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18 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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La construcción de la autopista Orán - Pichanal sigue paralizada

Jueves, 31 de mayo de 2012 02:19

Lo que ya debería ser la autopista de la ruta nacional 50 apenas se parece a una calle de ripio abandonada en los casi 8 kilómetros que van desde Orán hasta Hipólito Yrigoyen, mientras que sobre el río Colorado un lento movimiento de obreros y máquinas son la muestra de que un puente se construye en el lugar. El resto de la traza no existe ni tampoco hay algún movimiento que indique que vaya a existir.

Por enésima vez, la construcción de la autopista de 22 kilómetros, tan necesaria para la seguridad vial como para la economía norteña, volvió a quedar paralizada. Esta vez, como en otras ocasiones, nadie da explicaciones, ni la Dirección de Vialidad Nacional ni la empresa Dycasa, adjudicataria del proyecto desde 2008. Y, lo que es peor, el paso del tiempo comenzó a deteriorar lo poco que se hizo y que costó millones de pesos.

Apenas se sale de la ciudad de Orán se puede ver un camino que por momentos se aleja de la actual ruta y en otros corre paralelo, siempre de ripio, compactado hace demasiado tiempo y sin terminar, tanto que las malezas crecen entre las pequeñas piedras.

Si se ingresa por ese inconcluso trayecto, al llegar a Hipólito Yrigoyen, el camino termina en unos altos paredones de hormigón hechos para elevar el nivel de la ruta. Los hierros -retorcidos algunos y rectos otros- dan cuenta de que el muro de contención tampoco se terminó de hacer.

Desde allí, pasando el Ingenio El Tabacal y hasta llegar al río Colorado no hay nada, ni un obrero ni máquinas. Solo al llegar al cauce se ve un obrador donde una cuadrilla de trabajadores y maquinarias viales avanzan en la construcción de uno de los dos puentes que tendrá la futura autopista.

Por el paso del tiempo la compactación y nivelación del suelo en ese sector fueron arrasadas por el río, cuyas aguas “lavaron” un trabajo que había costado 2 millones de pesos.

Dos empresas

La construcción de la autopista de 22 kilómetros sobre la ruta nacional 50 comenzó en 2008. El contrato original fue firmado por Vialidad Nacional con la constructora Dycasa. Sucesivos retrasos en el pago a la empresa hicieron que la obra se demorara, tanto que a cuatro años del inicio la ejecución tiene un avance ínfimo.
La última paralización de la obra data del segundo semestre de 2011, cuando Dycasa despidió a 21 obreros y se comenzó a hablar de que podría haber un cambio de empresa.

En noviembre del año pasado, en la asamblea del Consejo Vial Federal, el director nacional de Vialidad, Nelson Periotti, confirmó a El Tribuno que la obra se retomaría en enero de este año aunque con algunos cambios.
En primer lugar, dijo que el presupuesto total de la obra se había renegociado en 270 millones de pesos (de los 90 millones acordados cuatro años antes). Lo segundo era que Vialidad le pagaría lo adeudado a Dycasa (el funcionario no dijo el monto de la deuda, aunque había versiones que ascendían a 50 millones); a la vez, esta constructora se encargaría de hacer la cinta asfáltica y las obras de arte menores. En tercer lugar, Periotti anticipó que la renegociación fijaba el inicio de la obra en enero (que por las lluvias luego fue postergado al 10 de marzo) y que debía estar concluida a principios de 2014.

Los meses confirmaron las versiones. Los puentes de la autopista quedaron en manos de otra empresa, Ecas, que hizo la estructura de hormigón para atravesar el río Seco, en jurisdicción de Embarcación.
Ayer, ningún directivo ni responsable de Dycasa ni de Ecas quisieron dar información sobre cómo avanzará la construcción de la autopista. Lo que se ve en el terreno habla por sí solo: la obra fue renegociada por el triple del monto original, el plazo de ejecución también se triplicó, y en los hechos solo está ejecutada en un 23%.

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Lo que ya debería ser la autopista de la ruta nacional 50 apenas se parece a una calle de ripio abandonada en los casi 8 kilómetros que van desde Orán hasta Hipólito Yrigoyen, mientras que sobre el río Colorado un lento movimiento de obreros y máquinas son la muestra de que un puente se construye en el lugar. El resto de la traza no existe ni tampoco hay algún movimiento que indique que vaya a existir.

Por enésima vez, la construcción de la autopista de 22 kilómetros, tan necesaria para la seguridad vial como para la economía norteña, volvió a quedar paralizada. Esta vez, como en otras ocasiones, nadie da explicaciones, ni la Dirección de Vialidad Nacional ni la empresa Dycasa, adjudicataria del proyecto desde 2008. Y, lo que es peor, el paso del tiempo comenzó a deteriorar lo poco que se hizo y que costó millones de pesos.

Apenas se sale de la ciudad de Orán se puede ver un camino que por momentos se aleja de la actual ruta y en otros corre paralelo, siempre de ripio, compactado hace demasiado tiempo y sin terminar, tanto que las malezas crecen entre las pequeñas piedras.

Si se ingresa por ese inconcluso trayecto, al llegar a Hipólito Yrigoyen, el camino termina en unos altos paredones de hormigón hechos para elevar el nivel de la ruta. Los hierros -retorcidos algunos y rectos otros- dan cuenta de que el muro de contención tampoco se terminó de hacer.

Desde allí, pasando el Ingenio El Tabacal y hasta llegar al río Colorado no hay nada, ni un obrero ni máquinas. Solo al llegar al cauce se ve un obrador donde una cuadrilla de trabajadores y maquinarias viales avanzan en la construcción de uno de los dos puentes que tendrá la futura autopista.

Por el paso del tiempo la compactación y nivelación del suelo en ese sector fueron arrasadas por el río, cuyas aguas “lavaron” un trabajo que había costado 2 millones de pesos.

Dos empresas

La construcción de la autopista de 22 kilómetros sobre la ruta nacional 50 comenzó en 2008. El contrato original fue firmado por Vialidad Nacional con la constructora Dycasa. Sucesivos retrasos en el pago a la empresa hicieron que la obra se demorara, tanto que a cuatro años del inicio la ejecución tiene un avance ínfimo.
La última paralización de la obra data del segundo semestre de 2011, cuando Dycasa despidió a 21 obreros y se comenzó a hablar de que podría haber un cambio de empresa.

En noviembre del año pasado, en la asamblea del Consejo Vial Federal, el director nacional de Vialidad, Nelson Periotti, confirmó a El Tribuno que la obra se retomaría en enero de este año aunque con algunos cambios.
En primer lugar, dijo que el presupuesto total de la obra se había renegociado en 270 millones de pesos (de los 90 millones acordados cuatro años antes). Lo segundo era que Vialidad le pagaría lo adeudado a Dycasa (el funcionario no dijo el monto de la deuda, aunque había versiones que ascendían a 50 millones); a la vez, esta constructora se encargaría de hacer la cinta asfáltica y las obras de arte menores. En tercer lugar, Periotti anticipó que la renegociación fijaba el inicio de la obra en enero (que por las lluvias luego fue postergado al 10 de marzo) y que debía estar concluida a principios de 2014.

Los meses confirmaron las versiones. Los puentes de la autopista quedaron en manos de otra empresa, Ecas, que hizo la estructura de hormigón para atravesar el río Seco, en jurisdicción de Embarcación.
Ayer, ningún directivo ni responsable de Dycasa ni de Ecas quisieron dar información sobre cómo avanzará la construcción de la autopista. Lo que se ve en el terreno habla por sí solo: la obra fue renegociada por el triple del monto original, el plazo de ejecución también se triplicó, y en los hechos solo está ejecutada en un 23%.

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