Sensaciones encontradas las de Pablo Schoklender, detenido en la causa que investiga el desvío de fondos públicos en la Fundación Madres Plaza de Mayo. Por un lado, amenazó de manera encubierta con nombrar en su próxima declaración a funcionarios que estuvieron involucrados en las maniobras de defraudación y, por otro, tiene “temor de que le pase algo feo”, aseguró ayer su abogado Pablo Slonimsqui.
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Sensaciones encontradas las de Pablo Schoklender, detenido en la causa que investiga el desvío de fondos públicos en la Fundación Madres Plaza de Mayo. Por un lado, amenazó de manera encubierta con nombrar en su próxima declaración a funcionarios que estuvieron involucrados en las maniobras de defraudación y, por otro, tiene “temor de que le pase algo feo”, aseguró ayer su abogado Pablo Slonimsqui.
Además, dijo que su cliente “no era el único que manejaba dinero” en la Fundación y afirmó que esa entidad, conducida por Hebe Pastor de Bonafini, “no recibía plata por lo que iba a hacer, sino por lo que ya se había hecho”.
La defensa del menor de los hermanos Schoklender señaló que “la primera tarea que tenemos que hacer es aclararle al juez (Norberto Oyarbide) cómo era la fundación y qué clase de fondos manejaba”.
En declaraciones Slonimsqui expresó que su defendido “sostiene que todos los fondos públicos que se destinaron al proyecto Sueños Compartidos se aplicaron en las casas y compras de terrenos. La Fundación recibía la plata por lo que ya se había hecho”, indicó el letrado, quien negó que Pablo en su primera indagatoria haya “culpado” a Bonafini.
“No le echó la culpa a nadie de nada, no le echó la culpa a Hebe. El solamente se está defendiendo de la gestión que hizo frente a acusaciones muy duras”, recalcó.
Al respecto profundizó: “Pablo para defenderse va a contar todo lo que hizo, con quién lo hizo, todos los detalles, y en el caso de cumplir órdenes contará quién se las dio. Sin ninguna duda aparecen funcionarios, profesionales y otras personas de la Fundación”, admitió Slonimsqui.
El abogado, quien confirmó que su cliente está “distanciado” de su hermano, aseveró que Pablo “tiene temor genérico y fundado. Tiene temor de que le pase algo feo, porque para defenderse va a tener que nombrar gente, que no implica que la acuse sino contar episodios que sucedieron”, finalizó Slonimsqui.
Antes de quedar detenido, Pablo Schoklender había recibido, al parecer, llamados en los que le advertían que no mencionara a nadie del Gobierno nacional en su indagatoria.
El martes, Pablo y Sergio Schoklender, exapoderados de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, y Alejandro Gotkin, dueño de la empresa Meldorek, quedaron detenidos por orden del juez federal Oyarbide.
Los tres están imputados en el marco de la causa en la que se investiga el desvío de $765 millones destinados a la construcción de viviendas sociales que realizaba la Fundación de Madres de Plaza de Mayo.
El juez Oyarbide investiga si se cometieron los delitos de fraude en perjuicio de la administración pública mediante administración fraudulenta y lavado de dinero, por el presunto desvío a través de empresas de fondos que el Gobierno nacional le había otorgado al programa Sueños Compartidos.
La defensa de las Madres
El abogado de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, Eduardo Fachal, afirmó ayer que están probados los delitos de defraudación contra la organización por parte de los hermanos Sergio y Pablo Schoklender.
En una entrevista, el letrado dijo que “teniendo en cuenta la cantidad de pruebas que se habían recogido en los 130 cuerpos que forman parte del sumario estaban acreditados, por lo menos, los delitos de defraudación contra la Fundación de las Madres”.
Fachal consideró, además, que el juez dispuso la detención de los tres imputados más importantes de la causa “para evitar que hubiera comunión entre ellos para lograr algún tipo de defensa en forma conjunta”. Agregó que “el patrimonio (de los hermanos Schoklender) se ubica en el orden de los 50 millones de pesos para cada uno. Tenemos comprobado que recibían dinero para la construcción de viviendas sociales a través de la Fundación y lo utilizaban para beneficio propio. Estoy convencido de que cada uno hizo sus propios negocios”. Finalmente, señaló que Hebe de Bonafini tiene “muchas ganas de llegar hasta el final de la investigación y que se demuestre que la Fundación no tuvo nada que ver en el accionar de los hermanos Schoklender”.