Eduardo Schwank es el otro tenista argentino que representa el sueño celeste y blanco en Roland Garros, el Grand Slam más importante para los nacidos en estas pampas, ya que se juega en una superficie común para el suelo "argento": el polvo de ladrillo.
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Eduardo Schwank es el otro tenista argentino que representa el sueño celeste y blanco en Roland Garros, el Grand Slam más importante para los nacidos en estas pampas, ya que se juega en una superficie común para el suelo "argento": el polvo de ladrillo.
El joven tenista rosarino, quien siempre sabe cultivar el perfil bajo y sobresale a base de lucha, pujanza y sacrificio, es nada menos que Schwank, que dio la nota en la segunda ronda del gran certamen de París. Schwank se medirá en tercera ronda de Roland Garros, nada menos que contra el español Rafael Nadal, tras doblegar hoy al alemán Florian Mayer, 12º mejor tenista del mundo, por 2-6, 6-3, 6-4 y 7-6(4), en dos horas y 30 minutos.
Schwank, 192º del ránking de la ATP, se enfrentará contra el español y número dos del mundo, Rafael Nadal, que aspira a sumar su séptimo Roland Garros y está a una sola victoria de lograr 250 triunfos sobre polvo de ladrillo.
El argentino, que al igual que Nadal nunca ha coincidido en pista con el zurdo español, que el próximo domingo cumplirá 26 años.
El mallorquín firmó este año su mejor arranque en el Grand Slam de París al conceder solo nueve juegos en sus dos partidos contra el italiano Simone Bolelli (6-2, 6-2, 6-1) y contra el uzbeco Denis Istomin después (6-2, 6-2 y 6-0).
Schwank, por su parte, se deshizo del croata Ivo Karlovic por 6-4, 6-0 y 6-3 en primera ronda, hasta donde accedió a través de la fase previa de clasificación.
Con su victoria de hoy, igualó su mejor actuación en un Grand Slam, registrada en 2008 también en Roland Garros, cuando entró también desde la fase previa y tumbó a los españoles Carlos Moyá y Marcel Granollers, antes de caer contra el francés Paul-Henri Mathieu.
También jugará hoy su partido de segunda ronda Leonardo Mayer contra el alemán Philipp Kohlschreiber.
Mónaco y Schwank son hoy nuestras dos esperanzas en Roland Garros, y en ellos están depositados todas las expectativas, para que alguno de estos elementos pueda alzarse nuevamente con el máximo título, tal como lo hizo Gastón Gaudi allá por el 2004.