“No existen vacaciones de tres meses: trabajamos hasta fines de diciembre y retomamos a principios de febrero”.
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“No existen vacaciones de tres meses: trabajamos hasta fines de diciembre y retomamos a principios de febrero”.
Seguramente, la que terminó fue una de las semanas más calientes de los últimos años entre el Gobierno nacional y los gremios docentes. En medio de una sucesión de paros que retrasaron el inicio de clases en varias provincias, la presidenta Cristina de Kirchner terminó de tensar la cuerda con su discurso del jueves. “Trabajan cuatro horas”, “tienen tres meses de vacaciones” y reclaman “solo por salarios”, afirmó la jefa de Estado. La respuesta no se hizo esperar. En una entrevista con El Tribuno, la titular de CTERA, Stella Maldonado, sostuvo que es “preocupante” que la Presidenta maneje información tan “desactualizada”. Y agregó que “hoy, con las clases iniciadas en la mayoría de las provincias, tenemos cientos de escuelas en el país que no han podido empezar por problemas de infraestructura. Estamos absolutamente en contra de la educación religiosa en las escuelas estatales, de cualquier tipo de religión. La escuela debe ser laica”, concluyó.
¿Qué sintió el jueves cuando escuchó las palabras de la Presidenta sobre los docentes?
Creemos que hay que clarificar algunos conceptos, porque son erróneos. Nosotros nunca reclamamos solamente salarios. En toda la historia de la CTERA siempre hemos demandado por políticas educativas y, por supuesto, también por salarios; pero nunca hicimos un reclamo aislado de salarios. Esto lo hemos mantenido durante toda nuestra historia y también lo hemos llevado a la paritaria nacional docente. Allí se tocaron temáticas como la formación permanente, la necesidad de trabajar sobre la prevención en los accidentes de trabajo y la necesidad de hacer evaluaciones participativas con el conjunto de los docentes sobre el estado de la educación, entre otras. Siempre hemos sido un sindicalismo de propuesta, nunca fuimos un gremialismo meramente reivindicativo. Eso nos gustaría aclararlo. También quiero aclarar otra cosa, aunque quizás sea innecesario porque ¿quién no tiene un docente en su familia? Nunca se trabajó cuatro horas porque siempre se hacen tareas por fuera del horario escolar. Quienes tienen la suerte de no tener que atender dos puestos de trabajo, tienen otros procesos similares y de todos modos siguen trabajando luego de que finalizaron las horas de clase. Y no existen vacaciones de tres meses, porque continuamos en las escuelas hasta fines de diciembre y retomamos las actividades tempranamente en febrero.
¿Por qué cree que Cristina los atacó de esa manera?
Lo desconozco, quizá el ministro de la Nación (Alberto Sileoni) no le informó correctamente, o se ha quedado con alguna información muy desactualizada. A nosotros no nos interesa confrontar sino dejar bien en claro nuestra posición, y vamos a seguir haciendo lo que hemos hecho siempre: defender los intereses de los trabajadores de la educación, pero vinculados a la defensa de la escuela pública y el derecho social a la educación.
¿No le parece grave que la Presidenta de la Nación tenga tan mala información sobre una política de estado clave como la educación?
Nos parece preocupante, efectivamente.
Para que se entienda. Un docente que trabaja ocho horas, ¿cuánto gana?
En realidad, sin las modificaciones que se van a producir con las negociaciones provinciales, un docente que trabaja en una escuela de jornada completa y recién se inicia, escasamente llega a los cinco mil pesos. Osea, muy poco.
Ganando esas cifras, debe haberles dado un doble enojo las palabras de la Presidenta, si se tiene en cuenta que las estaba diciendo delante de legisladores que se aumentaron ciento por ciento sus dietas y ganan más de 35 mil...
Esto ya lo hemos planteado. Ha causado un enorme malestar en la docencia que los legisladores nacionales y provinciales -que en algunos casos gana mucho más todavía, hay que decir las cosas como son- fijen dietas que están tan lejos de lo que ganan los trabajadores estatales, las enfermeras, etc.
Pese a tenerlos delante, Cristina no opinó nada sobre el aumento en las dietas de los legisladores...
No claro. Entendemos que eso fue avalado, porque fue firmado por el vicepresidente de la Nación.
¿Piensa que este año se cumplirán los 190 días de clase?
El año pasado la mayoría de las provincias tuvieron más de 180. A nosotros nos parece que cumplir 190 días en simultáneo con un montón de feriados agregados es una contradicción. Nosotros no acordamos que se agregue esa enorme cantidad de feriados. Sé que con esto me pongo mucha gente en contra, lo tengo bien en claro. Además, esto beneficia mucho al turismo, pero son incompatibles 190 días de clases con un montón de feriados nuevos. Una cosa o la otra.
Mucha gente critica los paros docentes con el argumento de que los gremios “toman como rehenes a los alumnos”. Incluso ayer, Sileoni dijo que algunos harían paro aún si ganan 10 mil pesos ¿qué les responde?
Nosotros decimos que de ninguna manera apelamos al paro por cualquier circunstancia sino como última medida. La principal responsabilidad para que estén las condiciones para que los chicos tengan todos los días clase es del Estado nacional y de los estados provinciales. Hoy, con las clases iniciadas en la mayoría de las provincias, tenemos cientos de escuelas en el país que no han podido empezar por problemas de infraestructura. Esto es responsabilidad de los estados provinciales, pura y exclusivamente.
“Un docente que trabaja en una escuela de jornada completa y recién se inicia, escasamente llega a los $5.000”.
Pero hubo siete provincias, entre ellas cuatro de las más grandes, que no empezaron las clases por paros docentes...
Ya no son siete, son algunas menos. Quedan Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y La Pampa.
¿Cómo ve la calidad educativa en la Argentina?
Nosotros creemos que se ha avanzado respecto de la catástrofe educativa que tuvimos en los 90 y a principios de este siglo. Se ha avanzado en muchos aspectos. Los estudiantes en las escuelas; muchísimos más libros en las bibliotecas; ahora las netbooks; salarios mejores; aunque todavía distan de lo que deben ser. Esto está produciendo los primeros efectos, como se demostró en las evaluaciones que se publicaron a fin de año. Igual, falta mucho. Hay que continuar mejorando mucho más. Uno de los aspectos que hay que lograr es llegar al punto de que ningún docente deba trabajar en doble cargo.
Todavía existe una fuerte desigualdad entre lo que ganan los docentes del país. Acá en el norte, por ejemplo, cobran menos que en otras provincias...
Respecto a Buenos Aires cobran casi igual. Sí, ganan mucho menos que los de la Patagonia, porque los sueldos patagónicos son mucho más altos por el plus que se paga por el alto costo de vida.
¿Cuáles cree que deberían ser los dos o tres temas principales en materia educativa que se deben afrontar este año?
Nos parece que hay que avanzar en tener más escuelas de jornada completa y garantizar la cobertura a todo el nivel inicial: no se ha hecho nada con la educación de la primera infancia. Hay que avanzar en la formación permanente en servicios y continuar mejorando los salarios para que llegue un punto en el que ningún docente tenga que trabajar en más de un puesto. Un puesto de trabajo que debe contemplar, además de las horas de clase, horas pagas para el resto de las tareas pedagógicas: planificar, evaluar, hacer el seguimiento de la trayectoria de los estudiantes, relacionarse con sus familias y continuar con la formación permanente de los trabajadores.
¿Es suficiente la capacitación que reciben los docentes en la actualidad?
Todavía no, porque se ha avanzado poco. Sí se ha mejorado mucho en la formación de base. Falta avanzar en la formación permanente en servicios, que es una responsabilidad de las provincias, que la mayoría aún no ha encarado.
En Salta recrudeció la polémica por la educación religiosa en las escuelas públicas, ¿qué piensa de eso?
Por eso nos hemos pronunciado e incluso sacamos una solicitada en Salta cuando se aprobó la ley de educación religiosa. Estamos absolutamente en contra de la educación religiosa en las escuelas estatales, de cualquier tipo de religión. La escuela debe ser laica.