Entre paros y piquetes, Buenos Aires colapsó. La medida de fuerza iniciada anteayer por el gremio que nuclea a los trabajadores del subte y premetro, a la que se sumó la de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), afectó a más de un millón de usuarios que debieron buscar medios alternativos de transporte para moverse por la ciudad sorteando un piquete en el Obelisco y dos protestas (una en la avenida General Paz y otra en el Camino del Buen Ayre), que hicieron que desplazarse por la Capital Federal y sus accesos fuera una misión literalmente imposible.
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Entre paros y piquetes, Buenos Aires colapsó. La medida de fuerza iniciada anteayer por el gremio que nuclea a los trabajadores del subte y premetro, a la que se sumó la de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), afectó a más de un millón de usuarios que debieron buscar medios alternativos de transporte para moverse por la ciudad sorteando un piquete en el Obelisco y dos protestas (una en la avenida General Paz y otra en el Camino del Buen Ayre), que hicieron que desplazarse por la Capital Federal y sus accesos fuera una misión literalmente imposible.
La huelga por 36 horas se extendió hasta entrada la noche, lo que dificultó el regreso. Como consecuencia de la medida de fuerza colapsaron los restantes medios de transporte y se generó un enorme caos en los diferentes accesos a la Capital Federal.
Muchos usuarios del subte caminaban por Carlos Pellegrini y Cerrito para alcanzar las cabeceras ferroviarias de Retiro y Constitución.
En tanto, en las paradas de colectivos se podían observar largas colas para subirse a ese medio de transporte.
En tanto, en los accesos a la Capital Federal las demoras también fueron considerables y de varios kilómetros debido al gran caudal vehicular, ya que mucha gente para poder llegar a su trabajo decidió concurrir con su propio auto.
Protestas y piquetes
A este complejo panorama se le sumaron protestas y piquetes en diferentes puntos de la ciudad y sus accesos. Desde las 8.30, trabajadores del Ceamse cortaron el tránsito en el Camino del Buen Ayre, a la altura de José León Suárez, para reclamar mejoras salariales. La medida generó un importante congestionamiento de vehículos en la zona.
Un rato más tarde, pasadas las 9, vecinos del barrio porteño de Lugano cortaron ambas manos de la avenida General Paz para reclamar viviendas.
A estas protestas, cerca del mediodía, se le agregaron dos piquetes en el centro porteño: uno en avenida de Mayo y 9 de Julio protagonizado por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que pide un aumento salarial. En tanto, en la avenida Santa Fe se manifestó otro grupo de piqueteros, que también había protestado frente al Obelisco.
Volverían a parar la semana próxima
La Unión Tranviaria Automotor (UTA) y la Asociación Gremial de Trabajadores de Subte y Premetro (AGTSyP) anunciaron ayer que si continúan sin resolverse las negociaciones salariales que mantienen con la empresa Metrovías, la semana que viene habrá tres días de paro.
Cada una de las entidades prepara un paro de dos días, pero en jornadas diferentes: los metrodelegados realizarán una medida de fuerza para el martes y el miércoles, mientras que los dirigentes de la CGT llamaron a parar el miércoles y el jueves. Como en cada protesta los sindicalistas impiden la salida de formaciones bloqueando las vías, el transporte estaría sin servicio durante 72 horas corridas.
El titular de UTA, Roberto Fernández, confirmó que el consejo directivo de la entidad resolvió que el miércoles y jueves de la próxima semana realizarán una medida de fuerza.
Por su parte, el secretario adjunto de la AGTSyP, Néstor Segovia, adelantó a través de su cuenta de Twitter que los metrodelegados pararán el martes y el miércoles si la paritaria continúa sin acuerdo. “A partir del martes y miércoles paro del subte si no hay acuerdo en 48 horas”, anticipó.