“Uno no puede poner las manos en el fuego por nadie”. Contundente fue la respuesta del ministro del Interior, Florencio Randazzo, al ser consultado ayer por el caso Ciccone que involucra al vicepresidente Amado Boudou.
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“Uno no puede poner las manos en el fuego por nadie”. Contundente fue la respuesta del ministro del Interior, Florencio Randazzo, al ser consultado ayer por el caso Ciccone que involucra al vicepresidente Amado Boudou.
La interna de la Casa Rosada está al rojo vivo. Es que el jefe de la cartera de Interior había quedado en el ojo de la tormenta por ser, supuestamente, el que filtró información en el caso de corrupción por la impresión de billetes que envolvió al exministro de Economía. Pero el funcionario se encargó de negar una y otra vez acusaciones que, alejadas de los micrófonos, provenían de las mismas entrañas de la Casa Rosada.
En este marco, si bien existió una orden superior de “cerrar filas” y apoyar al actual vicepresidente en esta causa, en una entrevista radial realizada ayer, Randazzo advirtió que, “uno no puede poner las manos en el fuego por nadie. Me parece que uno tiene que ser respetuoso del proceso judicial que está en marcha pero convencido de que esto es parte de otra de las tantas operaciones a las que nos tienen acostumbrados”.
Sin embargo, a pesar de esta afirmación, el funcionario intentando quitar un poco de tensión al tema volvió a insistir en “una de las tantas operaciones llevadas adelante por aquellos que gobernaron durante muchos años sin votos y sin rostro en Argentina, y que no se acostumbran a que hay un gobierno absolutamente comprometido con las mayorías”.
Un elemento clave
Mientras, la causa sumo otro elemento clave. AFIP reconoció ante la Justicia que fue una excepción el respaldo de Boudou a Ciccone.
La AFIP dijo que la consulta fue única. Pero al mismo tiempo, producto de un allanamiento ordenado por el juez Daniel Rafecas y realizado por el fiscal Rívolo el 14 de marzo pasado, la Justicia tomó conocimiento de que en las 16.000 cartas enviadas por el ministro de Economía entre 2009 y 2011-el período en que Boudou fue ministro-, ninguna se ocupó de una quiebra como la de Ciccone.
Pese a este escándalo cabe recordar que la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, reconoció días atrás que el Gobierno nacional no descartaría imprimir billetes en la ex-Ciccone durante este año. La Compañía de Valores Sudamericana, el nombre actual de Ciccone, imprimiría unos 500 millones de billetes de distintas nominaciones.
En la investigación judicial, el fiscal quiere saber si Amado Boudou se interesó en una empresa de Vanderbroele, denunciado como su “testaferro”.