Osvaldo “el Karateca” Martínez volvió a ser detenido ayer por el cuádruple crimen de La Plata, tras el arresto el miércoles del albañil Javier Quiroga, que habría confesado estar a su lado en el asesinato de las tres mujeres y una nena, el 27 de noviembre pasado. Efectivos de la Policía Bonaerense encontraron a Martínez en una casa de la localidad bonaerense de Berisso y lo trasladaron a la comisaría 5ª de La Plata, donde ayer aguardaba que lo llevaran a los tribunales para declarar ante el fiscal Alvaro Garganta. El Karateca era novio de Bárbara Santos, de 29 años, una de las víctimas, y estuvo preso como único acusado durante 38 días pero salió en libertad por “falta de mérito”. Por su parte, el juez de Garantías de La Plata Guillermo Atencio confirmó que Quiroga fue detenido en la esquina de las calles 86 y 19, acusó de la matanza a Martínez y opinó que la versión le resultaba “verosímil”.
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Osvaldo “el Karateca” Martínez volvió a ser detenido ayer por el cuádruple crimen de La Plata, tras el arresto el miércoles del albañil Javier Quiroga, que habría confesado estar a su lado en el asesinato de las tres mujeres y una nena, el 27 de noviembre pasado. Efectivos de la Policía Bonaerense encontraron a Martínez en una casa de la localidad bonaerense de Berisso y lo trasladaron a la comisaría 5ª de La Plata, donde ayer aguardaba que lo llevaran a los tribunales para declarar ante el fiscal Alvaro Garganta. El Karateca era novio de Bárbara Santos, de 29 años, una de las víctimas, y estuvo preso como único acusado durante 38 días pero salió en libertad por “falta de mérito”. Por su parte, el juez de Garantías de La Plata Guillermo Atencio confirmó que Quiroga fue detenido en la esquina de las calles 86 y 19, acusó de la matanza a Martínez y opinó que la versión le resultaba “verosímil”.
El testimonio del albañil Quiroga
Según el albañil, Martínez le contó que “tenía problemas con Bárbara, que se estaba separando”. Luego, arreglaron en encontrarse “a la noche en la casa de la chica porque me dijo que había que realizar otro trabajo”. Esto llamó la atención del juez, ya que Quiroga intentó hacer creer que fue a la casa en un horario nocturno por la posibilidad de realizar una nueva reparación.
Luego, Quiroga dijo que se presentó en la vivienda, donde fue recibido por Susana, quien le facilitó el acceso “porque lo conocía”. Minutos más tarde, llegó Martínez y luego se desató la locura. “Siento un... ay... que no fue un grito, de la señora (Susana), y allí me di vuelta y lo veo a Martínez que me viene apuntando con un arma de fuego y me dice ‘correte para allá, hijo de puta’”. Tras asesinar a la señora, Quiroga afirmó que Martínez apuñaló a Bárbara y que en ese momento sonó el timbre. Allí, el Karateca le habría pedido al albañil que corriera el cuerpo de Bárbara y fue a atender el portero. Martínez hizo entrar a Marisol Pereyra, amiga de Bárbara, la llevó a la cocina y también la ultimó a puñaladas. Quiroga afirmó haber forcejeado con el asesino, lo que le provocó una lastimadura en la mano, pero no pudo hacer más porque él nunca soltaba el arma de fuego. Después, Quiroga afirmó que Martínez lo obligó a dejar sus huellas en un palo de amasar y en un cuchillo, y amenazó con matar a su familia si hablaba con la Justicia. Consultado sobre Micaela, la hija de Bárbara, Quiroga dijo que no presenció su muerte: “A la nena nunca la vi, me fui de la casa en bicicleta, la misma en la que había llegado”. Finalmente aseguró que no tuvo contacto con las víctimas, salvo con Bárbara, a la que agarró de los pies.