Tal como se preveía, los 19 imputados de la denominada “causa de la Unsa” -por delitos de lesa humanidad- se negaron a declarar en la audiencia ayer. Se limitaron a responder las preguntas de rigor que les efectuó el presidente del Tribunal Federal en lo Criminal, Carlos Jiménez Montilla, cuando a uno por uno los hizo pasar al frente. Lo mismo ocurrió con los cuatro procesados que siguen el debate a través del servicio de videoconferencia desde Capital Federal y Rosario de Santa Fe. El único ausente fue Jacinto Ramón Vivas, quien se encuentra internado a raíz de una descompensación que sufrió en la audiencia del lunes. Los procesados de mayor edad dibujaron en sus rostros la imagen de las dolencias que lo aquejan, como los casos del general Héctor Ríos Ereñú de 81 años, del coronel Carlos Alberto Mulhall (82) y de los tenientes coroneles Miguel Raúl Gentil (81) y Virtom Modesto Mendíaz (79). Por ese motivo, estos cuatro militares no pueden estar presente físicamente en el recinto de la Sala de Grandes Juicios de la Ciudad Judicial.
inicia sesión o regístrate.
Tal como se preveía, los 19 imputados de la denominada “causa de la Unsa” -por delitos de lesa humanidad- se negaron a declarar en la audiencia ayer. Se limitaron a responder las preguntas de rigor que les efectuó el presidente del Tribunal Federal en lo Criminal, Carlos Jiménez Montilla, cuando a uno por uno los hizo pasar al frente. Lo mismo ocurrió con los cuatro procesados que siguen el debate a través del servicio de videoconferencia desde Capital Federal y Rosario de Santa Fe. El único ausente fue Jacinto Ramón Vivas, quien se encuentra internado a raíz de una descompensación que sufrió en la audiencia del lunes. Los procesados de mayor edad dibujaron en sus rostros la imagen de las dolencias que lo aquejan, como los casos del general Héctor Ríos Ereñú de 81 años, del coronel Carlos Alberto Mulhall (82) y de los tenientes coroneles Miguel Raúl Gentil (81) y Virtom Modesto Mendíaz (79). Por ese motivo, estos cuatro militares no pueden estar presente físicamente en el recinto de la Sala de Grandes Juicios de la Ciudad Judicial.
Joaquín Guil (75) manifestó que está afectado de una serie de patologías y por ese motivo cumple prisión domiciliaria luego de haber sido condenado a perpetua por el secuestro y desaparición del exgobernador Miguel Ragone. En idéntica situación, con un cáncer terminal, se encuentra Juan Carlos Alzugaray (64), sentenciado a 20 años de prisión por la masacre de Palomitas. Juan Manuel Ovalle (70), el único civil imputado, también hizo uso del derecho constitucional de no declarar por consejo de su defensor. Ovalle está en el banquillo junto a su hermano, el comisario Abel Vicente Murúa. Ante una pregunta de la querellante Tania Kiriaco, el imputado aclaró que Murúa no es su medio hermano, sino su hermano.