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Repsol facturará 50 millones de dólares más por mes al bolsillo de los argentinos

Sabado, 28 de abril de 2012 19:36

La historia de contradicciones de la política energética nacional sumará otro irónico capítulo este martes cuando Argentina aumente en un 40% sus importaciones de gas desde Campo Margarita, el megayacimiento de Tarija (Bolivia) en el que Repsol concentró sus inversiones en los últimos cinco años.

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La historia de contradicciones de la política energética nacional sumará otro irónico capítulo este martes cuando Argentina aumente en un 40% sus importaciones de gas desde Campo Margarita, el megayacimiento de Tarija (Bolivia) en el que Repsol concentró sus inversiones en los últimos cinco años.

Así, por las paradójicas intervenciones del ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, el grupo español acrecentará sus fenomenales facturaciones a Enarsa en casi 50 millones de dólares mensuales, ya que los volúmenes de gas inyectados desde Tarija hacia Campo Durán se elevarán a 14 millones de metros cúbicos diarios, de promedio, a partir de la puesta en marcha de una nueva planta de tratamiento construida en Campo Margarita. Esto sucederá dos días antes de que se apruebe la ley de expropiación del 51% de las acciones que Repsol tiene en la derrumbada YPF.

Otro invierno difícil

Hasta ahora las importaciones de gas desde Bolivia se mantuvieron en un promedio de 10 millones de metros cúbicos diarios, pero aún no llegaron los días más fríos del año y unas 200 empresas en la región central del país ya chocaron con las restricciones que ordena el Gobierno en la industria, año tras año, para evitar que queden sin presión de gas hogares y estaciones de carga de GNC.

Estos recortes a la industria y el aumento de las importaciones a Bolivia, sin embargo, parecen corresponderse con el derrumbe hidrocarburífero y el déficit energético de otro país, ya que desde la Casa Rosada acaba de anunciar un meteórico repunte de las producciones de YPF.

“Milagrosa” recuperación

Según el comunicado oficial, en las dos semanas que llevan De Vido y Axel Kicillof como interventor y subinterventor de YPF, respectivamente, la petrolera aumentó casi en un 5% su producción de gas y en cerca de un 1% la de petróleo. La mejora en gas representaría unos 1,7 millones de metros cúbicos por día, mientras que la de crudo equivaldría a alrededor de 1.500 barriles diarios.

Pese a la impensada recuperación, en Enarsa cruzan los dedos para que no se demore el envío desde Bolivia de los 4 millones de metros cúbicos adicionales acordados a 10,70 dólares el millón de BTU. La citada unidad de comercialización, recordemos, equivale a unos 27 metros cúbicos de gas, de modo que la factura de Repsol se incrementará por ahora en 1,6 millones de dólares diarios.

En el invierno, el volumen importado desde el vecino país saltaría a 16 millones de metros cúbicos diarios, con un precio que para entonces tiene preacordada una nueva actualización, a valores internacionales.

En contraste, el ministro planificador, que fue reafirmado por la presidenta Cristina Kirchner como rector de la política energética nacional, la carrera importadora de Enarsa y la nueva YPF, mantiene hundidos los precios del gas en boca de los pozos argentinos a un promedio de 2,70 dólares el millón de BTU. Fuentes del sector aseguraron a El Tribuno que inmediatamente después de promulgada la ley que pondrá a YPF bajo el control de la Nación (26% de las acciones) y las diez provincias productoras (25% de representación accionaria), el Gobierno anunciará un aumento gradual de los valores que se pagan por el gas en los pozos argentinos. Este es el sinceramiento que tardó más de la cuenta y hundió a los yacimientos hidrocarburiferos del país, ante la vista gorda del Ministerio de Planificación Federal, la Secretaría de Energía de la Nación, el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) y Enarsa. Repsol es, por cierto, una de las tantas operadoras a las que se permitió dejar de lado las exploraciones en los yacimientos argentinos, reorientar sus inversiones fuera del país, sacar provecho a la pérdida del autoabastecimiento en hidrocarburos, agigantar sus ganancias con las importaciones de gas a precio internacional y sacar hasta 100% de sus dividendos de Argentina.

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