En los últimos meses cuatreros asestaron duros golpes a establecimientos ganaderos de San Martín, que el pasado viernes dejaron conformada en Tartagal una comisión para llevar al Gobierno provincial los reclamos del sector. Estos son una mayor presencia de la Policía Rural, más controles en caminos nacionales, provinciales y vecinales, una mejor supervisión en los mataderos e inspecciones a la oferta de las carnicerías. Se sospecha que muchas de ellas, tanto en Salta como en las vecinas provincias de Jujuy y Tucumán, son abastecidas por grupos que tienen en jaque a pequeños, medianos y grandes establecimientos agropecuarios de San Martín, Rivadavia, Anta, Metán, Rosario de la Frontera y La Candelaria.
Desde la Policía se resalta la reciente desarticulación de dos grandes bandas en el sur y este de la provincia. Sin embargo, en todos los rincones se escuchan airadas quejas de productores que no ven señales de actividad de la Policía Rural. La unidad especial que fue creada para combatir el cuatrerismo o abigeato, como tipifica el Código Penal al robo de ganado, no parece disponer en la actualidad de una dotación suficiente de agentes ni de móviles para patrullar las vastas zonas ganaderas donde los cuatreros tienen pista libre, según denuncian productores desde diferentes rincones de la geografía salteña.
En San Martín, varios establecimientos rurales arrancaron el año con robos, destrozos de alambrados y otras tropelías que sembraron inseguridad en los propietarios de los campos y las familias campesinas ligadas a su actividad rural.
A fines de febrero, Desdelsur, un establecimiento agrícola, ganadero y agroindustrial que tiene sus tranqueras a 15 kilómetros al este de la ciudad de Tartagal, sobre la ruta nacional 86, sufrió el robo de 15 cabezas. Esto ocurrió apenas días después de que desconocidos intentarán llevarse una camioneta de la empresa. El robo del vehículo fue frustrado por las malas condiciones de un intransitable camino, algo que, paradójicamente, contrasta con uno de los principales reclamos de la producción rural del departamento. En San Martín también se produjeron semanas atrás importantes robos de hacienda en las fincas Rincón de Fuego (Ballivián) y Zopota (Balbuena). En esta última, Francisco Brunetti, uno de los productores designados en la comisión que quedó conformada el pasado viernes en Tartagal, también denunció considerables destrozos de alambrados.
En el sur de la provincia
Productores de Rosario de la Frontera y La Candelaria, dos departamentos con antecedentes críticos de cuatrerismo, también notan una llamativa ausencia de la Policía Rural y un notorio incremento de las faenas clandestinas en el monte. Hugo Santos, quien preside la Sociedad Rural Zona Sur, reseñó que meses atrás fue desarticulada una banda que había llegado a hurtar más de cien cabezas en un año, pero advirtió que los robos de vacunos siguen siendo un preocupante problema en los departamentos que limitan con la vecina provincia de Tucumán.
Una de las zonas más calientes es la de El Morenillo, a 140 kilómetros al este de la ciudad de Rosario de la Frontera, donde cuatreros llegaron a robar novillos y engordarlos en serranías próximas al límite con Tucumán antes de cruzarlos, a través del río Urueña, para su faena en la vecina provincia. Otro caso llamativo es el de San Lorenzo, un paraje de menos de 300 habitantes, que llegó a tener una decena de carnicerías a 10 kilómetros de El Potrero y a 70 de la ciudad termal, en la Segunda Sección departamental.
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En los últimos meses cuatreros asestaron duros golpes a establecimientos ganaderos de San Martín, que el pasado viernes dejaron conformada en Tartagal una comisión para llevar al Gobierno provincial los reclamos del sector. Estos son una mayor presencia de la Policía Rural, más controles en caminos nacionales, provinciales y vecinales, una mejor supervisión en los mataderos e inspecciones a la oferta de las carnicerías. Se sospecha que muchas de ellas, tanto en Salta como en las vecinas provincias de Jujuy y Tucumán, son abastecidas por grupos que tienen en jaque a pequeños, medianos y grandes establecimientos agropecuarios de San Martín, Rivadavia, Anta, Metán, Rosario de la Frontera y La Candelaria.
Desde la Policía se resalta la reciente desarticulación de dos grandes bandas en el sur y este de la provincia. Sin embargo, en todos los rincones se escuchan airadas quejas de productores que no ven señales de actividad de la Policía Rural. La unidad especial que fue creada para combatir el cuatrerismo o abigeato, como tipifica el Código Penal al robo de ganado, no parece disponer en la actualidad de una dotación suficiente de agentes ni de móviles para patrullar las vastas zonas ganaderas donde los cuatreros tienen pista libre, según denuncian productores desde diferentes rincones de la geografía salteña.
En San Martín, varios establecimientos rurales arrancaron el año con robos, destrozos de alambrados y otras tropelías que sembraron inseguridad en los propietarios de los campos y las familias campesinas ligadas a su actividad rural.
A fines de febrero, Desdelsur, un establecimiento agrícola, ganadero y agroindustrial que tiene sus tranqueras a 15 kilómetros al este de la ciudad de Tartagal, sobre la ruta nacional 86, sufrió el robo de 15 cabezas. Esto ocurrió apenas días después de que desconocidos intentarán llevarse una camioneta de la empresa. El robo del vehículo fue frustrado por las malas condiciones de un intransitable camino, algo que, paradójicamente, contrasta con uno de los principales reclamos de la producción rural del departamento. En San Martín también se produjeron semanas atrás importantes robos de hacienda en las fincas Rincón de Fuego (Ballivián) y Zopota (Balbuena). En esta última, Francisco Brunetti, uno de los productores designados en la comisión que quedó conformada el pasado viernes en Tartagal, también denunció considerables destrozos de alambrados.
En el sur de la provincia
Productores de Rosario de la Frontera y La Candelaria, dos departamentos con antecedentes críticos de cuatrerismo, también notan una llamativa ausencia de la Policía Rural y un notorio incremento de las faenas clandestinas en el monte. Hugo Santos, quien preside la Sociedad Rural Zona Sur, reseñó que meses atrás fue desarticulada una banda que había llegado a hurtar más de cien cabezas en un año, pero advirtió que los robos de vacunos siguen siendo un preocupante problema en los departamentos que limitan con la vecina provincia de Tucumán.
Una de las zonas más calientes es la de El Morenillo, a 140 kilómetros al este de la ciudad de Rosario de la Frontera, donde cuatreros llegaron a robar novillos y engordarlos en serranías próximas al límite con Tucumán antes de cruzarlos, a través del río Urueña, para su faena en la vecina provincia. Otro caso llamativo es el de San Lorenzo, un paraje de menos de 300 habitantes, que llegó a tener una decena de carnicerías a 10 kilómetros de El Potrero y a 70 de la ciudad termal, en la Segunda Sección departamental.