Era inevitable. Tras la expropiación del 51% de las acciones de YPF y de la estatización efectuada por Bolivia de parte de sus empresas de energía eléctrica, la preocupación se extendió como un tsunami, especialmente entre los países de Europa.
inicia sesión o regístrate.
Era inevitable. Tras la expropiación del 51% de las acciones de YPF y de la estatización efectuada por Bolivia de parte de sus empresas de energía eléctrica, la preocupación se extendió como un tsunami, especialmente entre los países de Europa.
Sucede que el efecto residual que pesa sobre la mayoría de las empresas privatizadas en los 90 ya se siente en varios sectores como un sismo de grado 7 en la escala de Richter.
Sin embargo, ya comenzaron a surgir voces que desmienten una corriente estatizadora en el país. Una es del presidente de la Unión Industrial Argentina, José Ignacio de Mendiguren, quien aseguró ayer que el Gobierno nacional, después de la expropiación de YPF, no va a “iniciar una ola estatizadora”, y aclaró que la medida tomada contra Repsol se trata solo de “un caso puntual”.
El dirigente fabril habló desde San Pablo (Brasil), adonde había viajado junto al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, otros funcionarios nacionales y empresarios argentinos para una reunión de negocios con sus pares de la poderosa entidad de la industria del gigante de Sudamérica.
Cauto y tratando de parar la pelota en este clima de psicosis tras la aprobación de la ley de expropiación de la petrolera (sobre todo por parte de España), De Mendiguren reconoció en el caso de YPF que “las formas trajeron mucho ruido, mucha discusión, pero en el fondo (la decisión) de que Argentina tenga una política energética, con una empresa petrolera con participación del Estado nacional (fue) la correcta”.
Consultado sobre si podrían continuar con más compañías por el mismo camino que con YPF, el jefe de la UIA aclaró: “Ha habido expresiones de parte de gente muy cercana del gobierno y a la presidenta (Cristina de Kirchner) que se encargaron de desmentirlo. Mucha gente creyó que (con YPF) podía ser el inicio de una ola estatizadora, pero ellos se encargaron de desmentir, de decir que no es así, que esto ha sido un caso muy puntual que tiene que ver con el autoabastecimiento de petróleo”.
La cumbre con Moreno
Más de 600 empresarios argentinos se reunían esta mañana en San Pablo con 400 pares brasileños, en busca de ampliar el intercambio bilateral. En la sede de la Federación de Industrias del Estado de SÆo Paulo (FIESP), se llevarán a cabo a lo largo de la jornada unas tres mil reuniones de negocios.
La delegación argentina estuvo encabezada por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno; acompañado por las secretarias de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri, y de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Nahon; y los subsecretarios de Comercio Internacional, Carlos Bianco, y de Integración Económica Latinoamericana y Mercosur, Agustina Vila.
En el inicio de la jornada, la comitiva oficial argentina, acompañada por el embajador en Brasil, Luis María Kreckler, fue recibida por el titular de la FIESP, Paulo Skaf. Participan de la misión comercial los titulares de la Unión Industrial Argentina (UIA), José de Mendiguren; y de CGERA, Marcelo Fernández, entre otros representantes del sector.
Así, psicosis y amenazas aparte, el titular de la UIA toma parte dentro de un clima enrarecido a causa de las reacciones que desde España se hacen sentir respecto de la expropiación de la petrolera YPF, que ya es ley.