El exministro de Turismo y actual director de la Agencia de Promoción, Federico Posadas, volvió al centro de la polémica ayer, luego de que se conocieran detalles del informe que hizo la Auditoría General de la Provincia, con el que demostró el desmanejo económico y financiero del Hotel Termas de Rosario de la Frontera, además del grave deterioro edilicio.
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El exministro de Turismo y actual director de la Agencia de Promoción, Federico Posadas, volvió al centro de la polémica ayer, luego de que se conocieran detalles del informe que hizo la Auditoría General de la Provincia, con el que demostró el desmanejo económico y financiero del Hotel Termas de Rosario de la Frontera, además del grave deterioro edilicio.
La gestión de Posadas en Turismo (2008/2011) incluyen el período analizado por la Auditoría en el hotel (2008/09). En el informe se apuntó, por ejemplo, que en esos años hubo “falta de coherencia” entre la cartera de Posadas y la gestión del exadministrador del hotel, Martín Rivero, sobre la política presupuestaria. También advirtieron que la Sindicatura Interna del Ministerio no evaluó “la gestión y el sistema de control interno” del hotel para tener certeza sobre la confiabilidad de su funcionamiento.
Pese al lapidario informe, el gobernador Juan Manuel Urtubey no pedirá explicaciones a Posadas, ni tomará cartas en el asunto.
“Yo no tengo que pedir explicaciones a nadie, la Auditoría tiene que investigar”, respondió ayer Urtubey al ser consultado sobre su exministro.
Urtubey prefirió escudarlo en una regla lógica: “Si hay alguna irregularidad, la Justicia es la que debe determinar quiénes son los responsables, pero no hay una cuestión política en esto”.
La AGP cuestionó una cadena de maniobras a cargo del exadministrador del Termas, Martín Rivero. Las líneas que redactaron los auditores describen un descontrol, imprevisibilidad y funcionarios que “hicieron la vista gorda”, como Posadas.
Los administradores
Rodolfo Antonelli, actual secretario de Turismo municipal de Salta capital, fue el administrador del Termas desde principios de 2008 hasta el 20 de enero de 2009, según el decreto N§ 368/08.
Sin ningún concurso de cargo, Posadas privilegió las amistades y puso al frente a Martín Rivero. El decreto 369/09 le adjudicó un sueldo de secretario y desde ahí se agudizó la crisis en el hotel de Rosario de la Frontera.
Cuando la situación de irregularidades era insostenible y crecía el malestar de los empleados, Rivero fue removido del cargo. Ya no gozaba del ala protectora de Posadas, quien fue apartado del ministerio a fines de 2011 y ahora integra el directorio de la Agencia de Promoción junto a Facundo Urtubey y Gonzalo Quilodrán.
Desde mediados de febrero, Jorge Méndez tomó las riendas del devastado complejo hotelero.
Los datos
El Hotel Termas de Rosario de la Frontera no tenía organizada una contabilidad del presupuesto que identifique los créditos obtenidos, el monto gastado ni compromisos contraídos, según hace constar la Auditoría General de la Provincia al analizar el período 2008 - 2009.
La anomalía era tan alevosa que las órdenes de pago eran emitidas y realizadas por el administrador y el secretario administrativo del complejo hotelero de Rosario de la Frontera. Sin embargo, ninguno tenía competencia para ordenarlas y efectuarlas.
La asignación de responsabilidades al administrador del hotel no estaba claramente detallada ni formalizada. Además, se constató la emisión de cheques por importes diferentes a los consignados en las órdenes de pago internas como “importe a pagar”.
La Auditoría provincial no estableció entre 2008 y 2009 para el Hotel Termas un programa estratégico “que determine los parámetros y lineamientos necesarios para orientar la organización hacia el cumplimiento de sus objetivos y propósitos”.
La Unidad de Sindicatura Interna del Ministerio de Turismo y Cultura, en ese entonces a cargo de Federico Posadas, no evaluó la gestión y el sistema de control interno del complejo hotelero rosarino ni las acciones de
los administradores.
La administración no gestionó las contrataciones acorde a los principios generales de la publicidad, igualdad de posibilidades para los interesados y oferentes. Tampoco se garantiza transparencia de esos procedimientos de contratación.