturbios generados hace un año por seguidores de ese club precisamente en un partido con San Lorenzo, uno de cuyos fanáticos murió baleado cuando se dirigía rumbo al estadio.
Por lo tanto, el partido se jugará sin público, salvo la presencia de dirigentes y periodistas. San Lorenzo fue castigado porque hinchas de ese club protagonizaron disturbios, que incluyeron el lanzamiento de proyectiles al campo de juego, cuando un árbitro sancionó un gol de Colón hace diez días en una polémica jugada en un choque que concluyó 1 a 1.
San Lorenzo tiene ocho puntos y corre peligro de perder la categoría, mientras que Vélez, con 12 unidades, figura con tres menos que el líder Estudiantes.