Son muchos los científicos y pseducientíficos relacionados con el sexo que andan buscando por dónde está el famoso punto G en las mujeres. Dicho así parece que la “mujer fuera un electrodoméstico más, y todo se trataría de encontrar el botón desde donde se prende y se apaga”, sostiene el sexólogo Patricio Gómez Di Leva. El profesional, de amplia trayectoria, sostiene: “Todo el cuerpo es una gran zona erógena y cada uno tiene que encontrar cuáles son las que más placer le generan al ser estimuladas”.
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Son muchos los científicos y pseducientíficos relacionados con el sexo que andan buscando por dónde está el famoso punto G en las mujeres. Dicho así parece que la “mujer fuera un electrodoméstico más, y todo se trataría de encontrar el botón desde donde se prende y se apaga”, sostiene el sexólogo Patricio Gómez Di Leva. El profesional, de amplia trayectoria, sostiene: “Todo el cuerpo es una gran zona erógena y cada uno tiene que encontrar cuáles son las que más placer le generan al ser estimuladas”.
“Los encuentros más excitantes son aquellos en los que se logra generar un clima de intimidad, respeto y confianza. Ver al otro como una totalidad, entregarse al placer del encuentro sin expectativas exageradas y estar ciento por ciento presentes en el momento es lo que nos va a ayudar no a encontrar el codiciado punto G, sino a convertirnos nosotros mismos en un gran punto de placer”, aseguró el conocido y mediático sexólogo, quien abordó diferentes temas que dan vueltas en el imaginario popular.
La sociedad argentina ha sufrido muchos cambios en este último año y medio, en lo que se refiere a identidad de género y casamiento homosexual, entre otras cuestiones. Y lo que antes no se debatía cada vez se enfrenta con mayor naturalidad. Estas son las opiniones de un especialista.
¿Usted piensa que existe un cambio en la sociedad que justifique el aumento de la homosexualidad o es una cuestión snob?
No hay evidencia científica para afirmar que aumentó la homosexualidad, pero lo que es muy probable es que con los avances que han logrado, sobre todo las mujeres con relación al reconocimiento de sus derechos, muchas lesbianas se sientan menos presionadas a tener que cumplir con un mandato social según el cual no había otro lugar para ellas que el de amas de casa, madres y heterosexuales.
Hasta no hace mucho la homosexualidad era considerada una enfermedad, luego como “otra forma de amar” y ahora se habla de una elección humana. Realmente ¿qué es y cómo vivirla?
La homosexualidad, al igual que la heterosexualidad, es parte de la personalidad total de una persona. No es una elección, ya que ni una ni otra se eligen; en realidad, se sienten. Lo que se elige es lo que hace uno con lo que siente: algunos prefieren intentar reprimirlo u ocultarlo y otros deciden vivir de acuerdo con lo que sienten.
¿Las mujeres están más condicionadas que los hombres en el sexo?
A pesar de los avances del género femenino, todavía hay muchas mujeres a las que les cuesta mostrarse sexualmente activas. Durante años, se censuró sexualmente a las mujeres y la que disfrutaba de su sexualidad era mal vista. La sociedad nos condiciona y a la mujer se la condicionó para que no disfrute de su sexualidad porque no estaba bien, mientras que el hombre siempre debía estar dispuesto; de lo contrario, se dudaba de su sexualidad. Hoy esto está cambiando, pero todavía siguen circulando estas ideas en el imaginario social.
¿Por qué hay más mujeres anorgásmicas que hombres con esa condición?
Este es un tema que no está del todo claro. Una hipótesis es que tiene que ver con que socialmente a la mujer no se le está permitido gozar como al hombre. Muchas de las mujeres que tienen dificultades para llegar al orgasmo no se masturban y, como consecuencia de esto, no conocen su cuerpo. Es muy difícil poder disfrutar y tener orgasmos con otro, si uno no lo logra primero durante la masturbación. Hoy sabemos que la masturbación es algo absolutamente natural, tanto en hombres como en mujeres. En muchos casos la falta de orgasmos tiene que ver con que no reciben una buena estimulación.
Las mujeres son, por cuestiones físicas o culturales, más reprimidas sexualmente que los hombres. ¿Qué aconseja que hagan para salir de ello?
Es claramente por razones culturales y para escapar de esto hay que vencer miedos, mitos y prejuicios.
¿Qué les recomendaría usted a esos matrimonios que se quieren, pero no tienen buen sexo por la rutina del tiempo?
Que se tomen tiempo para reencontrarse y no recurrir al engaño, porque nunca es la mejor opción. Hay que hablarlo y buscar la solución al problema.