Un periodista argentino y activista del movimiento de los indignados fue detenido ayer durante la manifestación de estudiantes universitarios que tuvo lugar en Barcelona contra el ajuste, en coincidencia con la cumbre del Banco Central Europeo (BCE), que tiene lugar en la capital catalana.
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Un periodista argentino y activista del movimiento de los indignados fue detenido ayer durante la manifestación de estudiantes universitarios que tuvo lugar en Barcelona contra el ajuste, en coincidencia con la cumbre del Banco Central Europeo (BCE), que tiene lugar en la capital catalana.
Se trata de Facundo Florio, activista político y periodista de investigación vinculado a José Luis Cabezas, asesinado hace 15 años. Agentes antidisturbios de la Policía catalana abordaron a Florio en la plaza Universidad de Barcelona, donde había culminado una manifestación de estudiantes, y lo arrastraron por la fuerza hasta el interior de un vehículo policial, según pudo constatar Télam en el lugar.
Un grupo de jóvenes intentó evitar su arresto tomando del brazo al periodista argentino, pero no pudieron resistir la fuerza de los policías que lo arrastraron al interior de uno de sus camiones y se lo llevaron.
Dos jóvenes estudiantes, Marta y Montserrat, que estaban junto a Florio, afirmaron en declaraciones a Télam que el periodista argentino estaba hablando con ellas cuando fue abordado por la fuerza por la Policía.
Por su parte, la Policía catalana negó que se haya producido detenciones durante la manifestación de estudiantes universitarios que recorrió pacíficamente la ciudad de Barcelona hasta el perímetro donde se celebra la reunión del BCE, bajo una fuerte custodia de agentes antidisturbios.
Florio es un conocido activista del movimiento de los indignados que organiza actividades sobre Argentina en la Facultad de Historia de la Universidad de Barcelona (UB).
Además, está detrás de iniciativas de sensibilización política sobre la última dictadura militar argentina y el franquismo en España.
La ciudad condal se encuentra blindada por un fuerte operativo de seguridad que involucra a más de 8.000 policías que realizan registros de personas y que tiene como objetivo vigilar la seguridad de la cumbre del BCE y evitar manifestaciones violentas.