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5 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Jorge Asís: Boudou es un clavo institucional y es un error de Cristina tenerlo

Domingo, 15 de abril de 2012 16:29


Dueño de un particular estilo para expresar, de una ironía extinta y de una creatividad poco usual, Jorge Asis fue el primer periodista que publicó informes sobre el caso Ciccone, en julio de 2011.
Por eso dice que “ahora todos hablan de Ciccone y la Banda de los Descuidistas, y para mí el tema es viejo. Mi portal (Jorge Asis Digital) supo abordar la problemática ocho meses antes del 6 de febrero de este año. Detallé este caso antes de las elecciones presidenciales”.
Como el caso estalló recién en febrero de este año de la mano de Lanata, Asis contó que “preferí entonces dar un saludable paso al costado para dejarle el camino libre a los grandes medios. Con los que no debe, ni quiere, ni puede competir mi portal digital”.
Asis dijo que la presidenta eligió a Boudou como vice por su “irrelevancia política” y que cometió, con Boudou, “tres errores graves que signan el estruendo de la caída: El primero consistió en designarlo como compañero de fórmula. El segundo, ya desatado el escándalo, consistió en sostenerlo. El tercero, instruir una defensa demasiado tardía”.
Asis le dice a Néstor Kirchner “El Furia” y a Cristina Fernández la llama “La Fóbica”. Sus artículos están plagados de personajes de la política argentina, conocidos por todos, a los que denomina curiosamente para transformar sus notas en verdaderos cuentos al alcance de todo entendimiento.
El intelectual asegura que el denominado caso Ciccone lo cansa: ‘Es un tema viejo, todos lo sabían, nadie tiene el menor derecho a mostrarse sorprendido‘.
Asis es un provocador y un filoso observador de la política argentina. Escritor y periodista, fue representante argentino frente a la Unesco, secretario de Cultura de la Nación y embajador de la Argentina en el exterior durante el gobierno de Carlos Menem. También es autor de numerosos libros entre los que figura Flores robadas en los jardines de Quilmes, novela publicada en 1980, en plena dictadura militar y bajo estricta censura. La novela creció rápidamente en popularidad y llegó a convertirse en best seller.
Mantuvo un diálogo exclusivo con El Tribuno, plagado de nombres y de datos reveladores, contados con su particular ironía.

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Dueño de un particular estilo para expresar, de una ironía extinta y de una creatividad poco usual, Jorge Asis fue el primer periodista que publicó informes sobre el caso Ciccone, en julio de 2011.
Por eso dice que “ahora todos hablan de Ciccone y la Banda de los Descuidistas, y para mí el tema es viejo. Mi portal (Jorge Asis Digital) supo abordar la problemática ocho meses antes del 6 de febrero de este año. Detallé este caso antes de las elecciones presidenciales”.
Como el caso estalló recién en febrero de este año de la mano de Lanata, Asis contó que “preferí entonces dar un saludable paso al costado para dejarle el camino libre a los grandes medios. Con los que no debe, ni quiere, ni puede competir mi portal digital”.
Asis dijo que la presidenta eligió a Boudou como vice por su “irrelevancia política” y que cometió, con Boudou, “tres errores graves que signan el estruendo de la caída: El primero consistió en designarlo como compañero de fórmula. El segundo, ya desatado el escándalo, consistió en sostenerlo. El tercero, instruir una defensa demasiado tardía”.
Asis le dice a Néstor Kirchner “El Furia” y a Cristina Fernández la llama “La Fóbica”. Sus artículos están plagados de personajes de la política argentina, conocidos por todos, a los que denomina curiosamente para transformar sus notas en verdaderos cuentos al alcance de todo entendimiento.
El intelectual asegura que el denominado caso Ciccone lo cansa: ‘Es un tema viejo, todos lo sabían, nadie tiene el menor derecho a mostrarse sorprendido‘.
Asis es un provocador y un filoso observador de la política argentina. Escritor y periodista, fue representante argentino frente a la Unesco, secretario de Cultura de la Nación y embajador de la Argentina en el exterior durante el gobierno de Carlos Menem. También es autor de numerosos libros entre los que figura Flores robadas en los jardines de Quilmes, novela publicada en 1980, en plena dictadura militar y bajo estricta censura. La novela creció rápidamente en popularidad y llegó a convertirse en best seller.
Mantuvo un diálogo exclusivo con El Tribuno, plagado de nombres y de datos reveladores, contados con su particular ironía.


¿Usted fue el primero que sacó a la luz el caso Ciccone?


Queda muy mal que yo lo diga, pero es así. Si se fija en mi portal (Jorge Asis Digital), hay dos notas: “El paraíso de The Old Fund”, del 8 de julio del 2011, y “Diseños empresariales”, del 15 de julio de 2011, donde está todo planteado, mucho antes del 6 de febrero de 2012, cuando Lanata saca a la luz el tema en su programa de radio Mitre.
Por eso para mí el tema es viejo. Estalla con Lanata, se arma el escándalo y entran Clarín y La Nación en escena y yo doy un saludable paso al costado. Después vino el reconocimiento y cuando eso ocurre yo estaba en Europa. El día que regresé ya estuve invitado por Longobardi a su programa. Pero me cansa repetir tanto este tema que para mí es viejo.

¿Cómo analiza este caso hoy?

Para entender el asunto, hay que ver que al gobierno le conviene creer y hacer creer que esto es obra de la mafia de Héctor Magnetto, que es obra de la mafia de Clarín y La Nación. Es lo que le conviene para sus preceptos ideológicos actuales. Al cristinismo le conviene tener de rivales a los grandes medios que es una manera de descalificar a todos los otros exponentes de la política. Pero en realidad, los grandes medios recién entran en escena el 6 de febrero con la entrevista de Lanata a la bella dama Laura Muñoz. Antes, lo único que había era el Asis Digital. Pero no le conviene al gobierno tomar como rival a mi portal, más le conviene que su rival sea Magnetto. Yo tengo facturas más intensas para pasarle a Clarín y a La Nación que el propio gobierno. Son facturas profesionales. Porque si desde julio de 2011 ya estaba toda la informacion publicada por mí, me parece particularmente reprochable que hayan esperado tanto tiempo para ocuparse de este asunto.

¿Y por qué cree que se esperó tanto?

Es por lo que pasa en la Argentina. Yo no escribo un portal testimonial, lo mío no es un blog que leen 30 personas, tengo un promedio de 25.000 a 30.000 visitas diarias. Lo mío se lee y se consume mucho. Lo leyeron los periodistas, lo leyeron los políticos y después de que lo publiqué hubo elecciones presidenciales (en agosto las primarias truchas, y octubre las definitivas). Por eso el reproche mío a los grandes medios es que si la información estaba desde julio de 2011, no aplicaron las reglas básicas del periodismo: informar, orientar y entretener. Se perdieron la oportunidad de informar y orientar a una sociedad en etapa electoral.


¿Néstor Kirchner ya estaba en este negocio?

Está todo detallado en mi artículo “Ciccone y la banda de descuidistas (I)”. Hay antecedentes del 2007, cuando no estaban tan mal las relaciones de Kirchner con Magnetto. Es un negocio que se lo lleva a Kirchner el empresario Ernesto Gutiérrez con un doctor Saint James, y que intentan hacer con más seriedad que estos muchachos (por Boudou y Old Fund), a través del fondo de inversión Fintech cuyo dueño es David Martínez, socio de Clarín en Cable Visión y multicanal. Esto finalmente queda en la nada cuando se produce el quiebre de la relación Kirchner-Magnetto. Pero el antecedente de que a Néstor le interesaba Ciccone, está. Después alquilan el servicio a Boldt, la empresa que Cristina, en su amateurismo, es rápidamente convencida de que pertenecía al duhaldismo residual. Y después de la muerte de Kirchner, el que se queda a cargo del negocio es Boudou, quién
¿Por qué llama a Boudou y a sus amigos de Old Fund, “la banda de los descuidistas”?

Porque han sido teóricos del descuido, dejaron todos los dedos pegados en tanto descuido. Les llamo descuidistas porque en realidad están, casi diría, en un escalón debajo de los delincuentes comunes. Amado Boudou, junto al principal escudero de La Banda de Descuidistas, don José María Núñez Carmona, y el doctor Alejandro Paul Vandenbroele, venerable monotributista de categoría B, ni siquiera cuidaron detalles. Prefirieron recurrir a una cartera de financistas aventureros, banqueros. Goleadores sin riesgos, dispuestos a la ventajita de poner algún billete, pero para quedarse, después, con la parte del león, en la edición, precisamente, de billetes.

¿Lilita Carrió reapareció y no para de hablar de Ciconne y hace referencia a que el Macro financió a Boudou?

Ya analicé mucho eso y lo escribí en mi portal. Ahora todos hablan, y cuando tantos empiezan a hablar en esta Argentina libanizada, uno de pronto se encuentra en la misma trinchera con quienes no quiere estar. Pero puedo decir que en medio de este escándalo se registran adhesiones a Boudou entre los banqueros. Es la mejor manera de pluralizarlo a don Jorge Brito.

¿Esta sería la gran mancha del gobierno de Cristina?

No sé si mancha, pero sí el gran error. Escribí que Cristina comete tres grandes errores en torno a Boudou: el primero es elegirlo como vicepresidente según los parámetros de Jaime Durán Barbas, el ideólogo del Pro. El lo descubre a Boudou como el candidato ideal por sus pelos al viento, porque canta y toca la guitarra, y anda en moto. Entonces Cristina lo designa por su irrelevancia política. Nunca ella iba elegir como vice a un gobernador, y menos del peronismo, que pudiera ser un jefe político: ni a Capitanich, ni a Urtubey, ni a Alperovich. Nadie que pudiera brindar garantías de solidez de gestión. El segundo gran error fue la parálisis cuando estalló el escándalo en febrero. Perdieron 30 días, muy acostumbrados a la impunidad, no sabían qué hacer. Y el tercer error es sostenerlo a Boudou. Creer que esto es un acto envenenado, conspirativo de Clarín y La Nación, y la mafia de Magnetto. Cuando en realidad, si Clarín y La Nación hubiesen dado cuenta de ésto antes de las elecciones, el cuento sería otro.

¿Cristina es cómplice en el caso Ciccone?

Ella en esto es bastante amateur. Sabía que Boudou manejaba el tema pero lo que no se imaginaba es que había tanto descuidismo, tanta ligereza, que armaron un fondo que usted podría armar en un fin de semana con uno de los tantos excelentes contadores salteños mientras se comen unas empanadas y se toman un vino. Cualquiera podría armar en un fin de semana dos o tres fondos de inversión como The Old Fund. Por eso yo digo que no me espanta lo corrupto, me irrita lo berreta.

¿Qué le pareció la conferencia de Boudou?

Un monólogo desastroso, pero le fue bien, porque todos estamos hablando de la capacidad del procurador general de la Nación, Esteban Righi, y de si el juez federal Rafecas tiene una agencia de noticias. Hay un claro intento de sacar el tema Boudou del centro de la escena.


¿Cree que se irá Boudou?

No puedo asegurar eso. Si yo le deseara el mal a Cristina, me gustaría que Boudou la acompañara hasta el final porque Amado la sepultará a ella. Me parece que es un gran error tener semejante clavo institucional, que la sociedad argentina no lo merece.
lo hace muy mal, con mucho descuido.
 

 

 

 

 

 

 

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